El pasado domingo, en plena navidad, la caravana autodenominada “Éxodo de la Pobreza”, partió de Tapachula, Chiapas, continuando su marcha por las carreteras de la misma entidad, tras acusar falta de atención por parte del Gobierno mexicano, de la 4T pues.
Ese día 6 mil migrantes que conforman el contingente, se levantaron por la madrugada, después de una Nochebuena sin festejos, ni regalos, ni grandes cenas, en la que la mayoría durmió a la intemperie.
Este grupo, integrado principalmente por centroamericanos, venezolanos y cubanos, avanza poco a poco sin que ninguna autoridad las apoye en su travesía. Esta caravana es la más numerosa de este año y tiene lugar en tiempo de que una delegación de alto nivel de Estados Unidos llegue a México para acordar con el Presidente Andrés Manuel López Obrador nuevas medidas en la materia.
El gobierno mexicano debe tomar muy en cuenta que personajes como Greg Abbott, gobernador de Texas y Donald Trump, vociferan un día y otro también, en contra de los migrantes.
Abbott ha decidido emprender acciones que afectan a los migrantes como lo son deportaciones, cacerías, boyas con alambres, es decir, no aporta nada a la resolución del problema migratorio. Por su parte Donald Trump, con el fin de adquirir adeptos, dice barbaridades como “los migrantes envenenan la sangre de Estados Unidos”, frase considerada nazi-fascista.
Esta delegación de “altísimo nivel” quiere discutir nuevas acciones que puedan tomar juntos para abordar los desafíos fronterizos actuales y adoptar nuevas medidas para controlar el flujo de migrantes a través de la frontera común: puestos de control en ferrocarriles y carreteras, favorecer la presencia de las fuerzas armadas en el sur, es decir, una verdadera escalada antinmigrante. Y convertir el país en un campo de guerra contra los migrantes.
Datos escalofriantes: en diciembre capturó EU a más de 225 mil migrantes, la mayor cifra en 23 años; el gobierno estadounidense tiene en custodia a 11,700 niños. “Este es el marco de la ultraderecha mundial que busca chivos expiatorios para desviar la atención del verdadero conflicto neoliberal que hace agua por todos lados, pero cuya salida de la crisis pasa absurdamente por su profundización. Por ello dirigen sus ataques hacia los migrantes del mundo, el grupo más vulnerable convertido en el enemigo público número uno. Esta ultraderecha mundial está habilitando todas las formas de violencia posible para descargar odio y frustraciones, promoviendo ambientes que permitan la creación artificial del miedo como vía de penetración sicológica en todas las capas de la sociedad. Así justifican los más oprobiosos modelos de violación de los derechos humanos”. Ana María Aragonés, La Jornada 26 de diciembre 2023.
Los flujos migratorios han aumentado tras la crisis de los años 2008-09. En periodos anteriores, las fronteras se mantuvieron lo suficientemente porosas para que los migrantes fluyeran a conveniencia de los países desarrollados y bajo condiciones muy vulnerables porque la globalización neoliberal planteó la libertad de movimiento para las mercancías y el capital, frenó a las personas, lo que explica por qué el patrón migratorio estuvo formadomasivamente por trabajadores indocumentados.
Las fronteras no pueden ni deben de bloquearse no solo por ser totalmente ineficiente, contrario a los derechos humanos.
“Pero sobretodo porque promueve a los traficantes de personas que han creado redes internacionales de explotación migrante y favorecido su incremento, pero que al final, lamentablemente, se estrellan en muros fronterizos al negárseles acceder a los mecanismos establecidos claramente con el derecho internacional, asilo, refugio, visas humanitarias”. Ana María Aragonés, La Jornada 26/12/2023.
México debe rechazar cualquier tipo de presión que le haga Estados Unidos como lo son el reforzamiento de las fronteras con más Guardia Nacional; que el país reciba a todos los migrantes devueltos de EU, sin importar nacionalidad o situación administrativa; que construya un espacio de concentración de migrantes en el sur del país y convertirse en un “tercer país seguro”. Esto no lo debe permitir el gobierno federal.
Para una verdadera solución al conflicto los gobiernos debieran revertir el modelo trabajo explotador por un modelo de desarrollo incluyentes, de oportunidades para todos, un régimen fiscal que permita una equitativa distribución de la riqueza.
El día que se resuelva de raíz el problema migratorio, ese día habrá navidad para todos.
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