Desde hace tres años, cuando inició la administración del presidente de la república, los antorchistas hemos sido víctimas del ataque mediático, a todas luces injustificado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que tilda a nuestra organización de ilegal sin llegar, hasta ahora, poder comprobarlo. Sobre eso ya pasaron tres años. Sus burdas acusaciones ahí están, el que miente es el presidente. El tiempo se le acaba, AMLO inició una campaña en todo el país, realizando mítines con agremiados y afines de su “proyecto de nación “que le permitía, como jefe de la nación, desacreditar al Movimiento Antorchista señalándole de ser intermediario, de aprovecharse de las canonjías del poder, para obtener beneficios personales, de sus líderes.
La 4T utiliza todo el peso del poder de Estado en contra de las organizaciones sociales y descalificándolas, de que somos benéficas personales, de que no representamos nada, pero equivocado está a tres años de su fatal gobierno.
Utiliza para linchamiento mediático, la persecución ya a escala de nivel de asechanza política utilizando a la Unidad de Inteligencia Financiera en contra de dirigentes, como Brasil Acosta Peña, y Juan Celis, dirigentes en el Estado de México y Puebla, respectivamente, a quienes la institución les congeló sus cuentas bancarias por sospecha de lavado de dinero a lo cual nunca pudieron comprobar absolutamente nada, porque son mentiras, por ello el antorchismo nacional se pronunció en defensa de nuestros dirigentes nacionales.
La única causa real de los ataques, sin duda es decir en voz alta la verdad y desmentir el discurso anticorrupción que pregona el presidente, cuando en realidad ha implementado una política clientelar y electorera para la manipulación de las masas trabajadoras
Nuestra crítica a las políticas de la 4T siempre han sido claras y sin ninguna intención personal, sino que hemos recalcado hasta la fecha que no es la corrupción la raíz de los males sociales, si no el sistema económico que genera desigualdad social y que no se le ha tocado ni un solo pelo a las políticas en pro de los trabajadores para erradicar la pobreza.
Nos lleva a la reflexión que la mayoría se acuerda de la justicia cuando le toca vivirla. Hoy le tocó al periodismo en México, hasta la fecha son seis periodistas muertos en lo que lleva el año y se desató después de que el portal Latinus haya ventilado la polémica del hijo del presidente que goza de comodidades en casas de lujo en EEUU pese a los señalamientos de austeridad que pregona el mismo Andrés Manuel López Obrador, provocando una reacción represiva contra el periodista Carlos Loret de Mola, exhibiéndolo como un corrupto en las mañaneras.
Esto deja en descubierto que al presidente le preocupa más el prestigio y la popularidad que atacar los problemas más urgentes de la sociedad, la pobreza sigue en aumento, la inseguridad cada vez se descontrola, el sistema de salud ha dejado a miles de personas desamparadas y a su suerte, el desabasto de medicamentos es una realidad, la canasta básica aumenta junto a la inflación etc. Todos siguen sin atenderse y a cuatro años de gobierno seguimos escuchando la misma excusa de gobiernos anteriores.
Hoy que más personas han sido víctimas de ataques mediáticos y directos por parte del presidente, urge cada vez más unir fuerzas, hacer alianzas entre los que hemos sido víctimas de persecución, de difamación y de quienes indirectamente ha dejado a su suerte sustituyendo el desarrollo de pueblos, colonias y comunidades sin presupuesto para obras y servicios a cambio de dinero en efectivo clientelar y electorero.
La tarea es de todos, hombre y mujeres sin esperar que algún redentor venga a salvar nuestra realidad porque es cierto que no todos somos culpables de lo que está pasando pero sí responsables de no actuar para cambiar la situación.
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