El informe de las Estimaciones de Pobreza presentado recientemente por el Coneval señala que, en México, durante el año 2020, hubo un incremento de 3.8 millones de personas en situación de pobreza, en comparación con el 2018, con lo que aumentó del 41.9% al 43.9% el total de la población en esta condición.
Mientras que hace tres años había 51.9 millones de personas en pobreza, el año pasado sumaron 55.7 millones. El porcentaje de población en situación de pobreza extrema también aumento del 7% a 8.5%, lo cual significó un aumento de 8.7 a 10.8 millones de personas en dos años; o sea, 2.1 millones más.
El mayor cambio en termino de carencias sociales se presentó en el acceso a los servicios de salud, el cual aumentó 12 puntos porcentuales, pasando de 16.2 a 28.2 por ciento. En ese sentido de 2018 a 2020 hubo un aumento de 15.6 millones de personas con carencia por acceso a los servicios de salud, al pasar de 20.1 a 35.7 millones de personas.
La pandemia de covid-19 no solo ha cobrado la vida de miles de mexicanos, sino que ha arrinconado en la pobreza a millones, a pesar de los programas sociales impulsados por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Con lo que queda demostrado que las transferencias monetarias que el Ejecutivo hace dentro de su política social son “medidas temporales” que, aunque necesarias no han mitigado los estragos causados por la pandemia en las poblaciones más vulnerables.
Desde que asumió el cargo hace casi tres años, el presidente López Obrador, ha puesto como bandera de su gobierno a los pobres, sin embargo, sus programas sociales han sido de carácter paliativo y no representan una solución a largo plazo para reducir la pobreza de los mexicanos.
Y por si esto no bastara, los contagios por covid-19 están imparables y sigue la indolencia e insensibilidad del gobierno federal. En las últimas 24 horas, se registraron 21 mil 563 nuevos casos, la tercera cifra más alta de la pandemia, mientras el promedio de vacunas aplicadas en el país vuelve a bajar nuevamente, después de haber pasado la consulta ciudadana, que como todos sabemos fue un verdadero fracaso.
En plena tercera ola de contagios y a 24 días del inicio oficial de clases, el presidente López Obrador insiste en el regreso a clases presenciales aun con semáforo epidemiológico en rojo, lo que sin duda es una postura irresponsable y criminal que pone en riesgo la vida de niños y jóvenes. No hay condiciones para el regreso a clases, es por ello que, tanto padres de familia como estudiantes han iniciado un movimiento donde exigen que se detenga el regreso a clases hasta que los menores sean vacunados contra covid-19 y tienen toda la razón.
En otro orden de ideas. Hoy los vecinos de la colonia Manuel Serrano Vallejo, del municipio de Valle de Santiago, en Guanajuato, cumplen 18 días de estar en plantón frente a la presidencia municipal, para exigir que Alejandro Alanís, construya la red de agua potable y drenaje en su comunidad. Al edil no le ha importado que el agua potable sea un derecho humano reconocido desde el año 2010 por la Asamblea General de las Naciones Unidas; tampoco le ha interesado que la Organización Mundial de la Salud promueva la necesidad de lavarse las manos como una de las principales medidas para prevenir los contagios de covid-19, sobre todo ahora que estamos en un nuevo pico de la pandemia.
Menos le ha importado, que haya sido un compromiso de la Secretaria de Gobierno, Libia Dennise García Muñoz Ledo, el enviar pipas de agua potable gratuitas a la colonia, en lo que inicia la obra. Mucho menos le preocupa, que no se haya iniciado la obra por su irresponsabilidad de no haber entregado a la Conagua el proyecto ejecutivo y que por ello se hayan dejado de invertir en su municipio, más de 18 millones de pesos.
En los últimos días, se ha dedicado a fastidiar y a provocar a los humildes colonos con acciones que van desde el borrado de pintas en bardas donde se denuncia la insensibilidad de su gobierno, hasta haber dado la instrucción a sus trabajadores de alumbrado público de quitar la energía eléctrica a los manifestantes, en vez de atenderlos y, sobre todo, resolver sus demandas.
No hay duda, ambos gobiernos y sus partidos políticos no representan los intereses del pueblo del trabajador. Ni el partido Morena ni el PAN en Valle de Santiago tienen como objetivo verdadero sacar de la pobreza a sus gobernados. Queda de mostrado una vez más, que no debemos confiar en los “cantos de sirena” de López Obrador y de Alejandro Alanís, que lo único que buscan es perpetuarse en el poder para satisfacer sus intereses de grupo. La única salida que nos queda es continuar con nuestra lucha, con decisión y valentía; organizando y educando a los millones de mexicanos que se encuentran en pobreza para que, llegado el momento, asaltemos el cielo y construyamos un futuro más luminoso para todos.
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