México tiene una Constitución política que surgió en su momento como la más avanzada del mundo en el terreno de la justicia social (lo sigue siendo, atrás de las constituciones de los países socialistas) y fue fruto de la lucha del pueblo humilde mexicano, lucha que incluyó la guerra armada, encabezado por sus mejores hombres.
El pasado 23 de agosto se cumplieron 221 años del natalicio de uno de estos gigantes: Don Manuel Crescencio García Rejón y Alcalá, hijo ilustre de lo que hoy conocemos como Bolonchén de Rejón, Campeche, cuando era Bolonchen-Ticul y correspondía al estado de Yucatán.No puedo narrar en tan breve espacio su monumental obra, pero diré solamente lo que me interesa destacar.Fue hijo de padre español y madre canaria, nació novohispano, es decir cuando éramos aún una colonia española.De familia pobre, conoció el sufrimiento del pueblo y desde joven definió sus dos pasiones: el deseo de acabar con las injusticias que se cometían en contra del pueblo humilde y su ímpetu por el estudio y la literatura.Estudió filosofía pese a sus carencias materiales, y se hizo periodista, abogado defensor, político y jurista como un modo de luchar por la justicia a través del derecho.
Se hizo partidario y defendió los elementos fundamentales de los Sentimientos de la Nación de José María Morelos y Pavón: la soberanía debía recaer en el pueblo; la división tripartita de los poderes supremos; la abolición de la esclavitud; y el derecho de ser escuchado en un juicio, lo que hoy se materializa en el derecho al Debido Proceso y la Presunción de Inocencia, derechos que el actual Gobierno federal, con la complicidad del Congreso de mayoría morenista, intentó y sigue intentando conculcar.
Rejón desde muy joven apoyó el movimiento independentista redactando y distribuyendo proclamas que circularon tanto en Yucatán como en Campeche.
Al consumarse la independencia, formó parte de la delegación yucateca al Congreso General Constituyente en 1822, abogó por la abolición de la pena de muerte, la abolición de pensiones y encomiendas a descendientes de conquistadores y la supresión de la servidumbre de los indios, y defendió que los nombramientos de los ministros del Tribunal Supremo fueran facultad del Congreso y no del Ejecutivo.
Se opuso al nombramiento de Agustín de Iturbide como emperador y eso le valió la persecución y la cárcel al ser disuelto el Congreso por Iturbide.
Su deseo de justicia nunca menguó, recuperó su libertad y siguió escribiendo en defensa de las ideas liberales, republicanas y federalistas.Al restablecerse el congreso, participó en la redacción del proyecto de Constitución Federal de 1824 y redactó lo que se considera el antecedente de la Ley de Amparo, el objetivo: limitar el poder de la autoridad sobre los ciudadanos para darles a estos un instrumento de defensa ante los abusos del poder.
Con el golpe de estado de Anastasio Bustamante contra Vicente Guerrero, vuelve a ser perseguido y encarcelado, pero nunca dejó de escribir, protestando contra los abusos y privilegios.El avance liberal le devuelve la libertad, se suma a Valentín Gómez Farías de quien fue secretario, pero al regreso de Santa Ana es nuevamente perseguido y hasta se le trató de implicar en el asesinato del cónsul de Suiza.
En 1840 se unió al levantamiento del pueblo contra el Gobierno y en pro del federalismo que nombró como presidente a Gómez Farías.Fracasada la rebelión, se refugió en Yucatán.Es entonces cuando intervino en la redacción de la Constitución de ese estado, que aportó a nuestras leyes los siguientes elementos: elección popular directa, establecimiento del jurado popular, libertad de cultos y de prensa, supresión de fueros civiles y militares e institución del juicio de amparo, redactado por Rejón, en defensa de las garantías individuales y los derechos humanos contra los abusos del poder establecido, fuera el que fuere; sería el ilustre jalisciense Don Mariano Otero, quien lograría que el juicio de amparo se incluyera en el Acta de Reformas de 1847.
Don Manuel Rejón nunca dejó de luchar hasta el día de su muerte en 1849, fue calumniado y acusado, pero la persecución jamás lo detuvo, y solo de ese modo y como resultado de los levantamientos del pueblo mexicano y el sacrificio de nuestros héroes nacionales, hoy tenemos una Constitución progresista que, como ya lo ha dicho el ingeniero Aquiles Córdova Morán, líder nacional del Movimiento Antorchista, si se respetara y se aplicara con todo rigor, sería suficiente para convertir a nuestra querida patria mexicana en una nación poderosa, independiente y justa.
Pues hoy, el legado de estos grandes mexicanos está siendo mancillado con cinismo y desparpajo por el actual Gobierno federal y consideré conveniente y necesario recordar a usted, amable lector, el legado de Don Manuel Rejón y de nuestros héroes nacionales, quienes, con su valor e inteligencia, y a pesar de la persecución, lucharon para dejarnos a las generaciones venideras estos instrumentos de defensa contra las clases poderosas que hoy todavía gozamos todos los mexicanos.
Hoy se corre un gran peligro de perder esto, de sufrir un grave retroceso en manos de quienes se llenan la boca de invocar a estos mismos héroes que hoy ultrajan e insultan.
Y es precisamente en nuestra Constitución en donde vemos la embestida de los personeros de la mal llamada cuarta transformación, quienes quieren ver a los mexicanos agachados y callados, como los campesinos e indígenas en la época de la colonia, sin defensa alguna ante el poder del Gobierno, el cual puede disponer de sus bienes, cosas y personas sin oportunidad de defensa para que se les persiga, someta, encierre en mazmorras, torture y ejecute, al viejo estilo de la Santa Inquisición.Hoy la Cuarta Transformación con su "líder moral" Andrés Manuel López Obrador y su engendro Morena, nos quieren hacer regresar más de 200 años y están dispuestos a perseguir a quienes se opongan.
Así se explica la campaña de calumnias que se ha desatado en contra del Movimiento Antorchista Nacional y en particular contra nuestros dirigentes, y de ese tamaño es la injusticia que los mexicanos NO debemos permitir, si tenemos algo de dignidad y de orgullo.Antorcha no se va a detener, nuestra decisión es firme y sabemos que, pese a la represión y la persecución injustas, con el tiempo, vamos a ganar porque la historia está de nuestro lado.Con esto pueden contar todos los mexicanos, pero, como en los tiempos de Manuel Rejón, nada se podrá conseguir sin la acción decidida del pueblo.
En estos momentos en los que pareciera que regresamos a los tiempos tenebrosos de la colonia, urge que los mexicanos lo entendamos y lo recordemos para no entregar impávidos y postrados lo que nuestros héroes ganaron con su sangre para que hoy nos podamos defender.Todavía.
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