Como todos sabemos, para que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llegara a la presidencia de México, empezó su campaña muchos años atrás, atacando a los gobiernos neoliberales diciendo que tenían al país y a los mexicanos sumidos en la miseria y en una ola de violencia porque eran corruptos.
Su bandera siempre fue la de primero los pobres y castigar a los corruptos, por eso el pueblo, cansado de los gobiernos neoliberales, votó en 2018 por una nueva opción, por Morena, la 4T y por AMLO.
A tres años y medio, más temprano que tarde, ha dejado mucho que desear la política de la 4T; eso de primero los pobres solo ha quedado en puras promesas. En salud, siguen sin medicamentos los hospitales, para atención con especialistas siguen peor, no hay; tardan en programar la atención a personas con enfermedades graves y algunos se llegan a morir por falta de atención médica.
En vivienda, disminuyó la asignación para resolver el problema de su carencia por muchas familias, al recurrir a los municipios y al Gobierno del estado simplemente no hay recursos para resolver y dar mejor calidad de vida a familias vulnerables por falta de presupuesto.
En educación, siguen sin mejorar la infraestructura de las escuelas y ahora con la pandemia hubo muchas vandalizadas y a pesar de que hay indicaciones de que todos asistan ya a clases presenciales, no se ha podido llevar a cabo porque siguen las escuelas en muy mal estado. Y qué ha hecho la Secretaría de Educación Pública (SEP) para resolver, nada. No es prioridad para el gobierno de la 4T, eso está claro.
En cuanto a la seguridad, ha invertido muchos recursos de los mexicanos y sigue la ola de violencia por todos lados de la república mexicana, y ahora con eso de que no hay que tocar a los delincuentes porque son humanos y entonces ¿qué será de nosotros con esta política de abrazos y no balazos?
En lo económico, ni se diga, cada vez es peor, poco trabajo y mal pagado, la canasta básica cada día está por los cielos. La señora Rosario, de Guaymas, plática que muchas cosas no se veían antes, que ahí en su municipio todo era tranquilo, en los tiempos de calor podían dormir con tranquilidad en la azotea, algunos otros en los patios de su vivienda, tomar el fresco frente a su casa; pero ahora se encierran a determinada hora, 7 u 8 de la noche por la inseguridad que asola en la región. Ella, que es derechohabiente del IMSS y está en constantes citas médicas por su situación de salud tiene que hacer largas filas para sacar cita, así como muchas otras familias; y una vez que pasa al médico, no hay medicamento, teniéndolo que comprar.
Un caso similar es lo que padece otra vecina, Silvia, que su papá por su complicación de salud, problemas de cáncer, tiene que llevar un tratamiento muy riguroso, no tienen los medicamentos para dicho tratamiento, teniéndolo que comprar o de lo contrario se muere.
Son ejemplos de lo que viven en carne propia estas familias y seguramente muchas, y de las más vulnerables, dicen: “lo que dijo el Peje fue puras mentiras, porque ya estamos viendo que no se hace nada de lo que dijo, que la suerte de nosotros cambiaría, pero sigue igual o peor y los gobiernos neoliberales que metería en la cárcel siguen disfrutando del dinero que se robaron de los mexicanos y ya ni se acuerda de que los encarcelaría, puro cuentos, todos están cortados con la misma tijera”.
Dice la señora Rosario: “ojalá el Movimiento Antorchista se haga partido para que así cambien las cosas porque solo organizados y luchando vamos a cambiar las cosas”.
Ese es el sentir de la gente del pueblo. Es hora de que despierte y decida a organizarse, educarse como lo ha propuesto el Movimiento Antorchista e implementar una política que ya se ha expuesto en 4 puntos importantes; trabajo para todos en edad de trabajar, salarios dignos o sea bien remunerados, que pague más impuestos el que gane más, y se dé una mejor distribución de la riqueza en obra social.
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