Al asumir las riendas de un país, el candidato electo, sea del partido que sea, se entiende que conoce a profundidad la problemática por la que atraviesa la nación, así, durante el periodo de campaña tuvo la oportunidad de recorrer todo el territorio para dar a conocer su plan, sus estrategias, su visión de cambio, asumiendo compromisos serios y coherentes con las necesidades de los que en el futuro va a gobernar, para una vez llegado el periodo legal de gobierno, echar andar todos los recursos a su alcance y poder cumplir con cada uno de los compromisos, es decir, dar resultados a quienes le dieron su confianza atreves de su voto.
Una vez en el poder ya no se vale quejar de los malos gobiernos anteriores, pues queda claro que, precisamente por los malos resultados de los otros gobernantes el pueblo decidió cambiar de color, de personaje, de visión, por lo que, echar culpas y no dar resultados solo habla de haber querido el poder por el poder.
Justamente esto está pasando en el actual gobierno de la autonombrada cuarta transformación (4T), gobierno que encabeza el Lic. Andrés Manuel López Obrador, fundador y líder máximo del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), quien en su campaña rumbo a las elecciones del pasado 2018, recorrió todo el país, haciendo promesas al por mayor, repitiendo lo que el pueblo quería escuchar. Así hizo compromisos serios con respecto a un sector muy vulnerable, un sector que en algunos estados estaba olvidado y carente de apoyo, el sector salud.
Si bien es cierto, los problemas en el sector salud son heredados de las pasadas administraciones, pero es con este gobierno donde se vinieron agudizar, pues la falta de un plan bien definido y toma de decisiones al vapor, han llevado al fracaso al sector salud, afectando directamente a los usuarios.
La creación del INSABI fue otro de los desaciertos del gobierno de la 4T, pues en su afán de desaparecer todo lo creado por los gobiernos neoliberales, como el los llama, no vislumbro que sería un fracaso y no podría superar al ya existente Seguro Popular que atendía un catálogo superior de enfermedades sin tanta burocracia, este error les costó a los mexicanos miles de millones de pesos.
La falta de medicamentos, la falta de especialistas, de enfermeros y enfermeras, las malas condiciones laborales, la falta de inversión al mantenimiento a las instalaciones, la falta de equipo nuevo, la falta de espacios para atender a todos los usuarios, el exceso de burocracia en los nosocomios, pero sobre todo, la falta de una visión humanista y responsable en el sector salud, ha traído consecuencias fatales, como el reciente fallecimiento de la menor que murió atrapada en un elevador en el estado de Quintana Roo. Caso lamentable y que deja al descubierto aún más la responsabilidad del gobierno en estos hechos, sin contar todas las vidas que se pudieron salvar en la pandemia si se hubiese actuado a tiempo, siguiendo los protocolos emitidos por la OMS, pero aquí, en México, la recomendación era traer amuletos y comer caldo de gallina.
Como este caso hay muchos otros, vidas que se pudieron haber salvado si se tuviera un sistema de salud a la altura de las necesidades de los mexicanos.
La promesa del inquilino de palacio de nacional, AMLO, de llevar al sistema de salud a niveles como en los países nórdicos solo se ha quedado en una simple y vulgar promesa, pues no solo no estamos cerca, sino que cada día nos alejamos más y más de ese sueño, pues en México la atención a los usuarios es pésima, son horas, días, meses de espero para que den una cita, se realice una cirugía, se consigan los medicamentos, es un verdadero viacrucis el enfermarse, es un lujo que los pobres no nos podemos dar. En lo que va de esta administración morenista, pasamos de 52.1 millones de personas afiliadas al entonces Seguro Popular en el 2018 a 34.1 millones en el INSABI para el 2020, un retroceso total en este importante sector.
Lo cierto es que en México se necesita un cambio de raíz para resolver este problema que afecta a todos, no se necesitan más promesas, se necesitan resultados concretos y esos está claro que MORENA y sus corcholatas no lo van hacer.
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