A usted, fiel combatiente que incendió
la aurora decisiva de la independencia
con el esfuerzo de sus nobles entrañas.
A usted, conductor incansable que ha guiado
la ruta de la historia por el honor,
la hermandad, la sólida esperanza.
A usted, invicto soldado que cabalga
sin miedo hacia el sol de la muerte
enfrentando al más brutal imperio.
A usted, que viene y va entre verdades
y lleva en sus manos un corazón gigante
ofreciéndolo con altruismo al mundo.
A usted,
que es pueblo en el pueblo,
que es tierra en la tierra,
que es justicia ante el podio,
que es paz ante la guerra,
le decimos:
¡Fidel, nuestra bandera socialista
jamás se caerá de nuestras manos!
¡ Ordene, Comandante en Jefe !
díganos cuál batalla librar
nuestra victoria será inevitable.