Con base en el Título 42, las autoridades estadounidenses expulsaron a migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México más de 1,8 millones de veces en poco más de dos años, según datos de la CBP. El sistema de asilo de EE.UU. se detuvo y los inmigrantes que afirmaron que huían de la persecución no pudieron presentar su caso, algo que las leyes de EE.UU. e internacionales dicen que deberían poder hacer. Con esto, la política atrajo renovada atención cuando las autoridades la usaron inicialmente para rechazar a los ucranianos en la frontera, y luego comenzaron a otorgar excepciones que permitían cruzar a miles de ucranianos que buscaban refugio. Por otro lado, los defensores argumentaron que estaba en juego un doble estándar racista, ya que muchos migrantes de América Central y Haití seguían siendo devueltos bajo la política. Los funcionarios negaron esa acusación y dijeron que cada exención se otorga caso por caso.
La extensión de esta medida ha provocado que México entre nuevamente a limpiar lo que ensucia EE. UU., pues serán los mexicanos los que recibamos a los migrantes que se son expulsados, que lo hemos venido haciendo desde hace ya varios años y en aumento desde hace 5; La publicación destaca que durante enero – febrero de 2023 se registraron 7.4 millones de eventos de entrada a México, de los cuales 6.1 millones fueron de personas extranjeras, lo que representó un incremento del 37.5 por ciento respecto al mismo periodo de 2022.
Esto demuestra que las políticas de migración mexicana están por los suelos, para ello el presidente de la República, ha dejado la postura bien clara, hacerle el trabajo sucio a Estados Unidos, primero que nada, creando un bloqueo al sur del país para impedir el paso a los migrantes centroamericanos, algo nunca antes visto, pues nadie se había atrevido a tanto y de manera tan violenta, después, recibiendo a los migrantes a los deportados de EE. UU., brindándole comida y hospedaje, no critico la humanidad de las casas hogar que son las que salen al quite con este problema, pues ni los gobierno locales han podido brindarles estos servicios a los migrantes.
Los migrantes encontrados bajo el Título 42 son expulsados a sus países de origen o a México, donde los defensores de los derechos humanos dicen que han documentado muchos abusos. Desde que el presidente Biden asumió el cargo, Human Rights First dijo que ha identificado casi 10.000 casos de secuestro, tortura, violación u otros ataques violentos contra personas bloqueadas o expulsadas a México bajo el Título 42.
Pero los migrantes no han dejado de intentar cruzar la frontera entre Estados Unidos y México, un detalle que señalan personas de ambos lados del debate, con argumentos muy diferentes sobre lo que muestra. (En el año fiscal 2022, por ejemplo, se registraron dos millones de encuentros con migrantes en la frontera).
Hoy no es necesario alzar la voz para que los migrantes tengan un trato justo, hoy hace falta y es urgente alzar la voz para que el gobierno mexicano tenga en cuenta esta problemática, que entienda que hacer el trabajo sucio a EE. UU, no es la salida, que hace falta y es necesaria una urgente política migratoria correcta y que no solo torzamos las manos ante un problema creciente.
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