Villa Victoria, es un municipio rural enclavado en el distrito agrícola VII, con sede en Valle de Bravo; cuenta con una superficie de e425 mil 555 kilómetros cuadrados de los cuales, el 70.95 por ciento son de uso agrícola, sobre todo, para siembra maíz para el auto consumo.
Su población es de 108 mil 196 habitantes de los cuales, de acuerdo con los datos de la CEPAL, el 69.09 por ciento, que equivalen a 75 mil 629, se encuentran en pobreza; y de estos, el 29 por ciento en pobreza extrema.
Además, el 52.4 tiene carencia de acceso a la alimentación, es decir, 39 mil 629 personas van al día y, por ende, tienen dificultades para alimentarse. Y por si fuera poco, según la CEPAL, el 49.4 por ciento de las viviendas carecen de agua potable, situación crítica porque Villa Victoria es un proveedor importante de agua potable para la Ciudad de México, a través del sistema Cutzamala. Y más del 53.4 por ciento de las viviendas no cuenta con drenaje.
El mundo entero está pasando por una crisis económica que ha elevado en todos los rincones del planeta a la inflación, escalada que no se veía en muchos años. La FAO, en noviembre de 2021, dio los siguientes datos: el precio de los granos subió en un 32.8 por ciento, el aceite vegetal en un 60 por ciento, lo que impacta a todos porque cada vez nos volvemos un país con creciente dependencia económica. Somos el segundo país importador de maíz, tan solo en 2020 importamos 18 millones de toneladas (milenio del 8 de septiembre de 2021).
¿Por qué producimos cada vez menos? Porque no existe una estrategia de desarrollo del sector agrícola y, sobre todo, no se brindan los apoyos suficientes. Esta inflación, como es de conocimiento de todos, elevó el precio no solo de la canasta básica, sino también de los insumos para el campo, entre ellos el del fertilizante. A fines del año pasado, en palabras de los campesinos, el abono se duplicó en su precio, el fosfato de amonio alcanzó un mil 100 pesos y el UREA un mil 200 pesos. En lo que va del año, su precio ha bajado, pero en una cantidad ridícula, el DAP o 18-46 se encuentra en el mercado entre los 950 y los 1,050 pesos y la UREA entre los 880 y 950 pesos.
De esta amanera, los gastos para sembrar una hectárea, tomando la experiencia de los campesinos que utilizan entre 6 y 11 bultos de 18-46 y entre 6 y 9 bultos de urea, se toma como media 9 bultos de DAP a 950 pesos y 7 de Urea a 850 pesos, implican un gasto en fertilizante de 14 mil 500 pesos, sumando la preparación de las tierras que ronda en los 300 pesos del tractor, el pago de peones para la labor y la cosecha, 2 mil 500 pesos. Los agricultores gastan hasta 20 mil pesos, consideremos que la cosecha nos da por la hectárea 3 toneladas de maíz, siempre y cuando no exista una sequía, alguna helada o fuertes lluvias por el cambio climático, y que los precios por venta de maíz se mantengan en seis mil pesos por tonelada se obtendrían 18 mil. ¡Mal, muy mal les irá a los productores!
Por un lado, la pobreza se ensaña con los campesinos, y por el otro, la dificultad para sembrar o sembrar muy poco, que puede llevar a una baja producción de maíz y lo poco que obtengan será utilizado para autoconsumo, esto da como resultado, a nivel nacional, que los campesinos tengan que comprar maíz con menor calidad en nutrientes.
Ante este cuadro, el Movimiento Antorchista de Villa Victoria ha entregado y plasmado sus demandas ante la presidencia municipal, con el que solicita obras como red de agua potable, arreglo de caminos saca cosechas, fertilizante subsidiado, apoyos para los centros de salud y seguridad para las comunidades del municipio. Asimismo, esperamos que el próximo 9 de marzo, fecha acordada para que seamos recibidos por la presidenta municipal, nos brinde una respuesta favorable a la solución de las demandas de los campesinos.
Los antorchistas estaremos firmes con la convicción de que las peticiones realizadas son para mejorar nuestros pueblos, porque solo organizándonos y luchando saldremos adelante de esta difícil situación.
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