MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Más de lo mismo, discursos y promesas al pueblo

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En Yucatán, como en el resto del país, se vive la fiebre del proceso electoral, llueven por doquier las promesas y compromisos de quienes buscan el voto de la gente para ocupar un puesto de elección popular; las palabras son escogidas: "continuidad” para aquellos que pretenden reelegirse en el puesto que detentan y para los representantes del partido en el poder; "cambio", para los personajes que disputarán el puesto y que no pertenecen al partido gobernante. Vemos y escuchamos de todo, pero los proyectos encaminados a mejorar la vida de las grandes mayorías, las más afectadas por el SARS-CoV-2 siguen ausentes.

En un país como el nuestro, catalogado como el epicentro más mortal de covid-19 en América Latina, según datos compilados por Bloomberg (Infobae 10.02.2021), debiera significar un reto para los políticos que participarán en la próxima contienda electoral, toda vez que el deterioro en la salud y la economía, complicará más la situación originada por la pandemia que padecen millones de mexicanos.

De acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (IEPDS) 2020, presentado recientemente por el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval), organismo público que mide la pobreza en el país, el impacto derivado de la reducción de las actividades económicas por la crisis sanitaria por la covid-19 puede generar un aumento de entre 8.9 y 9.8 millones de personas con ingreso inferior a la Línea de Pobreza por Ingresos, para llegar a entre 70 y 70.9 millones; es decir, al 56.7 por ciento de la población; asimismo, el informe calculó un aumento de entre 6.1 y 10.7 millones de personas con un ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos, hasta un total de 31.7 millones de mexicanos, un 25.3 por ciento de la población, lo que significa que uno de cada cuatro mexicanos padecería ahora pobreza  extrema por ingresos, además de que con la pandemia se han incrementado más las carencias y circunstancias de desigualdad en México.

Todo esto significa que las elecciones que se realizarán el próximo 6 de junio estarán marcadas por un incremento en las condiciones de pobreza que vive el pueblo mexicano, por lo que la urgencia de resolver en lo inmediato las necesidades más apremiantes será el pan de cada día; sin embargo, no debemos olvidar que, para un proceso electoral, un pueblo pobre es la mejor herramienta política para los candidatos, por lo que el discurso del combate a la pobreza, si antes había representado una estrategia sólida, ahora la necesidad que padecen los ciudadanos lo convertirá en el cebo perfecto para ganarse la simpatía de los electores. La pandemia tiene cara de pobreza y eso, para los políticos, representa una oportunidad inmejorable para ganar votos.

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A esto hay que agregarle la conducta asumida por los distintos niveles de gobierno por controlar cada uno de los programas y acciones tendientes a paliar condiciones de insalubridad y pobreza de los sectores más amplios y necesitados, con el claro fin de encaminar la simpatía y el voto hacia el partido político que representan; las vacunas, los programas de transferencia monetaria directa, el mejoramiento de vivienda, apoyos al campo, despensas, son tan sólo algunos de ejemplos de ello.

En Yucatán, se elegirán diputados federales, se renovará el Congreso local y 106 ayuntamientos; sin embargo, tampoco hay una preocupación genuina por parte las autoridades y candidatos por contar con un programa integral que indique a los yucatecos que hay rumbo y que se quiere y sabe cómo disminuir esa brecha de desigualdad social y pobreza que aqueja al 40.8 por ciento del total de la población yucateca, porcentaje al que se acaban de sumar 164 mil yucatecos más, orillados por la pandemia de la covid-19. 

Por tanto, pese a que en la entidad se implementó un plan estatal para impulsar la economía, el empleo y la salud, a través del cual dio a los ciudadanos apoyos alimentarios, seguro de desempleo y créditos, el apoyo fue insuficiente porque un amplio porcentaje de la población estuvo excluida -programa seguro del desempleo-, además de que no existe una política integral para enfrentar la pobreza y otros males que aquejan a miles de familias yucatecas. La crisis sanitaria y económica que vivimos urgen a las autoridades en turno que se pongan a resolver las necesidades que tiene la mayoría de la población, que dejen de condicionar soluciones, porque la necesidad y la falta de oportunidades obliga cada vez más a los necesitados de toda la vida a exigir sus derechos a pesar de que se les estigmatice y se les ataque por ello.

El pueblo no debe caer en el discurso y las promesas -no olvidemos cómo nos ha ido con Morena-; por lo pronto debemos razonar detenidamente nuestro voto y entender que las elecciones próximas pueden darle un rumbo distinto al que estamos viviendo. Definitivamente, hora el pueblo debe tomar la solución en sus manos, los discursos melifluos y las promesas deben quedar en el pasado. Llamo a mis compañeros antorchistas a actuar distinto y a exigir a quienes piden nuestro voto, un verdadero compromiso de respeto a nuestros derechos y solución a las carencias que padecemos, mismas que los gobernantes en turno se niegan a resolver. Acabar con la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia y eso lo tienen que saber aquellos que aspiran a continuar en el cargo que detentan y aquellos que aspiran tenerlo.

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