Querétaro se ha caracterizado por ser un estado con una pujanza en crecimiento económico y social importante, por tal razón, en algún momento, ha demandado la creación de grandes obras sociales para beneficio de la población, y sobre todo para llevarlo a otro nivel.
Una de esas grandes obras fue, por ejemplo, la construcción del acueducto, cuya obra comenzó en 1725 y terminó en 1736, y corrió a cargo de El Marqués de la Villa del Villar del Águila, Don Juan Antonio de Urrutia y Arana; lejos de la leyenda que se cuenta, el objetivo de la construcción fue para llevar agua limpia desde veneros y ojos de agua de La Cañada hasta la ciudad de Querétaro, teniendo como punto de llegada el templo de La Cruz y derivando en diversas fuentes por la ciudad, donde en aquel entonces ya se padecía del vital líquido.
Otra importante obra para el estado fue, sin duda, la construcción del boulevard Bernardo Quintana (nombrada en un principio como libramiento parques industriales) pues en la época de los 70 era necesaria la construcción de una vialidad que permitiera tener una movilidad eficaz y eficiente para la población queretana y dar pasos seguros a la industrialización. O también la construcción del imponente estadio La Corregidora, construido e inaugurado alrededor de la mitad de los 80, que cuenta con una capacidad para casi 36 mil espectadores y es considerado uno de los mejores estadios de la República Mexicana.
En fin, que a Querétaro se le ha caracterizado por esas grandes obras hechas en momentos de crecimiento y desarrollo económico. Sus promotores han hecho historia.
Pero para las últimas administraciones, tal parece que la cosa no ha sido sencilla, puesto que cada vez más se presentan grandes problemas de tráfico, movilidad, servicios básicos como el agua potable, entre otros.
En sus intentos por hacer historia, se promueven grandes obras que anticipan mejoras en la vida de los queretanos y hasta se construyen en tiempos récords. En días pasados, luego de que el gobernador del estado, Mauricio Kuri González, se tomará la foto en la obra del puente Sombrerete, una de las trabes de acero se vino abajo y paralizó el tráfico de oriente a poniente, y donde afortunadamente sólo hubo daños materiales. ¿Las causas de esto?, se investigan todavía; al grado de que se retiró la segunda viga.
Haciendo a un lado las cuestiones técnicas sobre las consecuencias que provocaron la caída, queda la duda sobre cómo se licitan obras en donde la inversión es millonaria (en este caso 122 millones de pesos). Por ejemplo, el diputado panista, Antonio Zapata Guerrero, dijo que se debe esperar a las investigaciones para determinar si la empresa Soluntitec tiene o no la capacidad técnica y operativa para realizar la construcción del puente, ¿Entonces cómo se concursó y ganó la licitación esta empresa?
No se trata, como el diputado afirma, de hacer programas de obras intensivos para quedar bien con la población o aparentar que el gobierno en turno es el de todas las soluciones que aquejan a los queretanos. Se trata de reconocer y priorizar los problemas de los que más sufren, de quienes realmente no cuentan con una calidad de vida digna.
Que una empresa ofrezca las mejores condiciones en la licitación de la obra puede traer consecuencias graves, como en el caso de la caída de la viga del puente en mención. Y lo único que demuestran es el proceso tan opaco que existe en la asignación de empresas para estas millonarias obras. Porque después de todo, ¿Las mejores condiciones se ofrecen para quién? y el beneficio ¿a quién?... porque a los queretanos, parece que no se les está llevando a otro nivel.
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