Inmediatamente después de dar a conocer su Tercer Informe de Gobierno, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, comenzó a ser desmentido por parte de analistas y comunicadores en el país, quienes evidenciaron la falsedad de los datos dados a conocer por el mandatario.
Por ejemplo, la consultoría SPIN dio a conocer que el discurso del presidente contiene 88 afirmaciones falsas, engañosas o no comprobables.
También señala que la mitad de lo que afirmó en su discurso se trata de promesas o cosas que no han pasado, que de la mayoría de temas de los que habló no presentó cifras comprobables, referencias ni sustento.
El columnista Alejo Sánchez Cano el día 2 de septiembre sostuvo que los datos duros de Inegi, Coneval y de organismos internacionales, pintan una realidad muy distinta a la que esgrime el Presidente y que concuerda con la que sufre la mayoría de los mexicanos como consecuencia de los yerros, la impericia y la incapacidad del gobierno de la “Cuarta Transformación”.
Calificó también al Tercer Informe de Gobierno de falaz, refutó al presidente cuando dijo que no ha endeudado al país, siendo que el último reporte del Banco Mundial da cuenta de la contratación de créditos por este Gobierno: 8 créditos desde marzo de 2019 a la fecha, que ascienden a 3 mil 855 millones de dólares por arriba de la contratada por Enrique Peña Nieto.
Alejo Sánchez Cano también desmintió al Presidente en su afirmación de que ningún enfermo de COVID19 se quedó sin atención médica y menos sin una cama de hospital en lo que va de la pandemia, y que, en el caso del incremento de las remesas de nuestros paisanos en Estados Unidos, no es un mérito del actual Gobierno sino de nuestros connacionales que trabajan fuera del país.
Refutó la cifra sobre homicidios dolosos pues en lo que va del actual sexenio superan los 92 mil, mientras en ese mismo periodo con EPN fueron 45 mil 954. Así como la falsedad de que la inversión extranjera directa recibida en los primeros seis meses de este año había sido la mayor de la historia. Alejo Sánchez Cano también publico otros que no citaré por razones de espacio.
El mismo día del informe, en el noticiero nacional de Milenio, Azucena Uresti refutó al Presidente que había dado cifras falsas respecto a las personas vacunadas en el país. AMLO sostuvo que el porcentaje de vacunados era del 65% de la población, cuando la realidad es que hasta ese día se habían aplicado una o dos dosis solo al 46% y con esquema completo solo al 27.2% de la población mexicana.
Enrique Quintana criticó en El Financiero que el presidente López Obrador no dijo absolutamente nada sobre que el PIB, entre diciembre de 2018 y el segundo trimestre de 2021, tuvo un retroceso del 3%, lo que refleja el freno económico que hemos tenido en estos tres años. Fueron muchos los críticos del Tercer Informe que dieron elementos claros y contundentes de la frialdad y firmeza con la que el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, miente al pueblo de México, por mi parte haré algunas reflexiones.
El mandatario mexicano sostuvo en su informe que ya están puestos los cimientos de la “Cuarta Transformación” que incluso ya se puede ir tranquilo a Palenque. Si esto es cierto y también son ciertos los datos del Coneval, de que el número de pobres en México se incrementó en 3.8 millones de personas en lo que va del Gobierno de la 4T, cabe preguntarse cuál será el número de pobres al concluirse la citada transformación. Es decir, no se ha cumplido una de las promesas más importantes consistente en acabar con la pobreza en el país lo que significa un Gobierno fallido. A lo que hay que agregarle que tampoco ha terminado con la corrupción que fue su propuesta principal ya que las cifras del Inegi dicen lo contrario, y es un secreto a voces que los moches en la asignación de obras están más vigentes que nunca tanto en el gobierno federal como en los estatales.
Una de las cosas ciertas del informe son sus programas asistenciales de transferencia monetaria directa, mismos que ha utilizado con fines clientelares de manera exitosa hasta el día de hoy, pero a un costo grave para nuestro país, ya que durante los casi tres años de Gobierno el presidente Andrés Manuel López Obrador completó sus limitados ingresos fiscales y petroleros con los ahorros del fondo de estabilización y el dinero de fideicomisos que habían logrado gobiernos anteriores: De acuerdo con la organización civil México Evalúa, se gastó ya el 94.8% (alrededor de 306 mil millones de pesos), del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, y 68 mil millones de pesos de la extinción de los Fideicomisos.
Estos fondos ahorrados se reasignaron para garantizar el sostenimiento de sus programas sociales - apoyos a adultos mayores, becas laborales, etc. Y sus proyectos insignias como el Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía, por la caída de los ingresos federales.
Cabe preguntarse ¿qué pasará si ya no existen estos fondos de estabilización?, ¿de dónde sacará el actual gobierno para sostener dichos programas sociales y concluir las citadas obras? Una posible salida sería el incremento de impuestos, pero las condiciones económicas actuales no lo permiten, pues habría descontento generalizado, y la otra sería recurrir a más endeudamiento, tal como en los hechos ha venido sucediendo, aunque el Presidente de palabra diga que no.
Un estudio de la Organización Civil México Evalúa revela que el gasto gubernamental ha crecido y que los ingresos se han reducido, lo que pone en riesgo los programas y obras de lo que tanto alarde hace el actual gobierno de la 4T, situación que generaría descontento entre los beneficiarios. Por lo que, lo poco que tiene de cierto el Tercer Informe de Gobierno, corre el riesgo de venirse abajo por falta de dinero, a consecuencia de la disminución de los ingresos federales y de que ya no contamos con los ahorros de los Fondos de Estabilización ni de los Fideicomisos.
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