Aquí la edad no importa y es cuestión de "aguantar" como dicen ellos, pues a pesar de su actividad extenuante en sus trabajos que los limita a estar más de 8 horas diarias de lunes a domingo (en algunos casos), se conducen a un lugar donde los problemas desaparecen; es momento de sentirse realizados, de sentirse futbolistas profesionales, miembros importantes que trabajaran en equipo para lograr el triunfo o solo sentir la adrenalina que el fútbol les provoca.
¡Corre, dale Juan, aquí por la derecha, por la banda, al otro lado, bájala, pasa la bola!, son frases que ensordecen la noche. Son voces que pueden escucharse en toda la cuadra. Más tarde el grito de "goooool…" es el festejo del primer balón que afortunadamente entró a la portería. Ellos son hombres de trabajo, padres de familia, hermanos, tíos, sobrinos, etc.; son amantes del deporte, son aficionados de lo sano, conscientes o inconscientes de la necesidad de la práctica indispensable del deporte, quizá, no sabemos.
Aun cuando la edad les ha llegado, sus cuerpos y la necesidad de mantenerse activos los impulsa, los anima; está vez se escucha una sana conversación, sin frases altisonantes, uno que otro en la desesperación al darse cuenta que no funciona la comunicación en el equipo prefiere aconsejarse en voz alta. El entrenador los regaña, les recuerda su posición -defender su lugar y después iniciar el juego- dice y acto seguido pasa a festejar la excelente participación del portero, porque es el que los ha salvado de una muy mala jugada "desde hace tiempo no tenemos portero, está excelente en su participación, el equipo es el que no defiende, no juega, necesitamos compromiso porque para ser futbolistas hay que escuchar", dice el entrenador.
Para ellos es importante ganar para pasar a la liguilla; sin embargo al equipo le molesta haber perdido dos juegos seguidos y solo haber ganado uno; quizá no sea el mejor equipo de fútbol, pero es el mejor que hasta el momento he visto, porque expresan la ganas de defender su portería, de meter el siguiente gol; llega el segundo tiempo, aquí también son incluyentes, ingresa al juego un joven le apodan "Neymar", no es muy bueno que digamos, al minuto 20 de la nada se cae, en la banca una señora le grita al árbitro "eeeh, árbitro no le ponga el pie", las risas no tardan en llegar. Al minuto 25 de la fiesta futbolera ya ha desertado un jugador que ha pisado la pelota y se ha lesionado.
Ha terminado el partido, el equipo ha perdido 5-1, el ánimo ya no es el mismo, pero uno de los guerreros en el campo de juego ya es el ganador. Fueron hombres valientes que intentaron a toda costa defender su honor y su portería, pero esta vez no lo lograron, lo único que se llevan es la satisfacción de no dejar ir limpio a su adversario, ese gol es sinónimo de esfuerzo, de trabajo en equipo.
Salen los jugadores del campo de tierra, sucios, con lodo en los brazos y piernas, las condiciones en las que juegan no son las mejores. Tienen cuatro grandes lámparas que les ayuda a ver a sus contrincantes, pero no es suficiente. Aquí nos damos cuenta que el deporte no es prioridad para el gobierno. Este año se han reducido los apoyos a este rubro, no hay avance de instalaciones, no hay construcción de espacios deportivos para la gente que juega y se apasiona por enseñar este maravilloso deporte.
Esto es una realidad que no solo se vive en los campos de tierra en Tamaulipas, sino en todo México, y con este desinterés nuestro país ha logrado ocupar el ¡primer lugar en obesidad infantil y adulta en el mundo! Pero ¿y que hacen con los impuestos que se recaudan de los mexicanos? Aquellos que deberían ir a parar en la construcción de mejores espacios deportivos y de recreación para todos. El Estado y el Gobierno federal menosprecian la promoción, la enseñanza y el desarrollo de tan importantes deportes, no solo del futbol, sino del deporte en general, de la cultura, etc., aquello que da al hombre el sentido de pertenencia, del cuidado no solo de su persona, sino de su salud.
Tanto es así, que el deporte y su práctica acercan al hombre a este deseo de progreso, de superación y de trabajo en equipo. Este es el preámbulo para que se tenga una destacada participación de los mexicanos en los Juegos Olímpicos, por ejemplo. Pero esto solo se puede llevarse a cabo en espacios bien equipados, mismos que deben ser responsabilidad de los gobiernos.
Ante esto, los deportistas deben tener claro que sí es posible destacar en el deporte y ser representantes dignos, sin importar la edad con la que se represente a nuestro país, pero hace falta impulsar y exigir con mayor fuerza a nuestras autoridades que se atienda este sector por el bien de la ciudadanía, por el bien de las próximas generaciones.
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