*Semáforo naranja afectará más la economía de chetumaleños.
Chetumal, Quintana Roo.- Tal como lo dijo el presidente, Andrés Manuel López Obrador, que se contagió de covid-19 porque tiene que trabajar, de la misma forma miles de habitantes de Chetumal, Quintana Roo, están expuestos a la enfermedad pandémica porque deben trabajar, y mientras el gobierno que él encabeza no los apoye no va a controlar la pandemia.
Así lo advirtieron trabajadores, luego de que Quintana Roo regresó al semáforo epidemiológico en color naranja, que significa alto riesgo de propagación de la covid-19, y de que la noticia provocó irritación y frustración entre la población.
"La gente no tiene ni dinero ni comida, y mientras el Gobierno federal y estatal no garanticen el bienestar de los pobres, va a ser imposible controlar la contingencia porque la gente tiene que salir a buscar para alimentarse. A ellos se les dice quédate en casa, pero no se les otorga un poco de ayuda para aguantar el encierro y, por desgracia, el hambre no espera", exclamó Margarito Cruz Vida, taxista y vecino de la colonia Mártires Antorchistas.
Por tanto, pidió al mandatario federal que brinde algún tipo de ayuda a las miles de familias de la entidad que, por la pandemia del coronavirus, están sin empleo y comida.
Cruz Vida refirió que con las nuevas restricciones por el semáforo en color naranja no solo afectan al gremio de taxistas, sino a todos los ciudadanos, por la restricción de la movilidad y de las actividades comerciales, y los más afectados serán los trabajadores de escasos recursos económicos.
"Sin duda la pandemia ha provocado graves consecuencias, principalmente en los sectores más vulnerables de Quintana Roo y, conforme avanzan las fases de la enfermedad y se implementan medidas más severas de restricciones en la movilidad ciudadana, las familias resienten la falta de empleo, de ingresos y por ende la falta de alimentos", apuntó.
Señaló que las familias humildes a duras penas sobreviven porque no hay trabajo y estar en la informalidad con alguna actividad de venta les aporta un mínimo presupuesto para no morirse de hambre; la crisis económica no sabe hasta cuándo vaya a terminar.
"En esta crisis la gente no se alimenta bien, sólo les alcanza para comer un poquito de frijol con arroz y sopa y todos los días deben decidir si cenan o no y en caso de hacerlo solo los menores de la casa tienen ese privilegio, los mayores deben esperar a la mañana siguiente para probar alimento", expuso.
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