Uno de los problemas sociales que poco se aborda, es la situación de los suicidios, un problema de salud pública que se debe abatir, pues además de privarse de la vida un ser humano, hecho ya de por sí gravísimo, el daño se extiende a familiares y amigos. Por eso, si consideramos al suicidio como un problema social recurrente en la actualidad, las autoridades correspondientes están obligadas a atenderlo y dar una solución de raíz a este lastre que lacera a la sociedad en general.
Según datos oficiales, en México se quitan la vida 23 personas cada día, siendo el suicidio el camino más recurrente, adoptado por los individuos agobiados por problemas de todo tipo que consideran insuperables: económicos, sociales, familiares, emocionales.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2022, los suicidios aumentaron a 28.8 por ciento con relación a 2017; en ese año, se contabilizaron seis mil 559 casos, teniendo un promedio diario de 17.9 personas. En 2021, la cifra de suicidios se elevó a ocho mil 447, que corresponde a una tasa de 6.6 por cada cien mil habitantes, convirtiéndose en la tercera causa de muerte externa en México.
Con estas mismas cifras se advierte que, en 2021, Yucatán fue la entidad número dos del país con mayor incidencia en muertes por lesiones autoinfligidas, sólo por debajo de Chihuahua, que reportó 26.4 casos por cada cien mil habitantes, después Yucatán con 23.2 casos por cada cien mil habitantes.
Por su parte, las autoridades estatales de salud, tomando en cuenta esta misma valoración, señalaron que en 2022 el promedio mensual de suicidios fue de 21.6 por ciento, con un total de 252 casos. De acuerdo con estas cifras, la capital yucateca reportó cerca del 62 por ciento de este tipo de incidentes, seguido por municipios como: Kanasín, Progreso Tizimín y Umán. Asimismo, se señala que la pandemia de covid-19 y la crisis económica derivada de la misma, agravaron las condiciones de vida de miles de familias yucatecas que elevaron el riesgo de que las personas adopten una conducta suicida.
A esto abona la falta de políticas públicas para atacar este mal, que cada vez se incrementa entre la población yucateca. Durante 2022 la cifra en suicidios aumentó a 258, siendo Mérida, la capital, donde se registraron más casos, con 82 o el 34 por ciento del total registrado en la entidad; de esos, el 12.6 por ciento, vivían en Ciudad Caucel; seguido de Tixcacal Opichén con seis; Centro con cinco; San José Tecoh, San Antonio Xluxh, Roble Agrícola y Jesús Carranza con cuatro cada uno; Bojórquez y Emiliano Zapata Sur con tres respectivamente; y Polígono Opichén 108, Colonia Maya y Francisco de Montejo con dos cada uno. Se prevé que el 2023 rebase el número de suicidios ocurridos en el 2022, pues hasta el momento se han registrado 56.
De acuerdo con especialistas, el problema del suicidio es multifactorial, inciden problemas económicos, sociales, sentimentales, aspectos del carácter de las personas, condiciones de conductas negativas, en ocasiones vicios como el alcoholismo y fármacos y también aspectos de orden familiar como la violencia que se vive al interior de los hogares.
Llama la atención, que este hecho se presenta más entre población joven, en un rango de edad que oscila entre 18 y 35 años, y que responden en un buen porcentaje a problemas de índole económico. Y no es de sorprender, pues desde la pandemia, la situación de las personas ha ido a menos, ya sea por la falta de empleo formal, bajos salarios o una inflación que no da tregua, no hay que olvidar que Mérida, es la ciudad con los precios más altos de la canasta básica.
Ante ello, se hace necesario que las autoridades estatales apliquen una política que combata de raíz las causas que originan todos los males sociales, entre ellos los suicidios en la entidad, es decir, este mar de pobreza que ha fomentado la existencia de dos yucatanes, esos mismos que el gobernador del estado, Mauricio Vila Dosal, identificó y mencionó en su tercer informe de gobierno en enero de 2022, año en el que se propuso borrar esas diferencias, pero que a la fecha siguen existiendo y se profundizan.
De esta forma, los mexicanos, entre ellos los yucatecos, tenemos la obligación de hacerle frente al enemigo común, la pobreza. Para eso, a todos debe dolernos, no solamente la vida que vivimos, nuestras carencias, sino también las de nuestros iguales, padres, hermanos, hijos, amigos, vecinos, todos los pobres; porque las necesidades son las mismas y si esto es así, la solución es la misma: luchar con toda decisión y enjundia en contra de todos los males que lastiman la vida del hombre, en contra del sistema de cosas existente que provoca ese vacío en el individuo, aislamiento y soledad que los obliga a tomar decisiones equivocadas y atentar en contra de su vida.
Apreciemos la vida en todo lo que vale, como Nikolái Ostrovski, célebre escritor ruso, de origen proletario que no solamente se sobrepuso a las difíciles condiciones que le tocó vivir, sino que, pese a la terrible enfermedad que lo acompaño hasta el último día de su corta vida, vivió y luchó por una sociedad distinta y mejor para sus compatriotas; aprecio que pone de manifiesto en su novela, "Así se templó el acero": "Lo más preciado que posee el hombre es la vida. Se le otorga una sola vez, y hay que vivirla de forma que no se sienta un dolor torturante por los años pasados en vano, para que no queme la vergüenza por el ayer vil y mezquino, y para que al morir se pueda exclamar: ¡toda la vida y todas las fuerzas han sido entregadas a lo más hermoso del mundo, a la lucha por la liberación de la humanidad!"
Hoy sufrimos por la pobreza, porque en nuestro país, a pesar de ser uno donde se produce enormes cantidades de riqueza, ésta se concentra en un reducido grupo, mientras millones de hombres y mujeres que trabajan todos los días, no tienen qué comer, no tienen empleo y los salarios son mal pagado, carecen de vivienda, de servicios médicos, de educación, de actividades de esparcimiento, capaces de crear condiciones más humanas y alejadas de la idea de atentar en contra de su vida tan llena de carencias de toda índole, es decir, necesitamos una sociedad libre de suicidios, una sociedad compuesta por hombres y mujeres capaces de manifestar en todos y cada uno de los aspectos de la vida, su actividad creadora; de ahí la imperiosa necesidad de a organizarnos, luchar y conquistar un mejor presente y futuro para todos.
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