* La valla metálica inexpugnable con que López Obrador mandó "proteger" a "su" Palacio de las "agresiones" feministas, fue transformado en un memorial con nombres de víctimas por motivos de género. Ahora el sitio abunda en ofrendas florales.
Ciudad de México.- Esto ya no lo pudo evitar el inquilino de Palacio, porque para revertir el propósito de las vallas metálicas, ninguna mujer, ninguna feminista, nadie, tuvo necesidad de tocar una sola piedra ni de rayar los muros.
Dos días antes, el presidente mandó construir una parábola de metal para que a su Palacio no lo pudieran tocar las manifestantes el Día Internacional de la Mujer (el #8M) ni con el pétalo de un spray con pintura rosa o morada.
Logró colocar, sí, una serie de placas metálicas con respaldo trasero y unidas fuertemente con dos remaches reforzados a punta de marro entre cada una de ellas, para formar una muralla (precisamente un muro, de esos tan odiados que recuerdan el muro de Berlín, derribado a punta de descontento y, por qué no, el otro muro más cercano, el de la frontera norte de México que impide el paso al norte de los emigrados por el hambre).
Pero por el arte de la imaginación y el ingenio, la infausta valla metálica -inexpugnable muralla- con que López Obrador mandó "proteger" a "su" Palacio de las "agresiones" feministas, el artefacto fue transformado en un memorial con nombres de víctimas por motivos de género. Ahora, el sitio resalta abundoso en ofrendas florales.
Y, también sin tocar un pelo de la estructura del vetusto edificio levantado en lo que fuera el centro político y ceremonial antes de la caída de la gran Tenochtitlan, los colectivos feministas proyectaron, en las penumbras de la noche del 7 de marzo, la víspera de sus movilizaciones, varios mensajes lumínicos. Breves textos en firmes caracteres en luz blanca, resaltaron sobre la cantera y el tepetate: "Un violador no será gobernador", "México feminicida", "Aborto legal ya" y otros por el estilo.
¿Cómo trató de justificar las vallas "el presidente más feminista de la historia"?
“Imagínense, si no se cuida el Palacio Nacional y se vandaliza, qué imagen se da en el mundo, pero eso, que no se confunda, no es miedo, todos los seres humanos tenemos miedo, pero es distinto el miedo a la cobardía, no es por eso que se están poniendo, es para que no haya provocación”, expresó el mandatario en Maxcanú, Yucatán, a donde acudió la víspera para supervisar las obras del tramo 3 del Tren Maya. Recordó que, durante las marchas anteriores, las manifestantes lanzaron bombas molotov en Palacio Nacional, "y eso puede causar daño a otras personas, por lo que el gobierno busca garantizar la paz y tranquilidad sin represión".
EL SEXENIO "MÁS FEMINISTA"
Y claro que no va a haber represión. Sólo se impedirá el paso de las manifestaciones hacia el Zócalo capitalino, poniendo murallas de policías fuertemente pertrechados ("no granaderos" porque, aunque parezcan granaderos, actúen como granaderos, hagan como granaderos, no son granaderos, según Claudia Sheinbaum). No es represión reprimirlas en su derecho a manifestarse libremente. No es represión "encapsularlas" (así le llaman para dulcificar la maniobra militar que consiste en un cerco que inmoviliza a los descontentos). No se les reprime al empujarlas, patearlas, ni al introducir expresamente a verdaderos provocadores y vándalos pagados por el Estado para desvirtuar las marchas.
El sexenio "más feminista" de la historia tiene un historial más que negro en la discriminación y agresiones hacia las mujeres. Incluso, al hablar de la inseguridad en su segundo informe de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador destacó que había disminuido la incidencia en delitos como secuestro o feminicidios. Pero sus dichos no aguantan los datos duros que da a conocer su propio gabinete: Según cifra de la Secretaría de Seguridad y Protección, los feminicidios entre enero y julio de 2020 representan un aumento de más de 5% en comparación con 2019, y más de 9% en comparación con 2018.
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre enero y julio de 2018 se registraron en México 516 feminicidios, mientras que en el mismo periodo de 2019 se reportaron 537, un crecimiento de 4%. De acuerdo con cifras presentadas por el secretario de Seguridad Pública Ciudadana, Alfonso Durazo, en enero pasado hubo 74 feminicidios, en febrero, 92; en marzo, 78, en abril, 73 y en mayo también 73, pero en junio el número aumentó hasta 99, el reporte mensual más alto en lo que va de 2020.
Los estados que registran más feminicidios entre enero y junio son Estado de México con 63; Veracruz, 47; Ciudad de México, 37; Puebla, 36, Nuevo León, 35 y Jalisco con 29.
¡YA CHOLE!
¿Y qué decir del respaldo de AMLO hacia su compadre Félix Salgado Macedonio, personaje que está siendo señalado por haber cometido cinco violaciones sexuales a diferentes víctimas? La primera vez que le preguntaron en su conferencia mañanera sobre el problema de que el Partido Morena estaba postulando a este personaje como el más poderoso de los contendientes en la competencia interna para definir quién será el candidato morenista a la gubernatura de Guerrero, "El Peje" dijo de entrada, simplemente, que él "no metería las manos" en un asunto propio de los partidos. Sin embargo, a renglón seguido, perdón, a lengua seguida, ya empezó a dar opiniones. Y desde entonces, no ha hecho otra cosa que defenderlo.
Salgado, afirmó AMLO, había sido “linchado por los medios”.
Cuando una periodista le preguntó si tenía algo que decirle a las presuntas víctimas de Félix Salgado, el presidente sugirió una equivalencia indignante: “Tienen su derecho como también lo tiene el pueblo de Guerrero, los que apoyan a Félix. Es lo mismo”, dijo. “Entonces, ya. Como dicen algunos: ¡ya chole! (¡ya basta!)”, concluyó.
Todo ello no da para respaldar la mentira de que este sexenio es, no sólo feminista, sino "el más feminista de la historia". ¿De dónde?
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