Vivimos en una sociedad donde todos los días, a través de los medios de comunicación, hay un bombardeo de información de todo tipo. Se habla de política, de moda, de música, de comida, de lo que se considera bueno y malo, y se podría pensar que todo lo que se dice es casual, que no hay nada de extraño, que todo va enfocado a promocionar un producto o solo son opiniones de personas que se dedican a tal o cual actividad. Pero la verdad es que nada es casual si se analiza desde el punto de vista de la lucha de clases.
En primer lugar, debemos comprender que en la sociedad encontramos a dos grupos bien definidos: los que son los dueños de los medios de producción (fábricas, maquinaria, tierras), es decir, los ricos, y los que para poder vivir tienen solo su fuerza de trabajo (obreros, campesinos, jornaleros), los pobres.
Para Carlos Marx, la lucha de clases es la oposición entre ricos y pobres, y, en definitiva, los ricos, al ser la clase dominante, van a buscar por todos los medios mantener sometida a la clase dominada, los pobres.
Entendida la cuestión de la lucha de clases, podemos comprender que todo el bombardeo de información que todos los días vemos en las distintas plataformas informativas sí tiene un objetivo: el sometimiento de la clase pobre, el distraerlos de la realidad en la que viven, el inyectarles la idea del individualismo, el hacerles creer que sus problemas se van a resolver por gracia divina, que las enfermedades se curan con solo traer un amuleto, el alejarlos de la política, y, como lo ha dicho el presidente AMLO, hacerles creer que ser pobre es bueno y ser rico es malo.
Un pueblo organizado y educado representa un verdadero peligro para el sistema, por eso el objetivo de la clase que ostenta el poder es acabar con todo intento de unidad del pueblo.
Los que gobiernan, para poder mantenerse en el poder, necesitan a un pueblo ignorante y para ello usan todo tipo de distractores. De ahí se explica que cuando un grupo de personas (campesinos, obreros, estudiantes, amas de casa) se organizan, se educan y se disponen a luchar por sus derechos se vierte sobre ellos una serie de calumnias, de descalificaciones, se les presenta como gente revoltosa, politiqueros, enemigos del gobierno en turno, agitadores que solo buscan causar problemas y por ello se les debe castigar.
Un pueblo organizado y educado representa un verdadero peligro para el sistema, por eso el objetivo de la clase que ostenta el poder es acabar con todo intento de unidad del pueblo.
Por eso, hoy más que nunca, es vital contrarrestar la ideologización del sistema capitalista, es necesario que la población comprenda que sí existe un mejor modelo económico donde el hombre viva plenamente, donde los que producen la riqueza sean los que tengan acceso a un sistema de salud de calidad, tengan lo suficiente para alimentarse, una vivienda digna, acceso a los servicios básicos, a una educación de calidad.
Esa es la tarea del momento, hablarle a la ciudadanía de sus derechos, de organizarla y luchar por la conquista de una sociedad más justa para todos, es momento de que el pueblo forme su propio partido.
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