La Primera Guerra Mundial, en la Revolución Bolchevique y la Revolución Mexicana, entre otros eventos socio-políticos coexistieron en un mundo consternado no solo por las muertes ocasionadas por estos movimientos armados y sus secuelas sociales, económicas, ambientales y demográficas, sino por las devastadoras oleadas de una enfermedad que traspasaba las fronteras de países con rapidez y cubría el ambiente de una capa roja; me refiero a la pandemia de influenza causada por el virus H1N1 con genes de origen aviar en 1918.
En la actualidad nuevamente nos enfrentamos a otra pandemia, el coronavirus; la cual, por los graves daños ocasionados pone al descubierto que nuestro país se encuentra en riesgo de sufrir un retroceso de 20 años ya que hay un abandono en el sistema de salud y los niveles de pobreza abren paso a una crisis sanitaria, económica y social.
Gran parte población mexicana ha perdido su fuente de ingresos a consecuencia de la contingencia de este virus y la falta de posibilidades para pagar renta, comprar alimentos para su familia, comprar medicamentos, etc. es nula; éstos y más son los principales riesgos económicos. A este panorama debemos agregar una hambruna que se padece por no contar con alimentos, la falta de dinero para adquirirlos aunado al incremento de precios de productos agrícolas
El gobernador del estado Mauricio Vila dio a conocer una serie de programas como el seguro de desempleo, apoyo al campo, despensas alimenticias, entre otros; éste no ha sido suficiente ya que en el caso del seguro de desempleo fueron 46,800 beneficiarios; de acuerdo con la encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INEGI), en el segundo trimestre de este año, Yucatán registró que tiene una población económicamente activa de 1,109,747 , pero de estas, hay una tasa de informalidad laboral de 56.6 por ciento que representa 621,458 personas que tan solo el 7.53 por ciento obtuvo este apoyo. A este paso vemos como la enfermedad está acompañada del hambre.
Es irresponsable que el gobierno federal siendo éste la máxima autoridad de nuestro país, no esté implementando acciones adecuadas y suficientes para que los mexicanos no sufran los estragos de la falta de alimentos y demás.
El pasado 5 de abril el presidente de la república dio a conocer su informe en donde todos pensamos que tenía un plan para poder enfrentar la pandemia, no solo en la cuestión del sistema de salud sino también en la parte económica ya que en Yucatán como en otros estados ha sido muy evidente el gran número de personas que se han quedado sin empleo; en este sentido entendemos que realmente se ve afectada la clase trabajadora.
Es indignante que la máxima autoridad de este país siempre haya predicado que "primero los pobres" y ante este monstruo al que nos enfrentamos, no pueda ser empático con el pueblo porque para hacer caso a las recomendaciones de salud, quedarse en casa y no morir de hambre, el gobierno tiene que implementar apoyos económicos y alimenticios.
En el municipio de Espita que cuenta con 16,071 habitantes la gran mayoría de las mujeres se dedican al urdido de hamaca, bordado a mano, venta de frutas y hortalizas y los hombres se dedican al campo o en su caso su contratados para cuidar ranchos; éstos hoy en día se encuentran sin empleo y las consecuencias se ve reflejado en el bolsillo de las familias (Trabajadores foráneos, en Tulúm, Cancún, etc.).
Ante este panorama antorcha a nombre de todos los yucatecos humildes que están padeciendo de hambre hacemos un llamado al gobierno federal para que tome cartas en el asunto e implemente un programa nacional de distribución de alimentos. Levantamos nuestra voz y la unificamos con la de miles de mexicanos humildes que se encuentran en esta situación.
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