Una de las muchas promesas incumplidas del actual Gobierno federal era no endeudar más al país; sin embargo, en el Paquete Económico para el ejercicio fiscal 2024, contempla contraer una deuda de 1.8 billones de pesos, el mayor endeudamiento jamás registrado.
“En este sexenio no se recurrirá al endeudamiento para financiar los gastos del Estado ni para ningún otro propósito”, aseguró en algún punto el presidente.
La Constitución establece que la deuda pública debe ser, por lo menos, del mismo nivel que la inversión física. Pero todo indica que de los 1.8 billones de pesos, apenas 889 mil millones de pesos se aplicarán en inversión física. El resto, esto es, aproximadamente un billón de pesos, se destinará para gasto corriente, lo que no contribuye al crecimiento económico del país.
El problema de los gobiernos, incluyendo al actual, es el uso político y discrecional del gasto público en beneficio de la clase política y de los oligarcas mexicanos y extranjeros: por un lado, cada sexenio aparecen nuevos ricos asociados con los gobernantes en turno y, por otro lado, se incrementan de manera descarada las fortunas de los poderosos.
Este contubernio entre la clase política y los grandes capitalistas impide la aplicación de una reforma fiscal que incremente los ingresos con una mayor recaudación con impuestos progresivos, y se logre una verdadera justicia social.
Endeudar más al país significa no incomodar a la gran burguesía mexicana con el pago de impuestos a la medida de sus descomunales ganancias, pero también ahorca las finanzas públicas, pues al incrementarse la deuda, aumentan los costos financieros de la misma. En otras palabras, se pagan más intereses que reducen el margen de maniobra a la hora de atender los graves rezagos sociales.
Este Gobierno perdió lastimosamente su oportunidad para combatir los graves rezagos sociales, pues le costaría romper su relación con los hombres más ricos de México.
Quedan pendientes los grandes desafíos sociales, como la atención universal en salud, destinar los recursos necesarios en la construcción de hospitales y clínicas equipadas, con el personal de salud y abasto de medicamentos necesarios para una atención de calidad.
Este Gobierno perdió lastimosamente su oportunidad para combatir los graves rezagos sociales, pues le costaría romper su relación con los hombres más ricos de México.
Los datos desalentadores en educación son el resultado del desprecio de las autoridades por mejorar las condiciones deplorables de miles de centros educativos, principalmente en las zonas más marginadas.
Asimismo, se ha dejado de lado el mejorar las condiciones laborales del magisterio, y mejorar de manera significativa los salarios, pues los aumentos a estos, tan cacareados por el Gobierno, y pactados con los grandes empresarios, no alivian la situación económica de los trabajadores.
También se ha despreciado dedicar el gasto público en la creación de infraestructura básica en colonias y poblados, esto es, dotar de servicios básicos como agua potable y drenaje, electrificación y pavimento, alumbrado público, etcétera.
Para que el presupuesto deje de utilizarse en beneficio de la clase política y de la gran burguesía se necesita la participación de los millones de trabajadores, que son los que generan con su trabajo la riqueza que se apropian los explotadores con la ayuda de sus lacayos disfrazados de servidores públicos.
Pero con una participación organizada y consciente se debe construir una poderosa organización con los mejores elementos del proletariado mexicano: esta, Movimiento Antorchista, es la del momento.
Etiquetas:
0 Comentarios:
Dejar un Comentario