Hace unos días, las instalaciones de la refinería de Dos Bocas en Tabasco, se convirtieron en escenario de enfrentamientos entre trabajadores de la empresa ICA Flour (una de las empresas contratistas de la magna obra de la 4T) y policías estatales.
De acuerdo con los inconformes y según varios medios de comunicación, el paro de labores obedeció a reclamos por abuso de maltrato y explotación laboral pues trabajan horas extras y no reciben un salario justo; así como la falta de equipos de protección y transporte de personal.
Sin embargo, el paro iniciado el día martes, se complicó al día siguiente toda vez que los más de mil obreros (de acuerdo con los medios) fueron víctimas de agresiones por parte de la policía estatal, que, resguardando las instalaciones de la refinería, los enfrentó y les arrojó gases y disparos “al aire” en contra de los manifestantes. Pero aquí hay una violación del derecho a la manifestación pacífica que es reprimido por el gobierno de estado.
Por su parte la secretaria de Energía, Roció Nahle, quien, por cierto, dice que en tiempos de invierno no se produce energía solar y eólica (¡!), ha dicho que no se permitirá que “grupitos” afecten una obra tan importante (¿para quién?, diría yo), y ha minimizado la protesta como si fuera poca o no valiera la exigencia y el derecho de los trabajadores a inconformarse y pedir una mejora salarial.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República ha expuesto que las protestas se deben a un conflicto entre representantes sindicales pues “ICA tiene trabajadores en un sindicato y hay otro que le está compitiendo” y que por lo tanto no se les está pagando mal a los obreros. Atribuye el paro a la disputa entre “líderes sindicales”.
La refinería de Dos Bocas en Tabasco, es una de las obras más emblemáticas para el actual gobierno e importante para lograr su tan ansiada “soberanía energética”, la obra lleva un 33% de avance con una inversión de 4.886 millones de dólares de un estimado de 8.900 millones que costará y se pretende sea inaugurada en julio de 2022.
Por tal razón, es curioso que una obra tan importante, ahora no sea sujeta de críticas por parte de periodistas o políticos que estén denunciando lo que pasa al interior de Dos Bocas, si no que un grupo importante de trabajadores manifiestan inconformidades laborales, que no son escuchados y, al contrario, se les reprima.
Como siempre, el gobierno de la 4T ha minimizado las protestas, ahora de los obreros de Dos Bocas; los mexicanos que, a lo largo de este sexenio, manifiestan su inconformidad por decisiones equivocadas o por afectaciones a ciertos grupos sociales dan cuenta que los Gobierno morenistas hacen todo al revés y siguen sin escuchar a la población.
Las protestas del personal médico en Oaxaca, los damnificados por los huracanes en Puebla, los padres de niños con cáncer, los maestros de la CNTE, y ahora los obreros de la Refinería en Dos Bocas, son simplemente una raya más al tigre de la 4T, y que nos advierte que no debemos votar más por Morena y que en el 2024 tendremos que ir por un cambio verdadero; debemos enderezar este barco, pues nos lleva a un golpe más duro, como aquel iceberg que hundió al Titanic.
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