MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Para qué consultamos?

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Desde antes de la llegada de la “Cuarta transformación” a Palacio Nacional, Andrés Manel López Obrador (AMLO) ha promovido con fervor las consultas ciudadanas como “herramientas de la democracia” siendo clave para la toma de decisiones en su administración. Supuestamente estas consultas buscan incorporar la voz del pueblo en decisiones gubernamentales importantes, pero han generado un intenso debate sobre su eficacia, su legitimidad y su verdadero propósito. Desde la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México hasta la construcción del Tren Maya, varias decisiones cruciales han sido sometidas a consulta popular, supuestamente “democratizando” la toma de decisiones. 

La mayoría de “estas muestras de la democracia” se han caracterizado por una participación baja, lo que cuestiona si realmente reflejan la voluntad del pueblo.

Desde las votaciones a mano alzada como la de 2019, donde bastaron una veintena de personas para suspender la construcción de un metrobús en Durango que beneficiaría a miles de personas en dos de los municipios del estado o su consulta para "juzgar expresidentes” en 2021 que sólo juntó a siete por ciento de la población, la mayoría de “estas muestras de la democracia” se han caracterizado por una participación baja, lo que cuestiona si realmente reflejan la voluntad del pueblo. Una veintena decidiendo por miles o seis millones comparado con más de 100 millones del electorado nos dicen ya de la falta de intereses que hay dentro de los mexicanos y la falta de interés de parte de la 4T por difundir, explicar y organizar un verdadero acto democrático.

Esto ha llevado a muchos a denunciar esta herramienta como simple manipulación política, argumentando que AMLO utiliza estas consultas para legitimar o popularizar decisiones ya tomadas, en lugar de buscar un verdadero consenso: “el concepto mismo de consulta ciudadana fue profundamente distorsionado en su razón de ser ya que, en los sistemas verdaderamente democráticos, ésta constituye un mecanismo destinado a conocer la opinión dominante que sobre un determinado aspecto estratégico en materia de gobernanza y gestión pública existe en el ámbito de la sociedad civil o, para utilizar el concepto desarrollado por Habermas, en el ámbito del «espacio público »” Federico Seyde (eleconomista.com, 4 de agosto de 2021).

Además, las decisiones sometidas a consulta a menudo son complejas y engañosas, requiriendo un entendimiento profundo de sus implicaciones que se le tiene que explicar al electorado primero. La falta de información clara y objetiva puede llevar a decisiones mal informadas. El uso de las fuerzas armadas, el impacto socioambiental de los megaproyectos o la elección de magistrados son temas con bastantes aristas y discusiones, que son relegadas simplemente a un discurso populista y demagógico del presidente, sin que este se ponga en tela de juicio. “La intención de AMLO no parece estar alimentada por un deseo de justicia sino por una urgente necesidad electoral: a menos de un año para las elecciones intermedias, su popularidad iba en picada ante la falta de resultados de su gobierno hasta que empezó a revivir los expedientes de corrupción del pasado”.  (washingtonpost.com. Carlos Loret de Mola September 20, 2020).

La participación democrática del pueblo de México no se puede reducir a elegir a sus representantes cada seis años, sin embargo tampoco puede llegar al absurdo de reducirse a una votación a mano alzada que sirve como simulación para alimentar un discurso político. Para garantizar una verdadera participación se necesita mayor difusión y educación, asegurarse de que la ciudadanía esté bien informada sobre las cuestiones en consulta y fomentar una mayor participación; inclusión para ampliar los mecanismos de participación para que todos los sectores de la sociedad se sientan representados. Es fundamental encontrar un equilibrio entre la participación ciudadana y la calidad de la toma de decisiones para asegurar que estas consultas sirvan al interés público y no a intereses políticos particulares. La verdadera transformación se logrará cuando la voz del pueblo no solo sea escuchada, sino también respetada y valorada en la construcción del futuro del país.
 

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