Todos los seres humanos, particularmente los que menos tienen, que formamos la inmensa mayoría en este planeta, cimbramos nuestras esperanzas en el año venidero, en el nuevo año; con el anhelo de que éste sea mejor que el que acaba de pasar, porque desde hace tiempo venimos soportando una pesada losa de pobreza y falta de derechos.
Y más ahora, que el 2021 nos ha golpeado de distintas formas, por un lado la pandemia devastadora que ha sumado a casi 300 mil muertos y ha contagiado a más de cuatro millones, según datos oficiales, que seguro distan mucho de la verdad; aunado, por otro lado, a que la autollamada Cuarta Transformación con López Obrador a la cabeza ha sumado a las filas de la pobreza a casi la mitad de los mexicanos que viven en condiciones muy difíciles, careciendo de lo más indispensable para sobrevivir, sin alimento suficiente, vestido, educación, salud. Muy lejano de sus cacareadas promesas de campaña la pobreza creció en un 2%, pasando de 41% a 43%.
López Obrador prometió: “Se hará realidad el derecho a la salud, el propósito es garantizar a los mexicanos atención médica y medicamentos gratuitos”, ¿y qué vemos a tres años de su fallido gobierno? Un grave desabasto de medicamentos y muertes por la falta de ellos, manifestaciones por falta de abasto de medicamentos oncológicos, padres de familia que exigen al gobierno el surtimiento de recetas, pues sin las medicinas, la vida de sus hijos con cáncer está en riesgo, mientras las pacientes que se atienden en la Fundación de Cáncer de Mama deben ahora costear su tratamiento porque el gobierno cortó el convenio al disolver el Seguro Popular. En México, el Sistema Nacional de Indicadores de Calidad en Salud (INDICAS), registró en 2019, 2020 y 2021, que una de cada cuatro recetas no puede ser cubierta de forma completa.
También, AMLO prometió que “en México habrá honestidad, estado de derecho, reglas claras, crecimiento económico y habrá confianza”, ¿y qué vemos? Una economía devastada, salarios raquíticos que muy poco alcanzan para malcomer a las familias mexicanas, en el mejor de los casos de que se cuente con un empleo, porque existen 4.1 millones mexicanos que no tienen empleo de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). La 4T tampoco ha sabido crear empleos para satisfacer la demanda de la Población Económicamente Activa.
Y ni hablar del pasado año, un año de terror por los hechos de extrema violencia suscitados en estados como Zacatecas, por ejemplo, que demuestran cómo tampoco la 4T ha podido garantizar la seguridad de los mexicanos, porque nuestro país se encuentra secuestrado por bandas criminales y para ellos se aplica la política de abrazos no balazos. México es un país con un promedio de entre 90 y cien homicidios dolosos diarios, de los cuales 10 al día son considerados feminicidios.
Aunado a que la tasa de impunidad para crímenes de alto impacto aun ronda en un 95 % y se han cometido más de 4 mil 500 actos de extrema violencia por todo el país, desde nuevas fosas clandestinas hasta masacres.
Y así, un largo etcétera de sinsabores con este gobierno de la 4T que obtuvo el poder del país pero no supo cómo gobernar con inteligencia, y el poder solo lo ha utilizado para imponer su voluntad a los caprichos del “amo”.
Es por eso que urge que los antorchistas que somos un conglomerado de más de tres millones de mexicanos conscientes, abramos los ojos de todos aquellos que se encuentran aún adormecidos por los cantos de sirena. Nosotros, que a todo lo largo y ancho de México nos hemos organizado en nuestra querida organización, que estamos sabedores que Antorcha nació hace 47 años para luchar contra la pobreza en este país, pobreza que para mayor infortunio de los mexicanos, aprisiona hoy con sus largos tentáculos a cada vez más compatriotas, entre ellos a nosotros; esta enorme tragedia representa graves daños para la patria mexicana pues sus hijos sufren las consecuencias con menos salud, menos empleos, cada vez menor salario, menos comida, una educación cada vez peor y cara, y un espiral de inseguridad como no conocíamos; todo un cuadro de crisis general que no tiene para cuando terminar. Los mexicanos estamos ante un callejón sin salida.
Para encontrarle salida al torbellino de problemas que nos acosan, los antorchistas proponemos con nuestro máximo líder y fundador, el maestro Aquiles Córdova, cambiar el modelo económico causante de tamaño desastre, y para lograr esta meta, el camino es comenzar una nueva etapa para México con empleos para todos, un salario que realmente alcance para que una familia viva dignamente, que la política social del gobierno se destine al apoyo del desarrollo de las mayorías en: salud, educación y servicios básicos; cosa que no ocurre en la actualidad, y que los impuestos se paguen según los ingresos de cada clase social: que paguen más quienes ganen más, y menos los que ganan menos, pues ahora es al revés.
El tiempo apremia y la Patria nos lo reclama. El panorama del mundo y en particular de nuestro país se muestra muy desolador, por eso, este nuevo año 2022, todos debemos hacer el compromiso firme de continuar en las filas del antorchismo nacional y a sumar a más cerebros y corazones dispuestos a lograr un cambio profundo y verdadero en nuestro país. Vayamos firmes y convencidos a luchar por un país mejor y más justo para todos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario