“Educad a los niños y no tendréis que castigar a los hombres”
Pitágoras
La infancia en México está pasando por una gran crisis. Mientras escribo estas líneas millones de niños se encuentran en los semáforos haciendo de malabaristas, unos guardando silencio del maltrato u acoso que sufren en la calle o en su propia casa, otros tantos en el metro acercándose tímidamente a limpiar los zapatos de los pasajeros, etc. Es decir, los niños no disfrutan como debe de ser esa etapa.
En lo que va del gobierno de la 4T no ha habido una sola mañanera dedicada a presentar una nueva estrategia que garantice de manera integral, más allá de lo que ya existía, los derechos de la niñez mexicana. Por lo contrario, no olvidemos que, en aras de acabar con la corrupción, López Obrador eliminó las guarderías, los comedores comunitarios y el apoyo a los niños con cáncer. Para resolver todos estos problemas no bastan los programas de transferencias directas de ingreso como lo hicieron gobiernos pasados y sigue haciendo el actual.
Sin duda la pandemia vino a afectar aún más su situación: el gobierno lanzó la famosa campaña de #QuédateEnCasa dejando a un lado la realidad de millones que no podían cumplir con esa medida por la “sencilla” razón de no tener el refri lleno ni el dinero para encerrarse sin morirse de hambre. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México hay 934 mil hogares donde alguna niña o niño no come en todo el día o come una sola vez al día. Pero a la par de ese indicador somos el país con mayor obesidad infantil en el mundo; según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), al menos la tercera parte de las niñas y niños presenta obesidad, condición mayoritaria entre la población de ingresos medios y bajos, entre quienes el consumo de alimentos de baja calidad es la única opción.
Sus escuelas cerraron y las opciones para continuar sus estudios se limitaron a la tecnología que tuvieran en casa y, por si no bastara, el distanciamiento social y el confinamiento prolongado afectó su salud mental. De acuerdo con el informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), “Estado Mundial de la Infancia” (octubre de 2021), se estima que 13 por ciento de quienes tienen de 10 a 19 años padece un trastorno mental diagnosticado. En ese rango de edad, el suicidio es la cuarta causa de muerte: cada año, casi 46 mil adolescentes se quitan la vida, uno cada 11 minutos.
En nuestro país viven casi 40 millones de niñas, niños y adolescentes, y representan 35 por ciento de la población; más de la mitad, 51.1 por ciento, vive en pobreza, lo que los hace susceptibles a ser cooptados por el crimen organizado. Algunos organismos nacionales e internacionales, como la Redim y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “advierten que en México podría haber entre 30 mil y 45 mil infantes en actividades delictivas, y alrededor de 250 mil se encuentran en riesgo de ser reclutados por el crimen organizado”, agregando además que, según el balance anual de Redim 2020 “El año de la sindemia y el abandono de la niñez en México” estableció que la explotación infantil tuvo un aumento de 157 por ciento el año pasado, con respecto a 2019.
Con el regreso a clases presenciales, cientos de escuelas no cuentan con las condiciones propicias ya que durante este periodo de pandemia las escuelas fueron prácticamente saqueadas. Miles de niños corren contentos a sus escuelas para poder ver a sus amigos y maestros, pero su rostro cambia cuando ven que no tienen mesas ni sillas ni juegos para divertirse.
Además, no se cuenta con un plan de seguridad para que los niños no se contagien. Según la Federación de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), “el dato más reciente, solo en enero de este año, 61 menores murieron por COVID-19, la mayoría (53) falleció en los últimos 15 días de enero, de acuerdo con un reporte del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna). En el acumulado suman 91, 000 contagiados y 855 defunciones en este grupo poblacional”. Por lo que la organización estudiantil nuevamente se manifiesta en contra de estas políticas negligentes.
Está claro pues, que para Morena y la 4T no es prioridad la niñez, que ponen por encima sus intereses de grupo gastándose millones en el teatrito de la revocación de mandato en lugar de destinar los recursos para alimentación, mobiliario educativo y vacunación para los niños, exponiéndolos al peligro y a merced de la delincuencia.
Mucho se ha debatido sobre si los seres humanos nacen o se hacen malos. Los que dicen que el hombre es malo por naturaleza sostienen incluso que nacemos con un “gen egoísta”; los que mantienen la creencia de que el hombre es bueno desde el nacimiento dicen que es la sociedad la que nos corrompe, que somos víctimas de nuestras circunstancias y que, por lo tanto, para hacer y ser buenos hombres, hay que crear condiciones propicias para que nos eduquemos desde niños. El Movimiento Antorchista es de ésta última opinión y desde su fundación ha puesto en una de sus mayores preocupaciones y ocupaciones, la educación de la niñez porque siempre ha creído que debemos mejorar las condiciones de vida de toda la humanidad para que los niños puedan crecer fuertes y sanos.
Antorcha ha fundado kínders donde a los niños se les educa con arte, cultura y deporte, forma grupos de danza, de canto, de teatro. Lugar especial ocupa la poesía, pues la considera una herramienta que, además de mejorar tu lenguaje y memoria, te eleva a los mejores ideales de la humanidad. Es por ello que a través de su Comisión Nacional Cultural, anunció la primera edición de la Muestra Nacional de Declamación Infantil, la cual se realizará de manera virtual el próximo sábado 19 de febrero, a las 8 de la noche, a través de la página oficial de Facebook de Antorcha.
Cuentan que antes de ser ejecutado, un oficial de la CIA, le preguntó a El Che Guevara:
-¿Cuánto tiempo vas a pelear después de estar en México, Venezuela, Angola, Argelia y Cuba?
A lo que El Che respondió:
- Hasta que todos los niños del mundo puedan beber un vaso de leche cada mañana.
Así que sí, claro que vale la pena seguir luchando. La niñez y la poesía van a la vanguardia.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario