Hace unos días vimos a través de los medios de comunicación y las redes sociales que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, salió a la palestra a decirnos otra vez que la fecha de inicio de operación para la Refinería Olmeca, mejor conocida como Dos Bocas y ubicada en el estado de Tabasco, se volvía a cambiar.
Mencionó que ahora sí, en los primeros días del mes de abril, según los cálculos del presidente, para el próximo mes ya se estarían procesando 80 mil barriles. Lo real es que los plazos llegan y los resultados no. Recordemos que había dicho que sería en el mes de febrero pasado, pero antes había mencionado que sería en diciembre de 2023.
Dicha obra faraónica de AMLO ha estado envuelta en varios dimes y diretes durante su construcción, que inició el 1 de agosto de 2019. Primero, porque el presupuesto proyectado para su construcción era de 8 mil millones de dólares, cantidad que con el paso de los días quedó rebasada y prácticamente al doble.
La ahora exsecretaria de Energía, Rocío Nahle, en una entrevista reciente con Expansión, ha señalado que el costo podría oscilar entre 15 mil 600 y 16 mil millones de dólares. Ella argumenta que los costos extra se han derivado del pago de impuestos y las obras externas, pero eso nunca se explicó de manera previa cuando el presidente fijó la meta.
Otra de las razones también fue que la obra se inauguró el pasado 1 de julio de 2022, pero sin refinar ni un solo barril. También tenemos la huelga que hicieron los trabajadores por la falta de prestaciones y salarios dignos y, lejos de darles una respuesta positiva a sus demandas, mandaron a los policías y al ejército a tundir a punta de tolete y pistola a los rijosos, como si se tratara de maleantes.
AMLO prometió mucho y cumplió poco. Estas son las lecciones que el pueblo debe tomar en cuenta para el siguiente proceso electoral.
Con esta Refinería Olmeca se pretende, una vez que se concluya, que produzca unos 164 mil barriles por día de gasolinas y 130 mil bpd de diésel en septiembre, y, aunque la intención es buena, lo real es que aún no se ve claro, pues su retraso en producir por lo menos un barril, los sobrecostos de su construcción y el malestar entre los trabajadores dicen más que los datos que nos pueda manejar el jefe del ejecutivo.
Estamos a escasos meses de que se acabe el sexenio de la 4T y hay varias obras y promesas incumplidas a la fecha y, por el corto tiempo, no se vislumbra que se puedan hacer o terminar antes del primero de octubre, que es la fecha en la cual AMLO termina su administración.
Una de las promesas incumplidas es tener un sistema de Salud como el de Dinamarca y la verdad no se ve para cuándo. Otra promesa incumplida es bajar el número de homicidios dolosos, a sabiendas de que ya es el sexenio con más homicidios dolosos, superando a Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, sólo por poner dos ejemplos.
También está el tema de educación, de la falta de vivienda, del aeropuerto Felipe Ángeles que no opera al 100% por falta de clientes y aerolíneas. Ahora, por todo el cambio de fechas de la entrada en operación de la refinería, no se sabe si ahora sí va a operar y si en realidad va a beneficiar a todos los mexicanos o sólo a unos cuantos.
AMLO prometió mucho y cumplió poco. Estas son las lecciones que el pueblo debe tomar en cuenta para el siguiente proceso electoral. Estamos a tiempo de corregir el rumbo de nuestro país. Los mexicanos debemos hacer conciencia y razonar muy bien a quién vamos a elegir, pues de eso depende el futuro de todos.
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