MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

PEF 2025

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Se entregó el 15 de noviembre el Paquete Económico para el Ejercicio Fiscal 2025. En él se incluyen la ley de ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación o PEF 2025. Ya hemos dicho que la diferencia entre la ley de ingresos y el presupuesto de egresos está en que el estudio, análisis, discusión y, en su caso, aprobación o no de la ley de ingresos, corresponden tanto a la Cámara de Diputados como a la Cámara de Senadores; en cambio, el Presupuesto de Egresos de la Federación, no es una ley, y es facultad exclusiva de la Cámara de Diputados su análisis, discusión y, en su caso, aprobación o modificación de éste.

Ahora bien, el presupuesto, para que se apruebe, tiene que contar con la mayoría simple de los diputados presentes, es decir, al menos 251 diputados. Como Morena y sus aliados han tenido esa mayoría simple han aprobado recurrentemente lo que les envían desde palacio nacional tal cual y sin cambiarle una coma, convirtiendo a la Cámara de Diputados en una simple oficialía de partes sumisa y obediente sin reflexión, sin cuestionamientos y sin análisis de madurez. Entonces, nuevamente, la gente más desprotegida se quedará sin estar incluida en el presupuesto o, en su caso, si llegara a obtener una tarjeta del bienestar, deberá conformarse con eso y nada más.

Nos proponemos ahora dar unas pinceladas de lo que será el panorama presupuestario para el año 2025 y, algo de lo que nos espera a los mexicanos y a las organizaciones sociales en México.

En principio, este gobierno nos aporta datos muy optimistas sobre el crecimiento económico, sobre la relación peso dólar y sobre la inflación. Veamos. La Secretaría de Hacienda considera que la economía mexicana crecerá entre un 2 y un 3% lo cual, a juicio de muchos analistas, es un crecimiento optimista que no se ve cómo se sustenta, pues la inversión se vuelve a concentrar en darle dinero a la gente para fomentar el consumo (keynesianismo), para otras megaobras que están relacionadas con los trenes y ya. Se espera una inflación baja del 3.3%, lo cual no se garantiza.

Asegura el proyecto de presupuesto que habrá altos niveles de inversión, una tendencia a la baja de la inflación y niveles de empleo crecientes. Esto no tiene sustento y la primera muestra de ello es la calificación de la deuda hecha por Moody´s: “La agencia calificadora Moody’s cambió a negativa la perspectiva de calificación de la nota soberana de México ante el debilitamiento del marco institucional y de la formulación de políticas que pueden socavar los resultados fiscales y económicos. Desde su perspectiva, “la mayor rigidez del gasto público y el deterioro de la asequibilidad de la deuda dificultan la consolidación fiscal tras el aumento del déficit público de este año””. (El Financiero, 14 Noviembre 2024).

En su análisis sobre el PEF 2025 el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, de la Cámara de Diputados, señala que “La recaudación para 2025, apoyada en los indicadores macroeconómicos sólidos, que permiten alcanzar una estimación de ingresos por ocho billones 55 mil 649.3 mdp, lo que representa un crecimiento real de 5.4 por ciento y se apoya en el incremento de los ingresos tributarios y de organismos y empresas”.

Entonces, los ingresos presupuestarios del sector público se estiman en 9.3 billones de pesos para el 2025; sin embargo, los ingresos presupuestarios del sector público suman 8 billones de pesos, 1.1 de los ingresos petroleros y 6.9 de los ingresos no petroleros. Finalmente, los ingresos más importantes son los ingresos llamados tributarios, es decir, los que se derivan del cobro de impuestos y que se estiman en 5.3 billones de pesos, equivalentes al 77 % de los ingresos no petroleros. Esto significa, para el pueblo de México, mayores niveles de recaudación aplicando el terrorismo fiscal, es decir, sacándole al pueblo mexicano hasta la última gota de sangre en el terreno fiscal: el cobro del ISR (por salario o por compra o venta de bienes inmuebles), el cobro del IVA, el cobro del IEPS, el cobro de otros tantos impuestos que caerán sobre las espaldas del pueblo de México.

Entonces, para reducir el déficit presupuestario, si no se realiza por la vía de un préstamo, tendrá que ser por la vía de impuestos y ya se ha dicho por el secretario de hacienda que se cobrará impuestos a las plataformas digitales; sin embargo, saben, pero no nos lo dicen con claridad que incrementar los impuestos a este tipo de empresas implicará trasladar ese incremento a los consumidores y, por lo mismo, nos tocará pagar los platos rotos a los mexicanos de a pie, y no a las grandes empresas como siempre sucede, pues, recordemos que no habrá modificación al pago de impuestos para las grandes empresas.

En los Criterios Generales de Política Económica 2025, “el Ejecutivo estima que la recaudación de los ingresos será mayor en términos reales al previsto para 2024, en tanto que el Gasto propuesto es menor en 179.4 miles de millones de pesos (mmp) de 2025, que sería equivalente a una reducción real de 1.9 %, respecto al aprobado en 2024”, a esto se refieren los analistas en el sentido de que será un gasto austero; sin embargo, no dejan de destinarse recursos al pago de la deuda, pues una cuarta parte del presupuesto va para pago de intereses y casi la mitad entre pensiones y programas sociales y el resto para lo demás.

Algunos analistas señalan que los rubros fundamentales que un estado debe garantizar son: seguridad, educación, cultura y salud; sin embargo, en todos estos rubros hay disminuciones. Se recorta, por ejemplo, a la UNAM por más de 5 mil millones de pesos. Por su lado, el gobierno incrementará el gasto del IMSS, pero no para servicios del pueblo, sino que el crecimiento del gasto del 9.17 % está orientado a cubrir el incremento de las pensiones que es del 13.48 %, sólo las del IMSS. Si a estas agregamos las pensiones del bienestar, que implican 2 billones, de los nueve, es decir, 22 % del presupuesto total, Jonathan Ruiz de la Torre, columnista de El Financiero, (16 noviembre 2024, Radio Fórmula). Entonces, como hemos dicho, piensan fomentar el consumo al estilo keynesiano; sin embargo, si la respuesta del sector productivo no va en correspondencia con esta capacidad de compra de la economía se producirá, como ya sucedió, un desequilibrio y luego una crisis; y si Trump cumple su amenaza de incrementar los aranceles a los productos de exportación y si sanciona a China desde México, entonces, al pueblo, aunque tenga dinero en forma de tarjetas, no le va a ir nada bien, pues se incrementará la inflación, más de lo previsto.

El resultado será un presupuesto nada realista, nuevamente electorero y ahora con menos asideros para garantizar el incremento del gasto. Si gastas más de lo que ingresas, o caes en deuda o recortas y lo peor que ya existe un recorte de facto: no hay dinero para carreteras, para agua potable, para drenaje, para mejoramiento de la vivienda, para la educación, para la salud, para la seguridad, etcétera, pero sí hay dinero para fomentar el consumo y quienes realmente salen ganando son las empresas capitalistas que no van a incrementar su crecimiento pues con su capacidad instalada proveerán de lo necesario para satisfacer el incremento de la demanda efectiva. Así las cosas. Hace falta un presupuesto que piense en desarrollar al país y no ganarse a la gente a base de tarjetazos del bienestar.

 

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