"Organizarse y luchar junto con sus hermanos de clase", ese ha sido el mensaje del Movimiento Antorchista durante 45 años. Esta idea, aunque sí define el ideario y la acción de Antorcha en México y aunque casi es de nuestro uso exclusivo, porque ninguna otra agrupación política se atreve a proponerlo, esta idea antorchista no es originalmente de Antorcha, sino que se ha forjado durante años de pensamiento social progresista, desarrollo de la filosofía, del pensamiento científico y, sobre todo, de trabajo y lucha constante de los hombres amantes de la idea de una sociedad más humana, los próceres que figuran en los sitios de honor de las historias nacionales de todos los países del orbe.
La vida, el pensamiento y la acción de todos estos humanistas no ha pasado de balde, ha dejado una huella indeleble en la historia de la humanidad, pero sobre todo ha dejado una costosísima experiencia, que deben aprender y asimilar los hombres de las actuales y las posteriores generaciones no solo para recordar, respetar y agradecer a sus héroes, sino para saber qué hacer en el presente y en el futuro: ¿qué hacer para materializar ese sueño?
Los que han intentado cambiar nuestra sociedad para bien nos han dejado muchas lecciones y algunas se han elevado a verdaderas tesis, de manera que, de algún modo, ya podemos dejar de soñar y de improvisar, para pasar a actuar conscientemente y lograr ese mundo mejor, ya no es solamente un sueño o una utopía; se puede y se debe hacer.
Una de las principales enseñanzas es esa precisamente: "únete a tus hermanos de clase, organízate y lucha". La razón es, en realidad, muy simple: las ideas que puedan transformar para bien a la humanidad deben convertirse en acciones, esto sólo se puede si se convierten en fuerza verdadera, capaz de mover al conjunto social, y eso sólo es posible cuando el conjunto de individuos se une entre sí, se forjan un ideario y trabajan activamente y en conjunto por él. La acción de un hombre o de los hombres aislados jamás ha logrado nada importante en la historia de la humanidad. Los grandes héroes lo han sido solamente porque detrás de ellos estuvo la masa organizada y supieron representar sus auténticas aspiraciones y sin su apoyo no hubieran hecho nada.
En franca, aunque no evidente oposición a esto, los beneficiarios y defensores de la podredumbre y del estancamiento social, los que no quieren que cambien las cosas porque así están bien para ellos, promueven entre la población la idea del individualismo, del egoísmo elevado a principio moral fundamental y guiador del pensamiento y la acción del hombre.
El argumento del poderoso varía, pero ha adquirido formas muy concretas cuando los más retrógrados líderes de la reacción se convierten en poder político: la masa se reduce a votante, a elector temporal y pasivo. Una vez que haya escogido gobernante, debe dejarlo gobernar, quedarse calladito, agachar la cabeza y dejarlo que haga lo que considere conveniente, so pena de ser tildado de "provocador", "agente desestabilizador", etc. Uno de ellos fue precisamente el que acuño el anticonstitucional argumento de que "yo solamente me entiendo con los ciudadanos independientes, no negocio con organizaciones", intentando validar su oposición teórica a la organización de los pobres y elevándola a la práctica política más reaccionaria y sinvergüenza en contra de las organizaciones populares, cuya existencia y acción social está defendida por los artículos 8vo y 9no constitucionales.
Y todo esto nos lo quieren dorar y hacer tragar con el invento del "ciudadano independiente", el "ciudadano libre". ¿Es el ciudadano "independiente" realmente "libre"?, libre ¿de qué? Ya en otros lugares se ha explicado que la verdadera libertad consiste en saber, en conocer la causa de los fenómenos lo que nos lleva a decidir con conocimiento de causa y nos da la posibilidad de convertir en realidad nuestras metas, mientras que el desconocimiento nos lleva a ser dominados por el fenómeno mismo al que queremos dominar. ¿Dónde está la libertad del "ciudadano" atomizado?
Los mexicanos deben aprender a concertar, por decisión personal consciente, clara, y libre su acción voluntaria a los intereses generales de sus hermanos, a los intereses generales del colectivo al que realmente pertenece. ¿Qué es lo que debería hacer el pueblo trabajador de México?, entender lo más claramente posible cuáles son sus verdaderos intereses colectivos para poder concertar su voluntad personal a ellos. ¡Momento, la voluntad es personal!, claro que sí, la decisión de ajustar sus decisiones a las más generales debe ser personal, clara y libre, pero ya quedamos en que la libertad consiste en actuar con conocimiento de causa, no en separarse de los demás.
La libre voluntad del individuo radica en su concientización, no en su dispersión. El único modo de que, además de libre sea un ser social efectivo y cuyas acciones tengan secuelas en el proceso social, es que actué de manera organizada, al unísono con quienes sean sus hermanos de interés. De este modo, dirigiendo su voluntad hacia un mismo objetivo, el "ciudadano" libre y personal se convierte además en una fuerza efectiva, capaz de lograr las metas que se propone y que nunca lograría si está disperso.
A esto se le llama estar organizado. El verdadero objetivo de la crítica y condena del pueblo organizado es el de predisponer al ciudadano en contra de su organización. ¿Por qué?, porque a los poderosos les conviene que la gente cierre su mente a las razones y a los argumentos, que se niegue a sentarse a coordinarse con sus hermanos de interés, se organicen y actúen al unísono, le conviene agarrar al ciudadano atomizado para poder hacer con él lo que quiera.
El "Ciudadano independiente" es, pues, en realidad, el pueblo atomizado, suelto, disperso, como polvo disgregado que puede levantar y desperdigar cualquier vendaval de campañas mediáticas de terror, de miedo o de lo que sea, todas ellas planeadas para manipular a las conciencias dispersas y menos entrenadas.
Los antorchistas no debemos avergonzarnos ni temerle a estar organizados, porque eso es también una decisión personal, libre y auténtica, perfectamente razonada y consciente de lo que quiere y de cómo lo puede alcanzar. Los antorchistas, conscientes de los verdaderos intereses de clase de los trabajadores pobres de México, oponemos nuestro concepto del pueblo organizado; libre, consciente y personal, pero organizado, al fantoche del pueblo atomizado.
¿Quién no quiere una nación soberana, pacífica, progresista y justa?, ¿Quién no quiere una sociedad libre de guerra, pobreza, delincuencia, corrupción, enfermedad, ignorancia, hambre, prostitución, pornografía infantil, y de tantas bestialidades que son una oprobiosa realidad y estrujan el corazón de todos los hombres de buena voluntad? Sí, amigo, sí hay quienes NO lo quieren, pues viven precisamente de esos horrores; pero los que sí soñamos y queremos una sociedad mejor para vivir todos, nosotros y nuestros descendientes, donde la gente tenga pan, salud, educación, en donde el individuo se desarrolle en el terreno de las artes, del deporte, de la ciencia; los que sí queremos eso, somos (modestamente me incluyo) la gran mayoría de la humanidad y el futuro es nuestro si nos unimos y organizamos.
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