Indiscutiblemente, Nuevo León se ha convertido en el escenario nacional y mundial de una inversión millonaria luego de concretar tan anunciada negociación de la construcción de una mega planta manufacturera, “gigafábrica”, de TESLA en territorio local, más específicamente en Santa Catarina, municipio conurbado del área metropolitana de Monterrey.
Sin lugar a duda, la noticia ha sacudido a la industria automotriz en México y con la proyección de generar hasta siete mil empleos directos, todo esto ha provocado una gran algarabía y despertados intereses de todo tipo. En el caso de nuestros gobernante federales, queriéndose llevar la inversión a otros estados de la república aduciendo, muy puntualmente, que Nuevo León no contaba con las condiciones necesarias para el abastecimiento del agua, pues, como se sabe, la comunidad acaba de pasar una situación crítica para ser abastecida del vital líquido para su consumo directo y uso doméstico, sobre todo con los pobladores del área metropolitana de Monterrey y municipios vecinos, lo cual indicaba que no se tendrían condiciones óptimas para la operación de la gigantesca fábrica de autos eléctricos, se puede decir que, afortunadamente, no se logró el cometido por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador, principal promotor de que no se estableciera la fábrica en el estado.
Una empresa del nivel de TESLA difícilmente se mueve sin haber realizado previamente estudios económicos, políticos, culturales, de las condiciones naturales que prevalecen en la zona, difícil de creer que no haya estudiado previamente el entorno sociocultural, natural y comercial para la toma de semejante decisión. Tan solo la cadena de abastecimiento está compuesta por todos los actores que participan de manera directa o indirecta para satisfacer todo tipo de necesidades, estos actores son tanto fabricantes como proveedores, distribuidores y clientes. En donde en la cadena se pueden ver involucradas varias empresas dentro del proceso, desde las materias primas hasta que el producto es entregado al consumidor final, por lo que la integración y gestión adecuada de los integrantes en la cadena de abastecimiento tienen como finalidad mejorar y mantener el buen desempeño a largo plazo. Es claro pues que ya la decisión de TESLA estaba tomada.
El tinte político que le quiso imprimir López Obrador fue solo para aparecer en la película y seguir manteniendo a sus fieles seguidores engañados y engañar a otros mal parados, para sumarlos a su proyecto de la mal llamada cuarta transformación, haciéndose notar como el estadista que cuida a su país, su gente, su entorno natural y además promueve la inversión extranjera en nuestro territorio para beneficio de la clase trabajadora.
Sí habrá que reconocer que el gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda no se dejó amedrentar por los intereses nacidos del megaproyecto que se implantará en el municipio santacatarinense, el pueblo se lo tendrá que reconocer, el que haya más oportunidad de empleos es bueno no solo para los pobladores de Nuevo León, sino para toda la región y el país entero, sumando también extranjeros, dado las necesidades de la gran cantidad de mano de obra calificada que sin lugar a duda necesita y ocupa la fábrica productora de autos eléctricos, esto es cierto la realidad nos lo dice.
Un claro logro político de los funcionarios involucrados en convencer a TESLA y a Elon Musk de invertir cuatro mil 500 millones de dólares (mdd) en el país, a todas luces grandes beneficios para los principales actores en el desarrollo de la empresa, los dueños fundamentalmente y los empresarios nuevoleoneses, junto con la clase obrera.
Según expertos estamos ante nada más y nada menos que la inversión privada más importante de todo el sexenio, pues TESLA decidió construir en Nuevo León la nueva giga Factory que se prevé produzca más de un millón de autos eléctricos de última generación al año. Sumando la generación de miles de empleos que esto representa para la región, estamos percibiendo el principio de la segunda ola del nearshoring (el nearshoring consiste en mudar las fábricas del país de origen a uno cercano en el que todo sea más barato, el salario de los obreros, la electricidad, los combustibles, los insumos, los impuestos,) en México. Los conocedores explican que el concepto se refiere a la relocalización de las cadenas de valor de empresas transnacionales hacia destinos más cercanos a los que beneficia sobre todo a los Estados Unidos, país de origen.
Hasta aquí todo bien, excelente que se generen condiciones para el establecimiento de fuentes de empleo, empleos bien pagados, con condiciones laborales de primer mundo, que sean empleos a largo plazo, esto genera estabilidad social y económica para bien de la clase trabajadora que tanta falta le hace. La idea es fantástica, pero esto se debe asegurar y es aquí donde nuestros representantes, sí, nuestros gobernantes municipales, estatales y federales deben intervenir para que toda esta idea se traduzca en hechos contantes y sonantes. Todos con tres dedos de frente, seres pensantes se dan cuenta de la creación de nuevas empresas y las ya establecidas tiene un fin claro y común, esto es la generación de plusvalía, ganancia obtenida de la mano de obra mal pagada o no pagada.
La realidad se impone, no existen empresas pobres, no serían empresas, de lo que se trata es de encontrar un equilibrio justo y sano que beneficie a la clase laboral en todos sus niveles y con salarios claros y diferenciados por sus capacidades y habilidades y no por caprichos de entes que consideran que debe de haber topes salariales, porque con comer frijolitos y sopita es suficiente y con su casita de interés social pagadera durante toda su vida laboral y más, de lo contrario son seres egoístas, materialistas, gandallas, oportunistas, corruptos y aspiracionista.
El reto para el gobierno, estatal y los gobiernos municipales será el ponerse de acuerdo para garantizar condiciones jurídicas y políticas lo suficientemente estables para que los empresarios y la clase trabajadora encuentren la certidumbre que hasta el momento el gobierno federal no ha podido dar.
Gran noticia para Nuevo León, una tierra de gente laboriosa, trabajadora y empresarios que privilegia la prosperidad y el desarrollo, y que siempre han buscado empujar al estado hacia adelante. Que nuestro gobierno estatal no se permita el olvido de la clase trabajadora y que la clase trabajadora no permita este olvido, Unidos, Educados y Organizados el pueblo puede y debe hacer valer sus derechos y que cada quien cumpla con sus obligaciones.
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