La lucha obrera ha tenido un largo camino que recorrer desde el año 1913 cuando por primera vez en México se celebró el primero de mayo con una manifestación en la que participaron más de 25 mil trabajadores que exigían al gobierno mexicano la aplicación de la jornada laboral de 8 horas; pero, no fue sino hasta la constitución de 1917, en el artículo 123, cuando se establecieron los derechos laborales, como la jornada de 8 horas, un día de descanso por seis días de trabajo y salarios justos.
Hoy, a más de un siglo de que se establecieron estos derechos para la clase trabajadora de nuestro país, poco han cambiado las condiciones de vida de los trabajadores, pues siguen siendo explotados sin compasión por la burguesía, se violan sus garantías sociales, se les niega una vivienda digna, carecen de un sistema de salud, tienen una educación deficiente y su salario es de hambre.
Todos sabemos que México está en una crisis o por lo menos nos damos cuenta de la situación en la que nos encontramos los mexicanos, tenemos crisis económica, de salud, laboral, social, delictiva, política, democrática.
La clase trabajadora no se puede conformar con reformas laborales o leyes parlamentarias que lo único que hacen es extender la brecha de la desigualdad social; no se puede conformar con un día más de descanso que es en lo que se ha convertido, tristemente, la fecha del Día del Trabajo.
La pasividad y sumisión de los trabajadores no es por la falta de motivos, sino por una situación dura y angustiosa, pues el déficit de 1.43 millones de empleos formales es grave, algo que se deja sentir si se toma en cuenta el desempleo total y no solamente comparando el empleo de hoy con el que había antes de la pandemia, además, según el INEGI, en el punto más alto de la pandemia que se presentó en 2020, se perdieron 1.1 millones de empleos formales y más de 12 millones de personas abandonaron su trabajo como consecuencia de la crisis sanitaria.
Esto no es nuevo, pues en los 3 últimos años y lo que llevamos de este 2022, justo lo que Andrés Manuel López Obrador y su Cuarta Transformación, llevan al frente del gobierno mexicano, se ha incrementado la difícil situación de México.
La clase trabajadora de México necesita plantearse nuevas metas, porque no basta exigir una jornada reducida, necesitamos exigir que la riqueza producida por el propio obrero sea repartida equitativamente, que se atiendan verdaderamente las carencias de los trabajadores y sus familias.
Para que esto se cumpla no sirve la caridad de López Obrador, lo que se requiere es la organización de los trabajadores y de todas las capas sociales que se sienten ofendidas, maltratadas, humilladas y explotadas, y una vez organizados dar la lucha para tomar el poder político, para que desde ahí se pueda aplicar un modelo económico que le garantice a todo el pueblo una vida digna y mejor, pues en el panorama nacional, en donde existen 1.57 millones de personas desocupadas como efecto directo de la pandemia, que 3 de cada 10 jóvenes sin rezago educativo están desempleados, 33 millones de trabajadores no reciben un salario suficiente para cubrir la canasta básica y 34.5 millones de personas con empleo no están afiliadas al Seguro Social, esto según datos de especialistas, el gobierno morenista le ha apostado por la demagogia y una aparente democracia sindical.
Hay países con el mismo sistema que el nuestro, pero tienen a sus obreros contentos, por eso ya va llegando la hora de que México exija ese trato. Esos países les pagan bien, y al que menos gana, le dan al día mil 200 pesos, mientras aquí no alcanza ni para comer.
Ya es hora de que este gobierno que dijo que, por el bien de México, primero los pobres, empiece a gobernar realmente para beneficio de los trabajadores mexicanos, que equilibre los sueldos al igual que en los países con los que comerciamos.
Es momento de alzar la voz para exigir por los que no pueden hacerlo, ser los ojos de los que no miran, los pies de aquellos que no los tienen y los brazos de aquellos que no los levantan porque ya se cansaron de hacerlo y no tener respuesta alguna a su lucha. Nosotros somos brazo que lucha y espíritu que crea.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario