El Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) surgió en 2007 con la ampliación del horario de 4.5 a 8 horas, esto permitió atender, de mejor forma, la educación académica, además de fomentar la práctica del deporte y las actividades culturales para una formación más integral de los futuros ciudadanos, también incluía la distribución de alimentos a los alumnos, en su mayoría, de escasos recursos económicos.
Antes del decreto de su desaparición, que emitió el Gobierno federal, se estima que beneficiaba a 3.6 millones de estudiantes de educación básica de 27 mil 63 escuelas ubicadas, en su mayoría, en zonas de alta marginación.
Estas escuelas, al coordinar el horario de clases con el horario de trabajo, permitían a muchas madres solteras buscar un empleo para el sostenimiento de sus hijos, por lo tanto, fueron un intento, aunque insuficiente, pero favorable, en el objetivo de promover un poco de justicia social.
El actual Gobierno federal en lugar de mejorar y perfeccionar el programa, el 1 de marzo en el Diario Oficial de la Federación publicó las reglas de operación de un nuevo programa denominado La Escuela Es Nuestra con el que determinó la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo, al quitarle el presupuesto y transferirlo para el uso del mejoramiento de la infraestructura de las escuelas, con el pretexto de que en el programa de estas escuelas había muchos intermediarios, lo cual facilitaba la corrupción y, en consecuencia, había que combatir esta corrupción desapareciéndolas.
El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y la Secretaria de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez, en varias ocasiones y en forma pública, han intentado justificar y defender con estos argumentos la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo (ETC).
Es criticable que en esta determinación de las autoridades no hayan considerado necesario hacer una consulta con los afectados para preguntarles si estaban de acuerdo con desaparecerlas, como la que se hizo para no seguir con la construcción del aeropuerto de Texcoco y como la que se va a realizar para la revocación o ratificación del mandato del presidente, porque, como sostiene la 4T, el pueblo es el que debe mandar y el gobierno ejecutar este mandato. ¿Qué pasó en este caso? ¿Dónde quedó la democracia de la 4T?
Ante la imposición dictatorial de desaparecer las escuelas de tiempo completo, el pueblo perjudicado por este cambio, por medio de diferentes actores políticos y organizaciones populares, por los medios a su alcance, ha manifestado su desacuerdo, rechazo y protesta, pues este cambio significa ir para atrás en el camino de mejorar la calidad de la educación.
Destacan entre las organizaciones que han manifestado públicamente su desacuerdo y su rechazo, el Movimiento Antorchista Nacional y la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), ante estas pacíficas y justificadas protestas, ¿cuál ha sido la respuesta del gobierno morenista?
La respuesta no ha sido la de estar dispuesto a escuchar y a establecer un diálogo respetuoso para conocer los argumentos de las organizaciones inconformes y, a su vez, dar argumentos válidos para demostrar y convencer a los afectados que tienen la razón y que lo más conveniente para las clases populares, para mejorar la calidad de la educación, es quitar las escuelas de tiempo completo, nada de eso ni algo parecido.
En lugar del diálogo, López Obrador ha desatado una campaña de ataques basada en calumnias y descalificaciones repetidas muchas veces y difundidas en las más importantes tribunas, con toda la mala fe de desinformar, manipular la opinión pública y conseguir su propósito de imponer los cambios arbitrarios que son contrarios y perjudiciales a la educación de las clases populares.
Esta forma de comportarse y estos hechos, demuestran que muy poco o nada le interesa al mandatario federal y a los gobiernos morenistas el progreso del pueblo trabajador, y deben servir para conocer el verdadero rostro del actual Gobierno federal.
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