Hace tiempo que terminó la esclavitud, nos dicen los medios oficiales y el discurso gubernamental que ahora estamos mejor, y la pregunta es: ¿lo dicen en serio? La pobreza rampante que agobia a más de 100 millones de mexicanos, la enfermedad sin médicos ni hospitales, el hambre, el desempleo, ¿es estar bien? Los ricos y potentados están bien, pero la inmensa mayoría no estamos bien, tampoco estamos mucho mejor (como nos hacen creer), pues seguimos esclavizados al sistema económico actual, mismo que beneficia sólo a los que más tienen, a los que siempre han estado mejor, pues a nosotros los pobres sólo nos utilizan para ellos seguir así, “por el mismo camino del bienestar”, y a los pobres sólo la esperanza de que tendrán bienestar, que viven y vivirán mejor, aunque en la realidad esto es lejano e imposible, si el pueblo no se une contra quienes nos oprimen, mienten y explotan, nuestra suerte será cada vez peor, porque al gobierno mexicano no le importa el bienestar de su pueblo.
Somos más de 100 millones de mexicanos los que vivimos con alguna situación de pobreza, ya sea -pobreza, pobreza moderada, o pobreza extrema- hay quienes apenas cuentan con lo más elemental, y eso ya es ganancia que tengan para medio comer y medio vestir, porque pensar en una vivienda digna, en una buena atención a la salud y una buena alimentación, eso ya no entra dentro de lo elemental, para los pobres ya es un lujo, no se diga estudiar hasta ser profesionistas, tener otras aspiraciones es hoy un sueño inalcanzable, ese destino tenemos muchas familias mexicanas, pero no es porque así debe ser, no es porque no lo merezcan o porque no tengan capacidad o derecho, al contrario, nos dicen que las leyes están para defender los derechos de todos los ciudadanos, pero es pura teoría, ya que no se cumple y cuando piden que se cumpla, que se haga justicia, entonces ya no está bien, entonces ya se convierte en molestia.
Ante ello, ¿qué debe hacer el pueblo pobre de México?, lo que dice la realidad basada en los hechos; si tenemos hambre ¿qué debemos hacer?, trabajar dicen los ricos, es lo lógico, pero ¿acaso hay trabajo para todos los que están en edad de trabajar?, si no tienen vivienda ¿qué van hacer?, quedarse así, no, ¡hay que luchar! por hacer valer el derecho a una vivienda digna, porque acaso no dice la ley que “somos todos iguales”, la realidad nos dice que es otro engaño de papel y saliva, se debe de luchar para que este derecho y otros más se hagan realidad. Así puedo seguir, y no me alcanzaría este pequeño espacio para hacerle saber las razones para unirnos a luchar por lo que por ley nos corresponde, sin embargo, lo que quiero manifestar es que nosotros somos seres humanos con derechos y garantías constitucionales, que no se cumplen, y debemos luchar por hacerlos cumplir y que sus dichos de los gobernantes demagogos no sigan siendo mentiras oportunistas, sino que sean una realidad.
El hombre debe tener lo elemental, sí, pero que eso se extienda a lo que realmente es “lo elemental”; tener salud, educación, comida, agua, vivienda digna, carreteras, servicios, eso es tener lo elemental, y luchar por ello, no es delito, no debe ser delito, al contrario, es lo básico y urgente, quienes ya lograron entenderlo deben sumarse a esta lucha, que al día de hoy se está dando por las demandas elementales de la gente pobre, años van, años vienen y poco se soluciona. El luchar pacíficamente con la ley en la mano es lo que el Movimiento Antorchista potosino hace por los necesitados, esta lucha es por la solución a las demandas más elementales, que se respeten nuestros derechos y se cumplan, no daremos paso atrás a nuestra protesta, porque desgraciadamente el que -no habla, Dios no lo escucha-, por ello debemos unirnos, organizarnos los más pobres que somos muchos, y que ahora en tiempos de pandemia la pobreza ha orillado a más a estas filas.
A los poderosos del estado (económica y políticamente) no les importamos los pobres, porque ellos no tienen el estómago vacío, no andan sin calzarse o sin curarse, simplemente porque no sienten ni sufren como sufrimos los pobres, pero eso lo tenemos que ir cambiando, ya no podemos apoyar a politiquillos demagogos, que no tengan origen humilde y que no piensen y sientan como nosotros los pobres, tendremos que cambiar y ya no darles el voto, aunque nos traten “de lo mejor” en campañas, lobos disfrazados de corderitos, que sientan nuestro repudio, así como nos tratan a los pobres el resto del año y de lo que duran en el poder, mismo que no utilizan para apoyar a los pobres.
A los gobernantes en turno les decimos que el derecho y la razón nos asiste, y que atiendan y resuelvan a los más pobres del estado, que hoy les pedimos humildemente y con energía que se haga justicia y que no se conviertan en seres inhumanos, insensibles a las necesidades básicas de sus gobernados, o que el mismo pueblo se lo demande.
¡Que nuestra voz se escuche y se respete!, ¡Unidos y organizados es como lograremos cambiar esta patria, por una más justa, equitativa y democrática para todos!
0 Comentarios:
Dejar un Comentario