MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Seamos sinceros 

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A lo largo de mis colaboraciones semanales y de ir documentado la realidad nacional o local, con datos fehacientes, informes de trabajos periodísticos, páginas oficiales del propio gobierno y organismos no gubernamentales, y así como es natural con eventos de la efervescencia social de los grupos marginados de nuestra patria. Creo, con toda honestidad, que Antorcha aporta su disposición de educar al pueblo para que esta educación le permita actuar conscientemente y decididamente en su lucha por mejores condiciones de vida. 

Seamos sinceros, muchas personas no dejan entrar en su raciocinio todos los elementos, datos y ejemplos que se aportan para desmenuzarlos con un análisis científico de la realidad, y se siguen dejando llevar por la inercia de una época en la cual el conformismo y la apatía a la lucha, propiciando el reinado permanente del neoliberalismo como sistema injusto. Y si a esto le sumamos que a cualquier inconformismo, incluso a cualquier crítica,  se aplica la coerción y la amenaza a través de los poderes gubernamentales, tratando estos, de seguir inyectando las dosis ideológicas de que se puede ser feliz por medio del conformismo, de la austeridad,  de la pasividad, del no pensar y del no luchar; obtenemos que muchos mexicanos no van a fondo del análisis de realidad y caen en las redes de los replicadores del sistema, que a través de los gobernantes siguen engañando a su pueblo.

¿Qué debe y qué no debe creer el mexicano? Amigos lectores, desde mi humilde opinión solo invito a que contrastemos lo que se dice y se hace. Y que la última prueba de la verdad sean los hechos. Van pues algunas cuestiones:

¿Los gobiernos anteriores y el actual representan los intereses del pueblo pobre de México? ¿Estos gobiernos cumplen con los preceptos constitucionales de apoyar la educación, la salud, la vivienda? ¿Existe un gobierno de primero los pobres? Sinceramente creo que hay mucho material para contestar a estas interrogantes de manera negativa, pues en la última pregunta podemos afirmar que definitivamente no tenemos un gobierno de primero los pobres.

Es una injusticia absoluta que los productores de la riqueza vivamos en la pobreza, y eso sucede porque la clase trabajadora -que es la inmensa mayoría-, no ha sido educada para entender su posición social y exigir que se le dé el lugar que merece. Por eso molesta hasta la medula como el gobernante principal del país esté tratando ahora con un discurso engañoso hablando de distractores como si con eso el pueblo fuera resolver sus verdaderos problemas. Claro el primer gobernante se suma en replicar lo que hace las clases dominantes educar para ser sometidos y resignados, por ejemplo:  el albañil no tiene casa, el campesino no tiene que comer, el obrero fabrica automóviles y no puede comprar uno, es decir, ahora la cadena que esclaviza es la de hambre.

Se tiene que vender la fuerza de trabajo para poder comer, y eso en situaciones miserables, pero si la clase trabajadora es quien produce la riqueza, por lo tanto, debería disfrutar de ella entonces; está claro, que esto no se explica ni lo explicarán los gobernantes. En cambio, se habla de que, si ya si se va vender el avión presidencial, que repartiendo apoyos directos a los pobres se vive feliz, que estamos mejores porcentajes en seguridad, y en salud, como nunca dicen. Pero la realidad es más terca y estas afirmaciones de los gobernantes no se están cumpliendo. 

Por eso mismo, señaló que para poder cambiar dicha situación es necesario leer, documentarse y poder así entender la explicación histórica y científica del porqué y cómo luchar. Así entenderíamos que organizarnos es una obligación para tener un mecanismo que nos lleve a lograr el tener éxito, si queremos ser parte en la repartición de la riqueza, para beneficio de todos.

No es ocioso recomendar que cuando leemos nos hacemos mejores hombres y más sabios, nos alimentamos del conocimiento de otro hombre; el tesoro de la educación, nos da la explicación completa de porqué la clase trabajadora vive en las actuales condiciones y qué podemos hacer para vivir mejor.

Teniendo esta claridad, nos llevará a implementar todos los mecanismos necesarios para hacer que llegue al gobierno el propio pueblo organizado y consiente, que, si haga un manejo responsable de nuestra economía, un gasto social que si tenga impacto con el bienestar de las grandes mayorías de menores ingresos, que destierre las malas decisiones que llevan a los más pobres a que paguen los platos rotos como ha ocurrido siempre.

En conclusión,  hago  la invitación a no quedarnos en solo la mirada rápida y el recuento superficial de las opiniones e ideas en circulación de los gobernantes, que  hoy por hoy no  se ocupan de los problemas torales del desarrollo y de la gobernabilidad del país, debemos de intentar descubrir las  contradicciones más o menos evidentes entre ellas que, bien entendidas, nos colocan ante una difícil disyuntiva; ¿Qué es lo que debemos creer y que es lo que debemos desechar, por deleznable y falto de sustentación?

Hoy quien verdaderamente está preocupada por educar al pueblo de México, analizando las causas profundas de sus males, es la organización de los pobres, el   Movimiento Antorchista.    Es lugar común señalar la falta de credibilidad del pueblo llano respecto a todo lo que provenga del gobierno y también la urgencia de recuperar esa confianza, pero seamos sinceros, enumeremos dos situaciones: la primera todavía hay un gran porcentaje de la población que aunque está sintiendo en carne propia los estragos de estos males en el país que va de mal a peor,  no lo quiere aceptar ni reconocer, y  la segunda  que no hay en el escenario político una alternativa para que logre la confianza  con  la cual la gobernabilidad del país salga adelante, y a la cual   Antorcha alza la mano pues ha estudiado la realidad nacional científicamente y tiene claro, con base en esto, los puntos torales del desarrollo económico que saquen a toda su población de la pobreza como lo han hecho otras naciones como China. Por eso insisto en lo que he dicho antes: a un pueblo empobrecido y desesperado es mejor hablarle claro; mostrarle la verdad completa y descarnada. Salir de esta situación será luchando, educándonos y actuando en consecuencia. Como diría el gran poeta Amado Nervo: "Si de algo sirve la sinceridad, que ella sea mi escudo".

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