Aunque no ha menguado la crisis por los daños ocasionados por el huracán Olaf, no dejan de llamar la atención, también, los estragos de la tercera ola de Covid-19, así como las medidas que se pretenden implementar por el gobierno en nuestro estado sudcaliforniano. Me llamó la atención una nota del noticiero Panorama Informativo que informaba que, “el gobierno del estado obligará al regreso de clases presenciales en todos los niveles educativos”.
En dicho noticiero, la titular de La Secretaría de Educación Pública, Alicia Meza Osuna declaró que, “con el aval de la Secretaría de Salud se acordó el esquema de clases presenciales, que es diferente al que había planteado el gobierno anterior con un retorno paulatino, el cual, contemplaba iniciar con un 5% de clases presenciales en primaria y de 20 a 30% en secundaria”. La funcionaria estatal enfatizó que “aun cuando algún maestro no esté vacunado tendrá que presentarse a laborar (sic), de lo contrario se aplicará el reglamento de la SEP”, es decir, no descartó sanciones.
Creo sinceramente que al minimizar el riesgo que pudiera presentar para los menores de edad que aún no han recibido la vacuna contra la Covid-19 y, al señalar que los niños y los jóvenes tienen menos posibilidades de contagio, -“eso ya está documentado”, dice-, es ir en contra de la realidad, del daño que está causando la pandemia a nivel mundial; al sostener también que, “las y los maestros no estarán obligados a atender de manera virtual a los alumnos que decidan no asistir, pues, serán obligatorias las clases presenciales a partir del 20 de septiembre”, es no conocer y despreciar la realidad de pobreza de miles de familias.
Está documentada la poca seriedad que desde el inicio de la pandemia tomó el gobierno federal, minimizado sus estragos y negándose a impulsar estrategias como otras naciones para atender sobre todo a los más vulnerables y, al escuchar las declaraciones de la representante de la educación en el estado mal fundamentadas, sin tomar en cuenta a la comunidad estudiantil y a los padres de familia quienes claman porque el regreso a clases sea con la mayor seguridad posible y que no sea apresurado, no deja de dar escalofrío. Queda una sensación de incertidumbre sobre lo que pueda acontecer con los niños y jóvenes.
¿Cuándo terminará la pandemia de Covid?
Veamos otro dato. Nota de Michelle Cortez, septiembre 12 de 2021, dice: “La variante Delta está teniendo mutaciones que preocupan a científicos”. (Bloomberg) “Para cualquiera que desee ver la luz al final del túnel, Covid-19 durante los próximos tres a seis meses, los científicos tienen malas noticias: prepárese para más de lo que ya hemos pasado. Los brotes cerrarán las escuelas y cancelarán las clases. Los residentes de hogares de ancianos vacunados enfrentarán nuevos temores de infección. Los trabajadores sopesarán el peligro de regresar a la oficina ya que los hospitales están abrumados, una vez más.” La tercera ola de la Covid en México: suman 5,139 casos y 224 muertes adicionales. Algunos investigadores dicen que el SARS-CoV-2 está a punto de volverse completamente resistente a la primera generación de vacunas.
¿Cómo terminará el Covid? Lo que parece claro es que la pandemia no terminará en seis meses.
Los expertos generalmente están de acuerdo en que el brote actual será domesticado una vez que la mayoría de las personas, quizás del 90 por ciento al 95 por ciento de la población mundial, tengan cierto grado de inmunidad gracias a la inmunización o una infección previa. El elemento clave debería ser la vacunación, dicen. “Sin vacunación, uno es como un blanco fácil, porque el virus se propagará ampliamente y encontrará a casi todo el mundo este otoño e invierno”, dijo Simonsen.
Otro elemento: La pandemia terminará en diferentes momentos en diferentes lugares, al igual que los brotes anteriores, dijo Erica Charters, profesora asociada de historia de la medicina en la Universidad de Oxford y coordinadora de un proyecto sobre cómo terminan las epidemias. Los gobiernos tendrán que decidir con qué grado de la enfermedad se sienten cómodos viviendo, dijo. Los enfoques varían. Si bien algunos países todavía están apuntando a cero casos de Covid, es poco probable que el mundo erradique el virus por completo.
Naciones como Dinamarca y Singapur, que han logrado mantener los casos relativamente contenidos ya están avanzando hacia un futuro pospandémico con menos restricciones de seguridad. Otros, como los Estados Unidos y el Reino Unido se están abriendo incluso cuando las cifras de infección se acercan a los récords. Mientras tanto, China, Hong Kong y Nueva Zelanda se han comprometido a seguir trabajando atentamente para eliminar el virus a nivel local. Como resultado, es probable que se encuentren entre los primeros lugares en dejar atrás la perturbación provocada por el muro de la pandemia. La pregunta incomoda ¿en qué categoría esta la nación mexicana? ¿El gobierno mexicano, está haciendo todo lo necesario, para que pronto salgamos de la pandemia? La reflexión con todos los elementos es suya, amigo lector.
Aunque el tema de mi opinión parece estar lo suficientemente planteada por otros columnistas. Tiene relevancia ver cómo se repiten las posturas en los diferentes órdenes de gobierno, ya sea federales o estatales. Mi denuncia en estas líneas obedece a que es obligación de los funcionarios responsables el tomar las medidas necesarias para evitar que los más humildes sufran por causa de las políticas equivocadas, para empezar, deberían de revisar la crítica constructiva de los que consideran que dicho regreso a clases esta fuera de lugar, sin antes no haber aplicado al 100% de la vacunación, como la lógica lo demanda. Considero que vale la pena insistir en el llamado, porque, la pandemia no cede y al parecer no desaparecerá pronto.
Es indignante ver las estadísticas de que en México unos cuantos se han enriquecido enormemente a pesar de la pandemia, y por el otro lado tengamos escalofriantes cifras de la gente pobre que se ha multiplicado en nuestro país. Es terrible, también, saber que somos la décimo cuarta economía del mundo, que tenemos un alto grado de desigualdad social y, encima de esto se nos siga diciendo que “todo va bien” cuando la realidad nos dice que no hay vacunas suficientes, y aun así se mande a la juventud y la niñez al “matadero” con el regreso a clases presenciales.
Un último comentario: creo sinceramente que los problemas sociales requieren de un estudio serio y científico de la realidad, y en este sentido nuestras autoridades están errando en las medidas que quieren implementar. En BCS en lo particular y en general en México, las soluciones planteadas por las autoridades a los problemas siguen sin ser tomados seriamente y con carácter científico, deberían reflexionar que, si se sigue así, finalmente los que más sufren -es decir, los más vulnerables - tarde que temprano pasarán factura. Al tiempo.
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