En el mes de noviembre del año pasado se presentó ante el pleno de la Cámara de Diputados federal, la iniciativa de reforma y adición a diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cuyo propósito es la inclusión de diversas formas de democracia participativa, como el presupuesto participativo, la auditoria social, la iniciativa ciudadana, el referéndum, el plebiscito, la consulta ciudadana, las acciones colectivas y populares y la revocación de mandato.
La revocación de mandato es una de las formas de democracia participativa más acabada y tal vez por ello, de las menos adoptadas por las democracias tradicionales planas y representativas.
Mediante el procedimiento de revocatoria de mandato, el electorado tiene el derecho a destituir del cargo a un representante popular, a quien él mismo eligió, antes de que concluya el período de su mandato. Es decir, el pueblo, mediante el sufragio y de manera vinculante, decide sobre la continuidad en el desempeño de quien ocupa un cargo elección popular.
Considerando los planteamientos de la revocación de mandato en la constitución, a la realidad es muy distinta, pues la esencia de tal iniciativa se desvirtúa por ese afán del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de querer manipular e interferir en la autonomía del Instituto Nacional Electoral (INE) que es el encargado de organizar y llevar a cabo tal ejercicio.
Al parecer, el principal promotor de la mal llamada cuarta transformación tiene 3 intenciones con esta, primero ver qué tan popular es AMLO; segundo, dañar y hasta desaparecer al INE; y tercero, promover a Morena para las elecciones próximas. Pero ¿cuánto nos va a costar la manía del presidente? De ver que tan popular es.
La consulta popular de revocación de mandato, a los mexicanos nos costaría 3,830 millones de pesos en el planteamiento original. el cual sufre un déficit de 1, 738 millones de pesos pues el INE solo pudo reunir 2,091.4 millones de pesos, aunque el Tribunal del Poder Judicial de la Federación le ordenó a la Secretaría de Hacienda cubrir ese déficit, esta no lo hizo bajo el argumento que no contaba con ellos y sugirió que el propio INE hiciera recortes y ajustes del presupuesto nombrando algunas áreas donde podría hacerlo, que a su juicio se estaban desviando los recursos.
Así, violando la autonomía del INE, aquí se prepara una trampa para culpar a este instituto de una mala administración y un mal funcionamiento, pues a mi juicio y el de muchos intelectuales quienes ya abordaron el tema, el Ejecutivo Federal quiere acotar y limitar sus funciones para después desaparecerlo por obsoleto.
En la consulta popular de revocación de mandato que se llevará a cabo este 10 de abril podremos ver el déficit y limitaciones que tendrá el INE, al hablar de las casillas que se instalarán serán alrededor de 57 mil casillas, un tercio de las cerca de 160 mil previstas en la ley.
Es indispensable revisar el contexto da la revocación de mandato, pues este ejercicio democrático y participativo se desvía de su esencia principal y se convierte en un recurso de quienes buscan relevar del cargo a un presidente con cuyo desempeñó están en desacuerdo.
¿Y será útil el ejercicio de la consulta popular de revocación de mandato? A mi juicio no, ya que, de los 92 millones, 823 mil, 216 ciudadanos en el listado nominal, incluyendo los 17,792 registros de mexicanos radicados ene el extranjero, para que se valide la consulta popular de revocación de mandato tendría que salir a votar arriba del 40 por ciento; es decir, 37,129, 286 ciudadanos este 10 de abril, ya sea a favor o en contra del presidente.
Y suponiendo que la votación fuera copiosa y la mayoría de los votantes eligiera que se interrumpiera el mandato de López Obrador, quien quedaría como presidente interino según el artículo 84 de la constitución, provisionalmente seria el presidente de la cámara de diputados del partido Morena, Sergio Gutiérrez luna, y luego los diputados de Morena, con su mayoría en el Congreso de la Unión, elegirían al sustituto de Andrés Manuel López Obrador. Lo que costaría la consulta popular de la revocación de mandato 3,830 millones de pesos para ver qué tan popular es el presidente es una vergüenza, pues con ese dinero se podrían comprar 9 millones de vacunas, se podría pagar durante 1 año el tratamiento de los niños con cáncer en México, entre muchos ejemplos.
Aunado al presupuesto directo para la consulta popular de la revocación de mandato ejercida por el INE, podemos ver el despilfarro de dinero de los partidarios de la 4T, para promover tal ejercicio, incluso promueven la consulta con recursos públicos, también coaccionando el voto por medio de los programas sociales del gobierno federal.
El tribunal federal electoral ratificó la prohibición que los funcionarios públicos, promovieran la consulta, pero la mayoría de los partidarios de AMLO han hecho caso, Adán Augusto López, secretario de Gobernación participó en una asamblea informativa para promover la revocación de mandato, también lo acompañaba el general Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional (GN), con todo y uniforme militar, estos para trasladarse a la ciudad de Torreón, Coahuila, donde fue tal reunión utilizaron una aeronave oficial.
El dirigente nacional de Antorcha Campesina, Aquiles Córdoba Morán, también se pronunció en contra de la revocación de mandato, enlisto los motivos por los que no recomienda ir a votar.
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