Nuestras derrotas no demuestran nada
Cuando los que luchan
contra la injusticia
muestran sus caras ensangrentadas,
la incomodidad
de los que están a salvo
es grande.
¿Por qué se quejan ustedes?, &8232;
les preguntan.
¿No han combatido la injusticia?
&8232;Ahora ella los derrotó.
&8232;No protesten.
El que lucha debe saber perder&8232;
El que busca pelea
se expone al peligro.
El que enseña la violencia
no debe culpar a la violencia.&8232;
Ay, amigos.
Ustedes que están asegurados,&8232;
¿por qué tanta hostilidad?
¿Acaso somos vuestros enemigos
los que somos enemigos de la injusticia?
Cuando los que luchan contra la injusticia&8232;
están vencidos,&8232;
no por eso tiene razón &8232;
la injusticia.
Nuestras derrotas
lo único que demuestran&8232;
es que somos pocos&8232;
los que luchan contra la infamia.
Y de los espectadores, esperamos
que al menos se sientanavergonzados.
Loa a la dialéctica
Con paso firme se pasea hoy la injusticia
Los opresores se disponen a dominar otros diez mil años más.
La violencia garantiza: "Todo seguirá igual".
No se oye otra voz que la de los dominadores,
y en el mercado grita la explotación: "Ahora es cuando empiezo".
Y entre los oprimidos, muchos dicen ahora:
"Jamás se logrará lo que queremos".
Quien aún esté vivo no diga "jamás".
Lo firme no es firme.
Todo no seguirá igual.
Cuando hayan hablado los que dominan,
hablarán los dominados.
¿Quién puede atreverse a decir "jamás"?
¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros.
¿De quién que se acabe? De nosotros también.
¡Que se levante aquel que está abatido!
¡Aquel que está perdido, que combata!
¿Quién podrá contener al que conoce su condición?
Pues los vencidos de hoy son los vencedores de mañana
y el jamás se convierte en hoy mismo.
Cantata por el aniversario de la muerte de Lenin
Al morir Lenin,
un soldado de la guardia, según se cuenta,
dijo a sus camaradas: Yo no quería
creerlo. Fui hasta donde él estaba
y le grité al oído: "Ilich,
ahí vienen los explotadores". No se movió.
Ahora estoy seguro de que ha muerto.
Si un hombre bueno quiere irse,
¿con qué se le puede detener?
Dile para qué es útil.
Eso lo puede detener.
¿Qué podía detener a Lenin?
El soldado pensó:
si oye que los explotadores vienen,
puede que estando sólo enfermo se levante.
Quizás venga con muletas.
Quizás haga que lo traigan
pero se levantará y vendrá
para luchar contra los explotadores.
El soldado sabía que Lenin
había peleado toda su vida
contra los explotadores.
Cuando terminaron de tomar por asalto
el Palacio de Invierno, el soldado
quiso regresar a su hogar, porque allí
se habían repartido ya las tierras de los propietarios.
Entonces Lenin le dijo: quédate,
todavía hay explotadores,
y mientras haya explotación
hay que luchar contra ella.
Mientras tú existas,
tienes que luchar contra ella.
Los débiles no luchan. Los más fuertes
quizás luchan unas horas.
Los que aún son más fuertes, luchan unos años.
Pero los más fuertes de todos luchan toda su vida.
éstos son los indispensables.