Durante la campaña del hoy presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, uno de los principales discursos que lo llevo al poder fue “por el bien de todos, primero los pobres” y fue así como en su primer día de toma de poder, prometió velar por los intereses de esta clase social; sin embargo, sus resultados hasta el día de hoy, no corresponden con ese discurso. Veamos.
Datos El Universal menciona lo siguiente: con motivo del Tercer Informe de Gobierno, diputados de oposición recriminaron la estrategia de la Federación en materia política económica, misma que sostuvieron, “es una fábrica de pobres”. “En ningún país del mundo se utilizan los apoyos directos como mecanismo para lograr el crecimiento económico. Por eso, el gobierno más bien es una fábrica de pobres”, recriminó el priista Brasil Acosta, mientras que de su misma bancada Idelfonso Guajardo sostuvo que en el país suman casi 40 millones de mexicanas y mexicanos que no pueden adquirir la canasta básica.
Además, “la oposición reclamó 25 meses de caída consecutiva en inversiones; el cierre de micro, pequeños y medianos negocios, la pérdida de más de un millón de empleos formales; la cancelación de inversión en obra pública para las comunidades; la eliminación del Ramo 23 y el Fondo de Desastres Naturales (Fonden)”
Por si esto fuera poco, el portal La Crónica de Chihuahua menciona que “en la propuesta que el presidente López Obrador envío a la Cámaras de Diputados, el presupuesto para el próximo año prioriza a sus proyectos, como el Ten Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas. En el mismo sentido, busca destinar mayor presupuesto para sus programas sociales. Y al mismo tiempo, aplica recortes a rubros que permitirán un mejor desarrollo para los mexicanos, como vivienda, educación, salud e inversión pública”.
¿A esto se refería el señor presidente con “primero los pobres”?
Pero, en Colima, la “Cuarta Transformación” no se queda atrás, pues augura un panorama desolador para la clase más vulnerable, pues en voz de su gobernadora electa Indira Vizcaino Silva, menciona que prevé recibir una administración con una deuda mayor a los 8 mil millones de pesos, y advirtió que esta deuda aún podría incrementar, pero tendrá la cifra exacta hasta después de tomar posesión e implementar una auditoría.
Aunado a lo anterior advirtió que la situación para el Estado, será aún más compleja, porque para el pago de los salarios adeudados a los burócratas estatales se está tomando recursos adelantados de participaciones.
Así el panorama tan desolador para la clase trabajadora, que no sólo está siendo golpeada por los acontecimientos más recientes que han traído muerte y tragedia como la pandemia de la covid-19 y los huracanes que han azotado nuestro país, sino que está siendo golpeada por la indiferencia del gobierno tanto estatal como federal.
Con los recortes presupuestales, como el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) miles de familias se han quedado sin apoyo para reconstruir sus hogares, pues las lluvias han arrasado con todo a su paso, los campesinos se quedarán sin cosechas y además miles de tramos carreteros se han quedado sin reparar lo que ha ocasionado lamentables sucesos.
Como es el caso del derrumbe ocurrido el día de ayer 16 de septiembre en la carretera Villa de Álvarez-Minatitlán, donde se reporta que fueron 50 millones de metros cúbicos los que se desprendieron del cerro, dejando hasta el momento 4 víctimas, entre ellas una enfermera de 30 años, que se dirigía después de una larga jornada de trabajo a visitar a sus padres a Minatitlán. Y así como ella, hay miles de personas que han muerto por la indiferencia y el olvido de los gobiernos, esos que deben destinar recursos de los impuestos que pagan todos los ciudadanos, para obras de calidad, seguridad social, educación, salud y vivienda.
Al pueblo no le queda de otra, más que organizarse y exigir mejores condiciones de vida a sus gobernantes, esos que un día pidieron el voto hasta las puertas de sus hogares, y que hoy se han olvidado de las necesidades del pueblo y lo han abandonado a su suerte, ahora que ellos se encuentran en desgracia y que son los que como siempre, pagan las consecuencias de los gobiernos irresponsables e insensibles. Ahora el pueblo exige hechos, no palabras.
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