El 31 por ciento de nuestros adultos mayores en Campeche viven en situación precaria, según datos del Consejo Estatal de Población (COESPO), en su informe elaborado con motivo del Día del Adulto Mayor, mientras que en el último reporte de del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), se afirma que el 79 por ciento cuenta con alguna seguridad social. Sin embargo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), del total de personas que afirman estar afiliados a algún tipo de seguridad social, el 45.5 por ciento dijo estar afiliado al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que no cubre las enfermedades crónicas y deja desamparados a quienes las sufren, o al Seguro Popular, que desapareció el presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que, en realidad carecen de acceso a los servicios de salud y tampoco tienen seguridad social en relación a los ingresos.
La situación de abandono se vuelve cada día mayor, a diferencia de lo que debería suceder, en la medida en que avanza la sociedad, esta deja cada vez más desamparados a sus adultos mayores, quienes, además, son cada día más, pues el número de personas arriba de los 65 años en Campeche se ha incrementado en menos de 5 años, ya que en el 2015 representaban el 8.2 por ciento de la población total, y hoy son el 18 por ciento, y su esperanza de vida se redujo en dos años al quedar en un rango de 70 a 75 años, como efecto de la pandemia de la covid-19.
Ante la ausencia de seguridad social, y por ello no estar pensionados o jubilados y a pesar del programa de apoyo a adultos mayores, muchos de ellos no pudieron quedarse en casa y tuvieron que trabajar de manera informal, en condiciones precarias y con riesgos de contraer la enfermedad.
De esta manera, la población más grande sufre maximizados los problemas que tienen en general los adultos mayores a 40 años, quienes ya no pueden encontrar trabajo formal, pues los empresarios no les dan trabajo, huyendo precisamente de la obligación legal de pagarles una pensión, por lo que trabajan sin derechos laborales y carecen de todo tipo de protección social.
Por ello es plausible la propuesta presentada por destacados académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en su artículo “Hacia un nuevo modelo de seguridad social”, para crear ese nuevo sistema de seguridad social, que incluya de manera indiscriminada un Sistema Universal de Salud y un Sistema Universal de Pensiones, que no esté anclado al trabajo, ante los problemas que se tiene, y que son mucho más difíciles de superar, de la falta de trabajo y el calvario que significa el hecho de que más del 57 por ciento de nuestra población económicamente activa lo sea en la informalidad, sin derechos, y sin protección social. Con la participación de beneficiarios, empresas y gobierno, se puede y se debe crear un sistema que le garantice a todos los mexicanos esa protección social que la Organización delas Naciones Unidas (ONU) considera como uno de los derechos fundamentales, pero que en México no existen para ese 57 por ciento.
Lamentablemente hoy nos gobierna un Presidente que no escucha razones ni propuestas, cobijado por una cohorte de oportunistas que todo le aplauden y agachan la cabeza, ante las omisiones y los errores que comete, en perjuicio de los más pobres, de los trabajadores y, de manera destacada, por lo mismo, a los adultos mayores de los que habla a cada rato, con una demagogia espesa e insultante, pero que en realidad ha abandonado y hasta descobijado al eliminar y extinguir una serie de servicios, programas, fondos de ayuda y demás, a nombre de su “combate a la corrupción”, que ni la ha disminuido y sí está afectando a los más necesitados.
Urge en efecto dar trabajo a todos los mexicanos y proteger a quienes caen en desgracia temporal o permanente y para eso se debe instituir ese nuevo modelo de seguridad social o uno superior, pero, por lo pronto, creo que es más realizable y mucho más urgente avanzar en proporcionar a nuestros adultos mayores, ya, un sistema de seguridad social universal e integral, que les garantice la atención a la salud en todos los terrenos, medicamentos, estancias y habitación, alimento, actividades sociales y un poco de cariño, pues muchos de ellos ni eso tienen, languidecen y mueren abandonados y solos, ante la actitud impávida de una sociedad cruel y omisa que no ha sabido agradecer su esfuerzo. Ni el partido en el poder, ni López Obrador ni los poderosos que nunca han perdido el verdadero poder de la Nación y han sido parte y arte en este pecado filial lo van a hacer, por si a alguien le quedaba la duda; somos los pobres, organizados y en lucha quienes lo podemos hacer, y por eso sí que vale la pena luchar.
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