El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el principal promotor de su partido, Morena, en las últimas semanas, se le nota muy desesperado y hasta molesto, incluso, en su zona de confort, como son sus conferencias mañaneras; seguramente porque ahora sí, tiene “otros datos” sobre las elecciones del próximo 6 de junio, que, por supuesto no le beneficiarían a su futuro inmediato en su proyecto de “gobierno”, ya que algunos analistas y medios de comunicación serios, sostienen que perderá la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión. Por ejemplo, el pasado 17 de mayo, el prestigiado diario español, El País, sostiene que “Morena, el partido del Gobierno mexicano, dejará de tener la mayoría absoluta tras las elecciones del próximo 6 de junio y necesitará pactar con partidos aliados para controlar el Congreso, según una encuesta de SIMO Consulting, para El País. La encuesta indica que Morena se quedaría con 230 escaños, frente a los 256 con los que contaba desde su victoria en 2018, es decir 21 menos de los 251 que necesita para tener mayoría absoluta”.
Recordemos que la mayoría absoluta es tener el 50% más uno de los diputados. Y la mayoría calificada, es contar con las dos terceras partes de los 500 diputados. Esta última mayoría el presidente la necesita para hacer reformas a la Constitución o nombrar Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), por ejemplo; que como todos sabemos, lo trae en la mira, ya que es uno de los organismos autónomos que todavía no controla.
El no contar con la mayoría calificada, seguramente es una de sus mayores frustraciones de López Obrador, ya que no podrá hacer reformas constitucionales a su antojo y beneficio, como lo ha hecho hasta ahorita, que reforma que manda a la Cámara, Morena y sus aliados, no le cambian ni una coma. Tampoco podrá controlar o desaparecer algunos organismos autónomos, como el INE o el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) o el Banco de México (Banxico), que son de los pocos organismos que aún no controla por el momento, ya que, según AMLO, son un “monstruo” que no tienen razón de ser y solo defienden a grupos de intereses y no al pueblo.
Otro de los medios nacionales y serios, como El Financiero, el 21 de mayo, sostiene que, “la mayoría absoluta está en juego… y la historia no favorece a Morena. Ninguna de las cuatro elecciones intermedias desde 1997 produjeron mayorías absolutas para el partido gobernante en turno”. Las elecciones intermedias en México suelen verse como un referéndum al gobierno en turno, en el cual el partido gobernante, en este caso Morena, pierde apoyo y, por lo tanto, escaños en el Congreso. ¿Y qué podemos esperar para este 2021?
Si recurrimos a la historia electoral más reciente, en las elecciones intermedias desde 1997, ninguna de las elecciones intermedias desde entonces, 1997, 2003, 2009 y 2015, produjeron mayorías absolutas para el partido gobernante. Por lo tanto, todo indica que, el próximo 6 de junio, Morena tampoco tendrá la mayoría absoluta y menos la mayoría calificada. ¿Y quiénes son los culpables del desastre electoral de Morena que se avecina? Desde nuestra humilde opinión, López Obrador fundamentalmente.
AMLO es el principal culpable, porque en más de dos años de gobernante, no ha podido cumplir ninguna de sus promesas de campaña: dijo que la economía crecería al 6% anual, pero sólo en 2020 decreció en -8.5, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), un verdadero desastre económico. Prometió bajar el precio de la gasolina, el gas y la luz, ya como gobernante se desdijo y los precios subieron drásticamente: el gas LP apenas en abril pasado subió el 37%, según datos dela Comisión Reguladora de energía (CRE); a partir del 2019 subieron gradualmente las tarifas eléctricas, en ese año aumentaron el 5%, el 2020, el 4%, en el 2021 se incrementarán un 3.3% anual, informo la Comisión Federal de Electricidad (CFE), es decir, durante el gobierno de la 4T, han subido el 12% las tarifas eléctricas.
También prometió acabar con la corrupción, pero como gobierno no cumplió; en 2019, entregó contratos en adjudicación directa por el 78.1%, en el 2020, 80.03%, entre ellos a sus familiares como su prima Felipa Obrador, al hijo de Manuel Bartlett, de nombre León, a familiares de Zoé Robledo, director del IMSS, etc. En el caso de la pandemia, López Obrador y su gobierno, son unos verdaderos asesinos, ya que somos el cuarto país a nivel mundial con más de 222 mil muertes, sólo detrás de Estados Unidos, Brasil y la India, respectivamente. 12 millones de mexicanos se han sumado a la pobreza en los últimos dos años, según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Y así podemos seguir con un largo etcétera. En resumen, el gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador, es un auténtico fracaso.
La decepción del gobierno de la autollamada 4T, no solamente ha permeado en el gran electorado, sino que, también en cuadros de primer nivel de AMLO, como Ifigenia Martínez, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, líderes históricos de la “izquierda” mexicana, que han hecho equipo con López Obrador, desde los años 80; Cárdenas el 20 mayo en una conferencia crítico la situación del país, en el que “la inseguridad, desempleo y pobreza han aumentado y la política de austeridad ha disminuido la calidad de la administración”, y remato sosteniendo “difícilmente diría yo que tenemos un gobierno de izquierda, por más que se digan de izquierda”. Muñoz Ledo, aun diputado federal de Morena y quien le puso la banda presidencial a AMLO, ha sido más certero en sus críticas, sostiene que a López Obrador el poder lo ha corrompido y lo ha mareado, y que es autoritario, recientemente afirmo “el Presidente ha cedido a ciertas tendencias, a ciertos consejos de los que lo rodean y el poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente. El poder marea y el poder absoluto marea absolutamente”, también asegura que en el segundo trienio obradorista México vivirá “un trienio muy difícil, con un gobierno autoritario que puede convertirse en despótico”.
A diferencia de Cárdenas y Muñoz Ledo, los antorchistas hemos sostenido y comprobado en su momento, que López Obrador siempre ha sido autoritario, desde que gobernó la CDMX. Ahora sólo se ha potenciado ese autoritarismo porque es Presidente de la República. Para nosotros no es ninguna casualidad que ahora ataque a todos los que no comulgan con él. Entre ellos al Movimiento Antorchista Nacional, ha intentado fabricar delitos a varios de nuestros dirigentes y para eso ha utilizado la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF). Pero se ha topado y se topara con pared, porque los antorchistas en 47 años de vida, no hemos cometido ningún delito, y sobre todo nos hemos compenetrado en las masas populares, las hemos educado y organizado, para defenderlas al costo que sea necesario del autoritarismo de la clase en el poder.
Por el momento llamamos al pueblo de México a no votar por ningún candidato de Morena el próximo 6 de junio, ya que estaríamos poniendo en riesgo la estabilidad social y la democracia que tanto nos ha costado a todos los mexicanos. Que conste.
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