Una de las banderas que más resultados le dio a López Obrador para llegar a la presidencia de la República fue que llegando al poder acabaría con la corrupción, que ése era el principal mal de este país y que con el dinero que se ahorrara acabaría con la pobreza. Fue algo que impactó mucho en la gente porque efectivamente este era y es un mal que se podía ver por todos lados y que los gobiernos anteriores la practicaban y lo permitían en cualquier ramo del servicio público. Millones de mexicanos hartos de esa situación decidieron votar por López Obrador con la creencia que como lo prometía acabaría con la corrupción.
Después de casi tres años de gobierno ¿las cosas han cambiado como él lo prometió?, ¿ya se acabó la corrupción? El presidente ha dicho varias veces que ya se acabó, que ya no hay porque él no es corrupto y no tolera la corrupción. Seguramente hay gente que cree que lo que dice es cierto, que ya no hay, que por fin ya se terminó con este mal que tanto daño ha causado a los mexicanos, pero la realidad es que todo sigue igual o peor que en los gobiernos anteriores.
¿Dónde podemos ver que esto que estoy afirmando es cierto?
A todo al que ha tenido la mala suerte de tener un problema en una fiscalía sabrá que ahí las cosas no han cambiado, que los actuales funcionarios que ahí trabajan son tan corruptos como los anteriores, que si quieres que un trámite avance tienes que dar dinero y si no lo das nada más no te resuelven, que ahí no se hace justicia que quien no tiene dinero está destinado a perder su caso, a quien por alguna razón lo ha detenido un federal de caminos que lo primero que hacen es pedirte dinero para no infraccionarte, los policías de Tránsito que están por todos lados buscando cualquier pretexto para detenerte y después intimidarte, pedirte dinero para no multarte y cualquier policía con la que trates casi siempre te pedirán dinero para resolver cualquier asunto, los jueces que se supone tienen que impartir justicia, al igual que en los gobiernos pasados también ahora siguen siendo corruptos, si no hay dinero o influencias de por medio no hay justicia.
Para no dar muchos ejemplos, aunque hay casos en donde la mayoría de los mexicanos lo vemos con facilidad como los que mencioné anteriormente, pero hay algunos que no es tan fácil detectarlos y que sólo nos enteramos por los medios de comunicación como lo es el caso del mismo presidente del cual se dice que casi el 80% de las compras de bienes y servicios las ha hecho por adjudicación directa o invitación restringida, así de igual forma para la obra pública, las da a sus cuates sin licitar y algunos medios dicen que en 8 de cada 10 obras usa este método.
Los antorchistas sabemos que todo esto se debe a que no se resuelven verdaderamente a fondo los problemas y que no se acabarán hasta que se de un verdadero cambio, ya que el problema de este país es el modelo económico y la corrupción es una consecuencia de este modelo, es algo congénito y la única forma de terminar con todos los males es cambiándolo por uno más progresista y equitativo.
López Obrador ya en varias ocasiones ha sacado su pañuelito blanco diciendo que no hay corrupción, pero la realidad es que sigue igual o peor todavía. La verdad es que ha mentido descaradamente porque no le queda de otra ya que aceptarlo sería llevarlo al fracaso total.
A los pobres no nos queda de otra más que seguir en la lucha organizándonos y educándonos para que no nos sigan engañando como lo hizo el actual mandatario con la mayoría de los mexicanos.
La solución a todos los problemas de este país no es cosa sencilla, se requiere detectar cuáles son los principales y desde un punto de vista científico buscar resolverlos entre todos, de tal manera que los más beneficiados sean las mayorías más desprotegidas. DE NO SER ASÍ EL PAÍS ya SEGUIRÁ EN DECADENCIA.
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