Ante la crisis que ya se nos vino encima, los humildes de Sonora y del país entero no debemos caer en la tentación de provocar saqueos ni violencias, debemos rechazar esas actividades. Hoy más que nunca se impone el uso de los caminos políticos, legales y pacíficos en bien de la seguridad de todos. Antorcha convoca a los humildes a organizarse y exigir soluciones a las autoridades de los tres niveles a nuestras necesidades más apremiantes, pero por el camino de la unión, la fraternidad y la lucha, nunca por el rompimiento de la legalidad. El que proponemos es un camino más largo, compañeros y amigos, pero hemos comprobado que es más efectivo. La desesperación sólo puede causar más daño a los humildes. ¡Tampoco hagamos caso a los provocadores! Tenemos que ser inteligentes y aprovechar esta difícil situación para fortalecer la unidad popular, no para ponerla en peligro, porque en esa unión no sólo reside nuestra fuerza, sino hasta nuestra propia sobrevivencia y el desarrollo a que aspiramos: el que se queda solo pierde, el que se queda desorganizado pierde, el que se queda sin hermanos que le den una mano fraterna pierde y el que no lucha unido, organizado y con todos los suyos pierden. Este es el llamado de los dirigentes antorchistas a todos sus compañeros y a toda la población. En Antorcha creemos que este es el primer deber de los revolucionarios antorchistas: no exponer a sus compañeros a riesgos innecesarios, no exponer a su organización a la ilegalidad y aprender a salir más unidos y fortalecidos de las crisis.
Compañeros y amigos: ya habíamos caído en crisis económica desde antes de que brotara el coronavirus, sólo que no habían querido reconocerla oficialmente: Antorcha lo advirtió así muchas veces y la enfermedad les vino como anillo al dedo para disfrazarla. Nuestros males no tienen por causa fundamental al coronavirus sino al modelo económico que hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Por culpa de ese sistema injusto económico quedarnos en casa para los que vivimos al día equivale a no comer. Por eso, como organización popular hemos solicitado ya a los gobernantes ayudas alimenticios, condonaciones y otros apoyos a los más débiles, a los que viven de pequeñísimos negocios o a los profesionistas, estudiantes y amas de casa organizados en nuestras filas y que sufren de gran pobreza. Sabemos que algunos gobiernos ya comenzaron a dar ciertos apoyos, ya se ha hecho público y lo hemos detectado. Pero queremos dejar en claro que a los grupos antorchistas de todo el Estado no ha llegado todavía ningún tipo de ayuda extraordinaria y que se necesita que llegue.
Queremos dejar en claro también que no estamos de acuerdo con las divisiones territoriales artificiales para delimitar la pobreza que nos han impuesto los gobiernos, porque mucha gente que es muy pobre y que necesita urgentemente ayuda no vive en los llamados polígonos de gente vulnerable: esa división es una arma política contra los más pobres, fuera de esas áreas también viven cientos de miles de personas que necesitan que sus gobiernos les proporciones ayudas en estos momentos aciagos. Por ello los antorchistas exigimos también a los gobiernos que destinen ayudas extraordinarias y urgentes para familias que se ubican fuera de dichas áreas, que no se limiten, que no nos releguen, exigimos que se generalice la ayuda también para otros sectores de la población que están desprotegidos.
Sin embargo, también queremos dejar en claro que mucho tememos a la ineficacia y a la ineptitud que han mostrado varios gobiernos y funcionarios del pasado y que hoy, con otra camiseta, siguen gobernando. Sería un grave error de los pobres de México no darnos cuenta de ello y no asumir las graves consecuencias que implica. En muchos casos son los mismos que nos dejaron así de débiles ante esta crisis; han sido muy eficaces y aptos para aferrarse al poder, pero no para combatir exitosamente la pobreza de 100 millones de mexicanos. Son corresponsables y responsables de la debilidad de nuestro sistema nacional de salud; todos nos dimos cuenta de cómo este gobierno federal nos dejó descobijados al quitarnos el seguro popular, que no era el mejor, pero que algo ayudaba; quitó el Prospera, desapareció guarderías, presupuesto para comedores populares, para desayunos a nuestro niños en las escuelas, despidió a médicos y enfermeras, limitó el presupuesto para clínicas y casas de salud, implementó cobros casi por todo con el Insabi, nos han dejado sin medicinas suficientes, sin suficientes camas en hospitales y hasta las jeringas nos cobran. Recortes, recortes y más recortes: los moches hechos por ese gobierno federal no han dejado más debilitados que antes. Ya nomás falta que para entrar al baño de las clínicas nos quieran cobrar. Y la verdad, compañeros y amigos, ¡que a cambio de golpearnos de esa manera nos den una tarjetita bancaria con algunos cuantos pesos semanales, tomados de nuestros propios impuestos, y que esperen que por ello les demos otra vez nuestro voto, es peor que una mentada!...
La burra no era arisca...Todos nos hemos dado cuenta de las graves irresponsabilidades en materia de salud pública que han cometido los desparpajados gobernantes de Morena como López Obrador, Miguel Barbosa en Puebla, Cuitláhuac García Jiménez gobernando Veracruz, así como sus infieles y desleales partidarios en todo el país (con sus raras excepciones, desde luego). Sus errores e irresponsabilidades sanitarias nos arriesgan, sus débiles medidas preventivas nacionales nos ponen en peligro. Y hoy, ante la necesidad de que nos apoyen con alimentos y otras ayudas en esta crisis, nos queda claro que dejar todo al "buen juicio" de ese tipo de gobernantes es demasiado arriesgado para nuestras familias, nos queda claro que no podemos quedarnos cruzados de brazos y de que, en caso de que no haya respuestas oficiales prontas y prácticas, tendremos que protestar. No nos dejarán de otra para hacerlos entrar en razón. Habrá que inventar un nuevo tipo de protesta pública, pero habrá que hacer algo, amigos. Ya la Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que el coronavirus que causa el Covid-19 no se transmite por el aire, sino sólo por las gotas de estornudo, de tos o por superficies contaminadas por algún enfermo. Pues siguiendo estas recomendaciones del máximo órgano de la salud mundial, podemos decir que no es riesgoso hacer tal vez mítines en que cada asistente con cubrebocas y cartulinas esté distante cuatro metros de su más próximo vecino, o cadenas humanas con igual espaciamiento; y si los palacios de gobierno están cerrados, pues entonces llevaremos ese tipo de protestas a las oficinas de los periódicos, televisoras o a las casas de los funcionarios...ya veremos, pero a nuevas crisis y nuevas irresponsabilidades, nuevas formas de protesta social y de defensa de los intereses populares: es nuestro derecho y nuestro deber. Los antorchistas y nuestros amigos debemos encontrar la forma de seguir luchando en esta contingencia y estar atentos al llamado de nuestra organización...el ejemplo de la protesta de los médicos del IMSS de San Luis Potosí, con cuyas fotos ilustramos este artículo, sucedida apenas unas horas antes de su redacción, es muy ilustrativo; hoy más que nunca: por nuestras familias, con responsabilidad.
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