El estado de cosas por la crisis de salud ante la pandemia del coronavirus y la subsiguiente crisis económica descritas en muchos testimonios -por lo menos en lo que a Baja California Sur se refiere- permanece y se ahonda hoy día al igual como en la mayor parte del país. Aunque los datos en las conferencias del gobierno federal sean en el sentido de que "vamos bien", lo cierto es que no.
Al igual que muchos de mis compañeros que hemos contribuido en dar nuestro punto de vista respecto a los problemas que enfrenta el pueblo pobre de México en general y los organizados en Antorcha en particular. He tratado de dar datos duros de los propios organismos nacionales que miden 1) la población, 2) como está repartida la riqueza, y 3) como esta nuestra población respecto a la pobreza y pobreza extrema. Como ejemplo solo diré ahora, que, en nuestro país según información del Inegi de 2015, en una estimación de la población total realizada con base en la Encuesta Intercensal (EIC) 2015, somos 119 530 753 personas. Hemos denunciado que más de 90 millones viven en pobreza.
Al mirar duramente estos datos, no hallo pues nada que me obligue a sonrojarme, por denunciarlos, no tengo la menor intención de borrar nada de mis opiniones, para no hacer sentir mal a nuestros ·críticos· que se sienten ofendidos por denunciar la falta de un programa nacional de alimentos y aplauden como focas las malas decisiones del gobierno actual.
Es necesario tomar algunas situaciones que se documentaron en otros países en la historia de la sociedad, que sirvan de referencia y ayuden a crear conciencia de la necesidad de luchar por mejores condiciones de vida. Proporcionare algunos extractos de La situación de la clase obrera en Inglaterra (publicado en 1845) es uno de los libros más conocidos de Friedrich Engels. Originalmente escrito en alemán, es un estudio de las condiciones de vida de los trabajadores en Inglaterra.
Las repetidas epidemias de cólera, tifus, viruela y otras enfermedades mostraron al burgués británico la urgente necesidad de proceder al saneamiento de sus ciudades, para no ser, él y su familia, víctimas de esas epidemias. Por eso, los defectos más escandalosos que se señalan en este libro, o bien han desaparecido ya o no saltan tanto a la vista...Pero ¿qué puede importar todo esto? Distritos enteros que en 1844 yo hubiera podido describir en una forma casi idílica, ahora, con el crecimiento de las 25 ciudades, se encuentran en el mismo estado de decadencia, abandono y miseria. Ciertamente, ahora ya no se toleran en las calles los cerdos ni los montones de basura. La burguesía ha seguido progresando en el arte de ocultar la miseria de la clase obrera. Y que no se ha hecho ningún progreso sustancial en cuanto a las condiciones de vivienda de los obreros lo demuestra ampliamente el informe de la comisión real on the Housing of the Poor, redactado en 1885. Lo mismo ocurre en todos los demás aspectos. Llueven las disposiciones policíacas como si salieran de una cornucopia, pero lo único que pueden hacer es aislar la miseria de los obreros; no pueden acabar con ella...
Han pasado 175 años de que se documentaron estas situaciones de la clase trabajadora inglesa. ¿Qué documentamos hoy en la actualidad en México? Que, de la clase trabajadora, hay millones de mexicanos que no tienen empleo, que no están siendo atendidos en su salud, que urge un plan de alimentos y el gobierno de la 4T los tiene abandonados.
De manera particular en BCS, hemos documentado testimonios de gente humilde de las colonias La Pasión, Ampliación Vista Hermosa, Centenario, Las Flores Ampliación Centenario, Navarro Rubio, Ampliación Márquez, Diana Laura, en La Paz. Vado Santa Rosa, La Ballena, Tierra y libertad, Gastelum, entre otras en Los Cabos. El común denominador es que van ya cerca de 2 meses de cuarentena, y no hay alimentos para llevarle a sus familias. Quejas de que "me dieron un numero los del municipio, la indicación es espere en casa, marque y espere su despensa". Y si "algunos" han tenido la fortuna de que les contesten y les llegue una despensa que no alcanzará para una semana. Otros simplemente "pues a mí solo me dieron unas "papas y una verdurita" que se terminó ese mismo día, para mal comer en una familia de 5 miembros. El gobierno del estado hizo un llamado a la solidaridad de empresarios y pueblo en general a apoyar en entrega de alimentos. Situación que se aplaude, pero que al igual que las pocas que reparten los municipios no abarcan la dimensión del problema.
Al igual que la clase trabajadora de Inglaterra de hace 175 años muchas familias de ciudades en nuestro México en general; La Paz y Los Cabos en particular en BCS, se encuentran en el mismo estado de decadencia, abandono y miseria por la falta de servicios como agua potable, drenaje, así como una vivienda bien construida. Parámetros que nos hacen reflexionar y hacernos claridad de los gobiernos que hemos tenido al mirar cómo se repite la misma historia, que hoy se ahonda con la 4T. Entendido el hartazgo popular y la decepción de un prometido cambio que no llega. Los más desprotegidos del país; los que producen la riqueza y que ahora estamos obligados a quedarse en casa, sin comida, sin apoyo y sin empleo, hay que hacerse claridad y buscar nuestra verdadera bandera. Acabar con la pobreza, cambiando el estado de cosas existente con ese gigante que es el pueblo organizado que luche de manera unida por una patria más justa y equitativa para todos, cambiando el modelo económico actual. No lo realizara nadie más que el pueblo como bien lo refleja el poema del gran poeta chileno Pablo Neruda:
Están así hasta hoy nuestras banderas.
El pueblo las bordó con su ternura,
cosió los trapos con su sufrimiento.
Clavó la estrella con su mano ardiente.
Y cortó, de camisa o firmamento,
azul para la estrella de la patria.
El rojo, gota a gota, iba naciendo...
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