MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Qué sigue después de las elecciones?

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Terminó el proceso electoral 2021, la mayoría de las candidatas y candidatos que salieron triunfadores ya tienen sus constancias que las acredita como las nuevas autoridades electas para el trienio 2021-2024. Algunos festejan, otros no porque “perdieron”. Pero ¿en realidad se respetó el derecho ciudadano a votar y ser votado.

Durante la campaña escuchamos, una vez más, de la boca de los candidatos, la solución o el compromiso para atender, ahora sí, los añejos problemas que la gente a diario vive. Una parte del electorado, para emitir su voto, se orientó en las propuestas que escuchó del candidato. Sin embargo, el día de las elecciones y a pesar de los tres días decretados para la “reflexión”, al final se hizo uso de la mayor necesidad que tiene el 90% de los mexicanos: el insuficiente ingreso económico para solventar sus necesidades básicas y esto facilitó la compra de votos. En varias partes esto fue lo que determinó quien se impusiera en estas elecciones.

Siendo esta práctica muy evidente la que prevaleció en las elecciones pasadas, no es necesario hacer mucho esfuerzo para elucidar que debemos esperar de los nuevos funcionarios públicos electos. No está de más recordar que en la historia reciente de México, la gente creyó en las buenas intenciones como propuestas de desarrollo en beneficio de las grandes mayorías. Pero, la realidad es terca, se impusieron las leyes que rigen el desarrollo social y se salvaguardaron los intereses de quienes siempre deciden el destino de México, no debe extrañarnos que ahora un 90% de los mexicanos este clasificado como alguien que padece algún tipo de pobreza y nada más.

La lucha por un mejor bienestar, innata en el ser humano, la va ganando la pobreza, que lejos de disminuir, cada año que pasa esta se incrementa. Además de las consecuencias que esta trae aparejadas, hay que sumar las generadas por la pésima administración pública; baste mencionar para ejemplificar esto, el nulo crecimiento económico y el pésimo manejo de la pandemia de la covid-19, que las estadísticas oficiales de las últimas horas registran 1,707 nuevos casos confirmados; sumando ya un total de 230,150 fallecimientos, siendo el pueblo pobre el que aporta el mayor número de estas víctimas, al que además se la ha dejado solo a su suerte para enfrentar esta pandemia.

Así las cosas, ¿qué es lo que debemos hacer? Antes de escribir nuestra sugerencia, es importante mencionar que lo que está pasando en México, a los antorchistas no nos sorprende. Gracias a la visión y valentía de nuestro secretario general, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, documento público de por medio, desde el año 2000, nos advertía de la difícil situación que venía para México, que esta se agravaría en caso de que el electorado mexicano, se guiara y votara considerando solamente el hartazgo político que ha generado la pésima administración pública, que hiciera caso a propuestas sin sustento científico para solucionar los graves problemas sociales que padecemos.

Así, la reciente elección nos deja como tarea intensificar la educación y politización del pueblo pobre; primero para que participe activamente en la elección de sus autoridades, pues el gran ganador de estas y anteriores elecciones fue otra vez el abstencionismo. Y segundo, para que, de manera consciente, decida y proyecte a futuro el bienestar de su familia, que no comprometa el futuro de sus hijos por unos cuantos pesos.

Que no se repita más lo que en esta elección sucedió; en varios casos, el pueblo pobre voto en contra de sus propios intereses. Si nos equivocamos en la apreciación de los resultados de este proceso, vienen tres años para darnos cuenta de ello, este hecho se verá reflejado en la solución a los problemas que se le planteen a la nueva autoridad electa. Siempre lo hemos dicho; el avance o retroceso en el bienestar de la gente más necesitada es responsabilidad de las autoridades y en eso seguiremos insistiendo.

Actuando siempre dentro del marco legal que nos rige, seguiremos haciendo uso del nuestro derecho consagrado en el Artículo 8° constitucional. Como intuimos que la situación que vivimos no cambie significativamente, exhortamos al pueblo pobre a que se organice y luche en defensa de sus intereses, pues hoy, es la organización del pueblo la mejor garantía que tiene para mejorar significativamente su bienestar general.

Hoy termina una batalla más en la lucha que emprendimos contra la pobreza, nos deja lecciones que debemos asimilar correctamente si queremos salir victoriosos en las que vienen, esta será definitiva si hacemos que el pueblo pobre participe conscientemente en la solución de sus problemas. El horno no está para bollos, dice el adagio popular.  

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