Cuando el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) va a las elecciones, viste su traje de corderito democrático; le promete al pueblo "transformaciones" sustanciales, le ofrece el Sol, la Luna y las estrellas, incluso usa algunos aspectos legales para conseguir los votos. Sin embargo, no es igual en todos lados, pues en Texcoco la comunidad ha sido testigo de otros recursos más infames, como la compra de votos, las amenazas, calumnias y difamaciones como formas de "convencimiento" de Morena. El pueblo votó a favor de los candidatos morenistas, pero no les firmó un "cheque en blanco" para que, una vez en el poder, se despojaran de su disfraz democrático para mostrar su verdadera naturaleza, su ideología fascista, y su profunda incapacidad para gobernar.
Morena impone su voluntad en el gobierno, a la buena o a la mala. A la buena implica la sumisa aceptación de sus órdenes; a la mala significa que aquel que se atreva a protestar será víctima de trampas, calumnias y, como último recurso, de la violencia física por parte de la policía, que se emplea para atacar y perseguir a los opositores, que no son otros que ese mismo pueblo bueno y sabio a quien juraron representar, pero que hoy sufre la violación a sus derechos constitucionales, estipulados en los Artículos 6º, 8º y 9º de la Carta Magna, que el nuevo gobierno pisotea sin contemplación alguna.
En Texcoco vemos esta política implementada como juramento. Desde el inicio de su administración, Sandra Luz Falcón dijo que no destinaría recursos para proporcionar los servicios elementales a las comunidades; ante el lógico descontento de los gobernados, optó por la fuerza y la violencia para "resolver el problema". Aprovechando la influencia de sus correligionarios en el Senado de la Republica, contrató a periodistas para que defiendan a su administración y ataquen a los inconformes, cerrando los ojos ante las carencias de miles de texcocanos que no cuentan con las condiciones mínimas para una vida diga. El ejemplo más reciente de su política fascista fue la anulación de las elecciones en San Simón, Lázaro Cárdenas Inamex y Tulantongo, donde los comicios regionales fueron desfavorables a su partido; y cuando la justificada inconformidad se desató, la alcaldesa texcocana envió a la policía, con su director a la cabeza para imponer su antidemocrática voluntad. En Santa María Tulantongo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Sala Regional Toluca, determinó anular la elección de delegados, una vez que se demostró que los morenistas intervinieron ilegalmente en el proceso y que incurrieron en irregularidades como introducir en las urnas papeletas sin color ni nombre de los candidatos, imponer la presencia de funcionarios del ayuntamiento mediante una asamblea interna con el pretexto de cuidar las urnas; estas maniobras estaban orientadas a conseguir, a toda costa, que el resultado electoral favoreciera a Morena. La acción del Poder Judicial restableció el orden democrático, retirando el nombramiento a los fraudulentos delegados y ordenando repetir la elección en Tulantongo.
Pero el ayuntamiento texcocano, lejos de reconocer sus fallas y dejar de intervenir en el proceso, decidió echar mano de la policía para desarrollar campaña de persecución contra quienes apoyaron a las planillas contrarias a Morena o denunciaron las anomalías del proceso; con el pretexto de que habían recibido "denuncias anónimas de acciones sospechosas", las patrullas municipales se dedicaron a acosar a quienes no simpatizan con el partido del Presidente, desencadenando una persecución al más puro estilo fascista. El hecho resulta más grave porque se convierte a la fuerza pública, creada para proteger a la población, en un instrumento represivo del que tenemos que protegernos, instrumento financiado con recursos públicos, cuyo origen son los impuestos que pagamos todos los ciudadanos.
El pasado martes 25 de junio, el dirigente de los antorchistas de la zona de Tulantongo, Birzavid González Jiménez, fue rodeado por las patrullas Tx-S-095, Tx-S-123 y Tx-C-096, frente a la iglesia de Tulantongo, monumento histórico que, por cierto, fue reparado gracias a la importante gestión del Movimiento Antorchista de Texcoco. Los policías, pretextando una supuesta denuncia anónima, lo acusaron de "ratero"; al no encontrar ninguna prueba flagrante, se dispusieron a registrar un automóvil a tres metros de él, vehículo que no había sido denunciado. Y así, sin mostrar ninguna orden de cateo, procedieron a inspeccionar el vehículo, donde encontraron propaganda crítica, pero legal, contra Andrés Manuel López Obrador. Sin mayor trámite, encarcelaron ilegalmente al compañero Birzavid, para después exhibirlo en una absurda farsa "legal" y "demostrar" a la población la clase de "delincuentes" que forman en las filas de Antorcha.
La verdadera razón de este agravio es que el compañero estaba esperando a otros para ir a Ecatepec a protestar durante el mitin que hizo el Presidente ese mismo martes. ¿Es eso un delito? Además, mientras era conducido a la patrulla, uno de los oficiales le dijo " ya no te metas en la elección de Tulantongo". ¿Qué opina usted, amable lector? ¿Así o más claro?
Como dice Isaac Asimov, "la violencia es el último recurso del incompetente"; ése es exactamente el recurso del que se vale Sandra Luz Falcón cuando se le demanda que cumpla lo que prometió en campaña. De tal suerte que ya se anticipan sus acciones en Tulantongo: querrá imponer nuevamente a sus incondicionales. El tiempo lo dirá, sin embargo, los antorchistas consideramos un deber adelantarnos y advertir a los texcocanos. Exigimos, pues, que el ayuntamiento respete el derecho a la libre autodeterminación de las comunidades de Texcoco; que respete el derecho a los usos y costumbres de los pueblos y colonias de Texcoco; que deje la intimidación y la represión con la policía municipal; que centre sus esfuerzos en atender las demandas de sus gobernados. Basta de represión en Texcoco. A partir de este momento responsabilizamos al ayuntamiento de Texcoco, encabezado por Sandra Luz Falcón, de cualquier agresión contra los antorchistas de Texcoco o contra los miembros de las planillas que no comulgan con sus ideas.
Al pueblo de Texcoco, lo llamo a unirse y organizarse para defender sus derechos. Morena ya se está exhibiendo como el lobo disfrazado de cordero y perderá el apoyo que llevó a su partido al gobierno; más temprano que tarde veremos un cambio en Texcoco y en el país, pues con Morena no solo se repiten las viejas fórmulas de ignorar al pueblo y no atender sus necesidades, ahora también se lo persigue y agrede. Llamo al pueblo de Texcoco a unirse por el renacimiento de nuestro municipio.
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