El programa insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el plan de reforestación “Sembrando Vida”, no es otra cosa que repartir dinero de forma “directa” cada mes a cambio de plantar árboles frutales y maderables en las parcelas de los beneficiarios; la meta para este año es apoyar a 450 mil beneficiarios y cubrir más de un millón de hectáreas, con un presupuesto aprobado para 2022 de 29 mil 903 millones de pesos.
Según la Secretaría del Bienestar, el Programa “Sembrando Vida”, busca atender dos problemáticas: “la pobreza rural y la degradación ambiental”, sus objetivos son rescatar el campo, reactivar la economía local y la regeneración del tejido social en las comunidades.
“En Sembrando Vida trabajamos para convertir los ejidos y comunidades y un sector estratégico para el desarrollo del campo mexicano, trabajando juntos para incrementar la productividad de zonas rurales, bajo un enfoque de sustentabilidad y desarrollo regional a corto, mediano y largo plazo que contribuya a reducir la vulnerabilidad de los campesinos, para pertenecer al programa, tienes que ser mayor de edad, habitar en las localidades rurales, que sean propietarios o poseedores de 2.5 hectáreas disponible para ser trabajadas en un proyecto agroforestal”. Reza en un documento de Bienestar.
En Chihuahua, en el comunicado de 045 de la Secretaría de Bienestar, informó que: “en la segunda jornada nacional de siembra en el estado, plantaron más de 26 millones 524 mil 305 nuevos árboles maderables, frutales y agroindustriales, según informó esta dependencia rural. Hasta la fecha se han sembrado como parte del programa 2 millones 549 mil 67 árboles, que permitirán regenerar el campo y cuidar el medio ambiente”.
El delegado del programa federal en el Estado, Juan Carlos Loera de la Rosa informó que en el programa Sembrando Vida participan 20 mil beneficiarios, quienes sembrarán en total 50 mil 265 hectáreas en 19 municipios de la zona serrana. El funcionario federal agregó que para llegar directamente a los beneficiarios realizaron 528 asambleas en 217 ejidos, ubicados en los municipios más importantes, algunos de estos son: Guachochi con 3077 productores, Guadalupe y Calvo con 3905 productores, Batopilas con 2060 productores, Belisario Domínguez con 2020 productores, Carichi con 1683 productores y Urique con 1787 productores.
Sin embargo, a pesar de la alta difusión mediática que le dan como un programa exitoso, en el transcurso de los tres años, se han presentado 97 denuncias en contra de los funcionarios que operan el programa, desde irregularidades administrativas hasta proselitismo político, pero ninguna ha procedido, a lo sumo ha llegado a las oficinas de la Secretaría de la Función Pública, pero de ahí no han pasado y menos aplicado alguna sanción a los operadores; por otro lado, a los campesinos y ejidatarios, se les puede expulsar de manera exprés, sin un proceso de investigación o cuando menos alguna razón sustentable para darlos de baja del programa. De enero a agosto del 2020 fueron expulsados 51 mil campesinos por supuestas irregularidades, sin tener ningún derecho a defenderse.
El programa “estrella” opera sin informar a los sembradores el estatus de una bolsa de 4 mil 200 millones de pesos formada con el ahorro de los beneficiarios del programa. De acuerdo con las Reglas de Operación 2021 publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) de 5 mil pesos de apoyo mensual que les otorga el programa, se retienen de manera obligatoria 500 pesos, que maneja la Secretaría del Bienestar, 250 pesos son destinados para la creación del “Fondo de Bienestar” que se administra a través de un fideicomiso privado con el fin de “apoyar a los campesinos a consolidar proyectos productivos”. Hugo Raúl Paulin, Subsecretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional de la Secretaría del Bienestar, explicó que el fondo nunca se constituyó, a pesar de que por tres años se han mencionado los lineamientos y las reglas del programa, por lo pronto, el ahorro de los sembradores se mantiene supuestamente en el banco del Bienestar, sin informarle a los ahorradores y verdaderos dueños del dinero, ni tampoco a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
En Chihuahua coordina el programa Teresita Ruiz Anchondo, y son evidentes las irregularidades, se le está desmoronando el programa por simulaciones, duplicidad de beneficiarios en la misma parcela, empalme de parcelas, beneficiarios que tienen mucho mas de las 2.5 hectáreas, no se realizaron mediciones reales de las parcelas in situ, sino polígonos digitalizados directamente de google earth, sin corroborar las condiciones de la unidad de producción. Las sospechas de corrupción están, de acuerdo a declaración de los facilitadores encargados de supervisar el programa, en la duplicidad de nombres en una misma parcela, para lo cual, se realizó una depuración sin reportarla en el programa, para que los cheques de los depurados sigan saliendo y como la entrega se hace en las comunidades, llegamos al reino de los moches, donde los técnicos encargados de revalidar el cumplimiento extorsionan a los campesinos para acreditar el cumplimiento, sin olvidar la manipulación política que hicieron de los Programas Federales, en especial “Sembrando Vida” en las elecciones de junio pasado para beneficiar a los candidatos de Morena, en particular al excandidato a Gobernador Juan Carlos Loera de la Rosa.
El Programa de “Sembrando Vida” también ha quedado a deber al campo, en especial a los campesinos, comuneros y ejidatarios, quienes no han salido de la pobreza, no se ha revertido la degradación y deforestación, mentira que con este programa ayudamos a frenar el calentamiento del planeta, y esto se evidencia en la masiva emigración de los campesinos de las zonas indígenas hacia las ciudades, es decir, el programa no está contribuyendo para que los campesinos se queden a trabajar en el campo, porque no ven una verdadera alternativa, y a esto hay que sumarle que son víctimas de la delincuencia organizada y no organizada que tiene asolada la sierra de Chihuahua; flagelos que según el presidente se pretendía combatir con el programa “Sembrando Vida”.
A raíz del fracaso de las políticas asistencialistas de los programas “estrella”, en realidad solo han servido a los intereses de la 4T para la manipulación electorera, que ha permitido a verdaderos delincuentes llegar al poder, como al gobernador de Veracruz Cuitláhuac García. Toda esta podredumbre de los programas de la 4T debe ser razón suficiente para que los menos favorecidos tomemos conciencia y entendamos que la falsa izquierda que encabeza López Obrador no representa los intereses del pueblo trabajador y menos aún pretenden resolver los problemas ingentes del país, como la pobreza, la falta de empleo, seguridad, salud, educación, vivienda etc. Tenemos que formar verdaderos líderes nacidos del pueblo que sean congruentes entre lo que dicen con lo que hacen, formar la nueva casta de líderes que vean primero por los intereses colectivos antes que los suyos. Nuestra tarea inmediata es pues, formar esa nueva casta de líderes populares.
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