Cuando en 2018 más de 30 millones de mexicanos eligieron a López Obrador como presidente de la República, la mayoría de ellos creyeron sinceramente que “ahora sí” el gobierno iba a atacar los graves problemas que venía arrastrando el país, es decir, la pobreza y pobreza extrema, la corrupción, impunidad e inseguridad rampantes, el bajo desarrollo económico, por sólo mencionar algunos, y con ello sacar a México de la difícil situación en la que se encontraba. También había gran entusiasmo, sobre todo en las clases medias, porque había un creciente hartazgo por cómo venían conduciendo al país los gobiernos del PRI y del PAN así como de los casos gravísimos de corrupción e impunidad entre los funcionarios y los mismos presidentes, y por el clima de inseguridad tan grande al que habían llevado las políticas de esos mismos gobernantes, y este hartazgo se reflejó en las urnas, y al ganar tan holgadamente ese entusiasmo se convirtió en una esperanza de que las cosas iban a cambiar.
Pero, ¿qué pasó después de casi dos años y medio de ostentar el poder López Obrador?, ¿se atacaron y resolvieron esos grandes problemas?, ¿se está combatiendo en serio la pobreza en nuestro país?, ¿ya se acabó la corrupción y la impunidad o al menos se las está combatiendo en serio?, ¿hemos crecido desde el punto de vista económico?, ¿la inseguridad ya tiene vistos de ser abatida en el corto o mediano plazos?, ¿hay más empleo y mejores condiciones de vida de los mexicanos?, ¿la salud, la educación y otros servicios están mejor que antes? NO, un claro y rotundo NO.
En todos estos aspectos y en muchos otros, nuestro país está mucho peor que antes. Todos sabemos que, por ejemplo, en el crecimiento económico, aún antes de la pandemia, México iba descendiendo hasta llegar, según expertos, a un -9% del PIB y esto trae graves consecuencias en concreto en la vida de los mexicanos, sobre todo de los más desprotegidos, o sea, menos empleo, menos salario real, menos obras y servicios para los pueblos y colonias, aumento de los precios de los servicios básicos, menos recursos captados a través de los impuestos para el gobierno, menos gasto público en salud, educación, es decir, más pobreza y miseria.
Todos sabemos, además, el pésimo tratamiento y el nulo apoyo a la población y a las pequeñas y medianas empresas que son el sustento de millones de familias con la crisis sanitaria. También como ejemplo, la bandera principal de la 4T, el combate a la corrupción y a la impunidad, ha resultado un verdadero fiasco y una gran desilusión, los casos de Bartlett, Eréndira, Ackerman, Pío, Lozoya, Felipa y un largo etcétera, demuestran que los “revolucionarios” que accedieron al poder no son más que una bola de clasemedieros resentidos que nunca habían disfrutado de las “glorias” del poder y que siempre las habían añorado y perseguido durante toda su vida de “luchadores sociales” y ahora que están en donde hay, desesperadamente están aprovechándose de su privilegiada situación para exprimir hasta agotar el erario respaldados por la misma presidencia.
También hay que señalar el gravísimo atentado contra la democracia que, un día sí y otro también, AMLO y Morena por medio de Mario Delgado, presidente de ese partido, hacen en sus declaraciones contra el Instituto Nacional Electoral (INE), en el sentido de que si no se “respetan” las candidaturas de Raúl Morón y Félix Salgado para las gubernaturas de Michoacán y Guerrero respectivamente, habría que desparecer al Instituto, o sea que si no se hace lo que ellos dicen y quieren, tienen el poder para desaparecer lo que quieran.
En fin, estos señores (los de la 4T, incluido obviamente AMLO), que fueron la esperanza de México, como ellos mismos se llamaron, son los que nos gobiernan, son los que dirigen (al precipicio) a nuestro país y son los que quieren seguir gobernando en el mismo sentido. Ellos, los que desprecian a las instituciones, los que se están enriqueciendo con el poder, los que son unos verdaderos ineptos en el arte de gobernar, ellos que literalmente están matando a cientos de miles de mexicanos con su política sanitaria, ellos que en lugar de combatir eficientemente la inseguridad hasta saludan afectuosamente a familiares de delincuentes, ellos que nos están llevando al colapso económico, ellos que se aprovechan de su privilegiada situación para saquear el presupuesto, ellos, ellos, ellos… nos quieren seguir gobernando.
No debemos permitirlo, no debemos dejar que Morena controle el congreso, no debemos permitir que siga gobernando en la total impunidad. NO votemos por Morena, ni un voto a Morena.
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