MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Othón P. Blanco colapsa ante la incompetencia de Morena

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El municipio de Othón Pompeyo Blanco está considerado el municipio más rezagado de los 11 con los que cuenta el estado de Quintana Roo. El abandono en el que se encuentra es total y es el resultado de haber elegido un gobierno insensible y carente de compromiso para resolver los problemas torales de la población y esa, es la causa directa. Tras casi tres años de gobierno, el actual presidente Otoniel Segovia Martínez, el cual heredó el poder, tras el lamentable fallecimiento de don Hernán Pastrana Pastrana quien desempeñaba el cargo de presidente municipal, ha demostrado en los hechos que lo suyo, lo suyo no es la atención ciudadana, ni la resolución de los grandes problemas que tiene que ver con obra social y servicios básicos de calidad para beneficio de los habitantes del campo y la ciudad ni la rampante inseguridad, tampoco la constante y preocupante suma de homicidios, ni la creciente pobreza que se manifestó aún más con la pandemia de la covid-19, ni la salud de los pobladores, mucho menos los feminicidios. Ni los cierres de negocios, ni la creciente pérdida de empleos lo mueve y tampoco lo conmueve la suerte de los pescadores, así como el abandono de niños y ancianos de los programas sociales, todos le importamos un bledo. 

Con una superficie de 18 mil 760 Km. cuadrados y con una población de casi 250 mil habitantes repartidos entre sus 7 alcaldías, 34 delegaciones y 92 subdelegaciones, los othonenses se debaten entre la pobreza y el abandono total del gobierno municipal, sin servicios básicos ni seguridad social y mucho menos vigilancia policiaca gracias al desinterés del flamante presidente Otoniel Segovia, que dio muestras de su inhumanidad, desde el día que prefirió atacar en las calles a los jóvenes de los Albergues Culturales, persiguiéndolos con toda la fuerza del estado, en lugar de apoyarlos. Lo bueno es que a Segovia Martínez le queda pocas semanas de gobierno, lo malo, es el enorme destrozo que ha ocasionado con su actuar y con sus omisiones. 

Un buen gobierno, debe de entender, que la visión de estado no puede ser cortoplacista, ni tampoco sectaria, al contrario, debe de entender que los planes de gobierno deben ser tras trienales e incluyentes, donde todas las voces y todas las opiniones deben ser atendidas y escuchadas, con la finalidad de avanzar todos en una sola ruta de crecimiento constante y sostenido que permita como resultado de ello, un mejoramiento en los niveles de vida, de toda la sociedad por igual, así mismo, debe de entender que su presencia en el gobierno no es vitalicia, ni tampoco es su coto de poder personal, sino que es su obligación el fomentar y aceptar nuevas voces y nuevos actores políticos que habrán de sucederle en  el cargo. También debe de entender, que no es un reyezuelo y que sus decisiones no pueden ser tajantes, sino que debe atender las necesidades de los habitantes tomando las decisiones a través de escucharlos directamente y, eso solo se puede hacer teniendo un trato directo, amable y confiable con ellos, solo así podrá comprender las necesidades primordiales y tomar las decisiones adecuadas, ya que estas saldrán de un consenso incluyente e integral. Es obligación del gobierno, ayudar a la transición del pensamiento conformista de un pueblo olvidado por siglos y crear las bases para poder entender e insertarse en un mundo globalizado, con un enfoque diferente que permita obtener resultados óptimos reflejados en una prosperidad colectiva. 

Si se gobierna con una visión integrada y participativa, se podrán alcanzar resultados positivos, como tener una mejor calidad de vida y un mucho mayor crecimiento y bienestar emocional y espiritual, lo que ha de conllevar por fuerza a una vida placentera, cómoda y tranquila, con logros y resultados, lo que derivará por ende en lo que llamamos “la felicidad”. Y todo esto, solo puede ser el resultado de un gobierno humanista.

¿Podemos esperar todo esto de Otoniel Segovia o de sus sucesores? No. Categóricamente, no. Por supuesto que la visión de los gobernantes de Othón P. Blanco, les importa un bledo todo esto del interés común, lo que les importa es lo que a ellos compete, el poder por el poder mismo, para ejercerlo y así poder favorecerse y favorecer a los muy suyos. Nada de tomar los programas de otras administraciones y mejorarlas y o fortalecerlas, lo mejor -piensan ellos- es destruirlas, acabar de tajo con rémoras de la pasada administración, para ser ellos los héroes de la película, total la gente perdona y olvida todo agravio habrán de pensar. Nada más lejano a la realidad. 

 

Morena, es el resultado de una descomposición partidista, parte de la culpa la tiene la sociedad misma, por no exigir resultados, por dejarles hacer y deshacer, por desentendernos de la administración de nuestros municipios, de nuestros estados y del país mismo, la otra parte de ellos, se han corrompido y se han enfermado de poder. Algo debemos entender todos y todas las partes involucradas, o sea, ciudadanos y gobernantes, nosotros los gobernados, somos los patrones, ellos los gobernantes, son nuestros empleados. Así. Como tales, nosotros debemos exigir cuentas claras y resultados positivos, ellos, nuestros empleados, deben rendirlas y dar resultados óptimos. Es nuestro derecho y es su obligación. 

Dice un refrán campesino, “a los caballos tordillos y a los conejos, se les mira desde lejos”, ahora que tendremos la oportunidad de votar este 6 de junio, tendremos que valorar, todos los resultados de Otoniel Segovia y darnos cuenta que cualquier integrante de su gobierno, tendrá un desempeño igual o peor que él, pues hará más de lo mismo. Pensar que ellos saben y pueden, es ser inocentes, lo menos. Ya se dieron a conocer, nada bueno habrá de salir de sus filas morenistas, más que fieles imitadores, del incompetente Otoniel. 

Por estas y otras razones más, es imperante votar por la coalición Va por México que es una alianza entre los partidos políticos del PAN, PRI y el PRD y que tiene como finalidad construir una alianza opositora para detener los destrozos del actual gobierno de Morena en todos sus niveles, es impostergable detener a quién acabó con México y le ha reducido al ridículo mundial.   

Hoy, hay que crear un contrapeso al gobierno morenista, a algunos los podemos -y debemos- sacarlos del escenario político, como es el caso de las alcaldías, y diputaciones federales que estarán en juego en las próximas elecciones del 6 de junio. Amable lector, recuerda todo esto cuando vayas a votar, y no le demos ni un solo voto a Morena, ni siquiera uno, por mentirosos, traidores y porque están empobreciendo cada día más al pueblo.

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