Hace rato que ciertos actores políticos, algunos del Mezquital y otros ajenos al municipio, vienen proponiendo la división del territorio para la creación de un nuevo municipio, totalmente indígena, el “municipio 40” le llaman. Derivado de ello, la gente de a pie, de las diversas localidades, se han acercado a un servidor para preguntar sobre los beneficios de este nuevo proyecto. Por lo anterior, me atrevo a dar mi modesto punto de vista.
Lo primero que debo dejar claro es que la creación del “municipio 40” no es una iniciativa del grueso de la población, no es una iniciativa de los indígenas en general, es una iniciativa de un muy reducido grupo de indígenas que se han mantenido de la presidencia municipal y otros puestos públicos, durante años. Los propulsores (de los partidos PRI y morena, que hace tres años comían en el mismo plato) se han apoyado fundamentalmente en dos puntos para justificar el proyecto: a) los indígenas históricamente han sido relegados políticamente y, b) los apoyos no llegan a las comunidades indígenas porque se quedan en la cabecera municipal con los mestizos.
Este refrito, que tiene ya tiene varios años, se oxigena cada que se acerca un proceso electoral. Lo último que leí fue un boletín recogido por los medios de comunicación locales sobre la iniciativa presentada por la diputada indígena, Sandra Luz Reyes, para reformar la Constitución Política del Estado, con la idea de facilitar el proceso para la creación de esta municipalidad. Hoy la ley pide, entre otras cosas, que el territorio del nuevo municipio sea mayor a los 1,500 km2, una población mayor a los 12,000 habitantes y, que la cabecera municipal tenga un número mayor a 6,000 habitantes, requisitos que, según ellos, han dificultado el avance del proyecto.
Para responder a la pregunta de cuáles son los beneficios de la creación del “municipio 40”, pondré como ejemplo al estado de Oaxaca, que hoy tiene 570 municipios, producto de los conflictos por la disputa del poder municipal, pues todo mundo quería ser alcalde. Prácticamente cada pueblo se ha convertido en un municipio. El resultado de esta multidivisión territorial es más pobreza, falta de policías, falta de obra pública, etc., pues al final del día, el presupuesto disminuyó drásticamente para cada municipio, porque tuvo que repartirse a los nuevos. Hoy Oaxaca es la cuarta entidad más pobre de México, después de Chiapas, Guerrero y Puebla; de ahí la emigración masiva de los indígenas en busca de alimentos. El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) afirmó en un artículo reciente que “tan solo el año pasado, (..) unos 200 mil jornaleros abandonaron sus comunidades y pueblos de origen para trabajar en las grandes estancias agropecuarias de los estados norteños y del noroeste del país.
¿Entonces de dónde sacan que la creación de un nuevo municipio es la gran panacea? Y es que el presupuesto para las entidades es prácticamente el mismo año con año, como es el caso de Durango, que, aunque a simple vista se ve un ligero aumento, con el alza del precio de los productos, queda prácticamente igual. O sea, aunque nos llegó un poco más de dinero, los precios ya subieron y lo que podemos adquirir con ese dinero, es lo mismo, o un poco menos que el año pasado. Entonces, ¿de dónde sacarían el presupuesto para el “municipio 40”? Por lógica, el que llega a Mezquital, ahora se dividiría en 2. ¿Y eso en qué le beneficia a la gente humilde? No solo no le beneficia, sino que le perjudica, porque ahora con ese poco recurso, hay que contratar nuevos policías, hay que pagarle al nuevo presidente municipal, a los nuevos regidores, a los nuevos trabajadores de la presidencia, a nuevos barrenderos, etc., además de la construcción de la presidencia municipal y otros gastos. Dicho con otras palabras, ahora, el mismo recurso le estaremos entregando a dos ladrones y sus trabajadores. Si la solución para salir del atraso y la pobreza fuera crear nuevos municipios, Oaxaca sería el estado más rico del país. Pero es el cuarto más pobre.
Entonces, lo único que le queda al pueblo es organizarse para resolver los problemas que existen en Mezquital, exigir a los gobernantes que se distribuyan los recursos de manera equitativa y sin distingos, porque no es cierto que los recursos se quedan en la cabecera con los mestizos, se quedan en manos de una o dos familias, la gran mayoría vive en pobreza. Y si los gobernantes no van a distribuir los recursos a toda la población, entonces el pueblo debe prepararse para sustituirlos. Esa es la tarea.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario