A tres años de López Obrador en la presidencia de la república, sus hechos nos dan la razón a todos los que, de buen corazón, en un inicio dijeron que su gobierno iba a seguir con las mismas prácticas de siempre e incluso iba a agravar más la difícil situación en la que viven millones de masas trabajadoras. Voces autorizadas previeron que la frase de “primero los pobres” era un simple anzuelo para atrapar los votos de los electores, ya que en el fondo el sello de su naciente 4T era dejar a los pobres en el olvido de siempre. Hoy, como dice el propio López Obrador, sin tanta ciencia podemos afirmar sin temor a equivocarnos que eso se ha convertido en una realidad. En sus mañaneras grita a los cuatro vientos que primero los pobres, pero con sus hechos pone su gobierno al servicio de los ricos.

No hace mucho presumió en su twitter una foto tomada en Palacio Nacional junto con ni más ni menos que Carlos Slim, el hombre más rico de este país. En dicha publicación reconocía a Slim como amigo y además de buen empresario, echándole flores por haber pagado 28 mil millones de pesos a la Hacienda Pública en México y no en Estados Unidos. Esta opinión de AMLO sobre Slim contrasta totalmente con la que tenía de él antes de ser presidente, cuando lo acusaba de formar parte de la mafia del poder que tanto daño ha hecho a los mexicanos y que cuando llegara al poder los iba a castigar.  Escucharlo ahora decir que es amigo y un buen empresario nos conduce a concluir que su discurso era una farsa, porque su deseo jamás fue acabar con esas mañas sino apoyarlo. Otro ejemplo: ya años hace que Claro TV, una empresa de Carlos Slim, quiere distribuir contenido de televisión en México, pero los reglamentos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) no le permite llevarlo a cabo, y con ese argumento no pudo llevar a cabo su jugoso negocio en tiempo de gobiernos neoliberales, pero resulta que ahora, AMLO, busca dejar sin obstáculos a Slim al tratar de eliminar al IFT y que la función que juega la realice la SCT y de esa manera sea más fácil para el presidente apoyar a sus ricos amigos.

Otro de los hombres más ricos de este país, que ha aumentado su fortuna en lo que va del sexenio de López Obrador, que es muy cercano al presidente, forma parte de su Consejo Asesor Empresarial, es Ricardo Salinas Pliego, dueño del Banco Azteca. Es de dominio público que el gobierno actual ha hecho convenio con Salinas Pliego para poder operar sus programas clientelares a través de sus bancos en todo el país. Elogios de ambas partes son frecuentes en los medios. Eso nos permite decir que la separación del poder político del poder económico que tanto presume AMLO es una mentira. Muchas de las medidas que hasta ahora se han tomado por parte del gobierno han beneficiado más a los que tienen el poder económico que la gente de a pie, así de simple.

Por ejemplo, ahora en tiempo de la pandemia, millones de mexicanos están requiriendo diferentes tipos de ayudas, desde una despensa hasta vacunas para protegerse del virus, pero se vuelve un viacrucis conseguirlo porque no hay sensibilidad de parte de los funcionarios por atender y resolver estas necesidades. En lugar de eso, están más preocupados en buscar por todos los medios ganar la presidencia en el 2024. Es increíble como el partido del presidente, que ganó varias gubernaturas e importantes presidencias municipales en el país, sigue practicando las mismas mañas por las que tanto critica al PRI y al PAN. En el caso de Sonora, no hay justicia para las madres buscadoras, tampoco para los ejidatarios que son perjudicados por las mineras que están asentadas en sus terrenos y que dañan el medio ambiente. Las obras que se proyectan hacer en el presente sexenio de Sonora no tienen como fin resolver los problemas de la gente que viven en las colonias populares sino beneficiar precisamente a las grandes empresas para transportar más rápido sus mercancías, por ejemplo.

Muchos son los errores del gobierno federal y la injusticia que provoca es inmensa para los más débiles, por lo tanto, es merecedor de críticas. Pero hasta hoy sus críticos, aunque tienen toda la razón, solo se han dedicado a eso, criticar, pero de lo que se trata es cambiar esta difícil situación que se prevé se vuelva más grave. Los medios, periodistas y demás gente que hablan de la problemática, con sus honrosas excepciones, cuando ven al pueblo manifestarse para que haya un cambio lo atacan, tachándolo de bola de revoltosos y más si no son del agrado de sus padrinos políticos; con esta acción terminan por ponerse del lado del gobierno que tanto critican. La única organización que no solamente señala los errores y males del gobierno, sino que también dice sin rodeos lo que hay que hacer es la organización de los pobres de este país, el Movimiento Antorchista Nacional. Propone que se creen más empleos, se eleven los salarios, que paguen más impuestos los grandes multimillonarios y que el gasto público sea en beneficio de los que hoy en día carecen de todo. Todo esto tiene que hacer un verdadero gobierno del pueblo, y para hacerlo realidad Antorcha invita a todos los mexicanos, unirnos, organizarnos, luchar y prepararnos para pelear por el poder político de este país y poner a alguien que realmente gobierne a favor del pueblo y no para los millonarios.