Este 2024 está lleno de retos para los mexicanos, particularmente para los oaxaqueños, pues nuevamente estamos inmersos en elecciones "democráticas", y por eso es conveniente estar enterados de lo que se viene, ya que en nuestra entidad nos tocará elegir a dos senadores de la república por mayoría relativa, diez diputados federales, 25 legisladores locales de mayoría y 152 presidentes municipales por partidos.
El año 2018 fue una fecha en la que se habló de una elección "sin precedentes" porque los mexicanos habían elegido a un Gobierno "distinto", pues se trataba de aquellos que combatirían la corrupción y acabarían con los intermediarios, porque ahora sí, todos los apoyos llegarían a las familias mexicanas, y se cambiaría la vida de todos porque se contaría con un sistema de salud como el de Dinamarca, entre otras promesas.
Sin embargo, pasados seis años y acechando el fin del sexenio, vemos que todo ese discurso de la 4T y Morena fue no más que eso, discurso y mentiras para obtener mayor aceptación en el voto de la ciudadanía, pues hoy en día, nuestra realidad es que estamos inmersos en más inseguridad, más pobreza, un sistema de salud en crisis, desempleo, menos jóvenes estudiando, y todo esto no es discurso, sino que tú que nos lees desde tu hogar sabes que es la realidad.
En 2018 y 2021, los oaxaqueños vivimos, de nueva cuenta, elecciones iguales a las de años pasados, debido a que se aplicaron las mismas mañas electorales: en un primer plano, la selección partidaria de los candidatos que aparecerían en la boleta, sin importar la voz de los ciudadanos, y en un segundo momento, la compra de votos y el acarreo de votantes.
Eso sí, sin importarles a los actores políticos la voz y el combate a los problemas y carencias sociales de sus votantes, quienes al final de cuentas pagamos los platos rotos.
Por eso, en las próximas elecciones que ya están a la vuelta de la esquina, debemos estar alertas y seguir las propuestas de los que buscan estar al frente de la presidencia de la república, de la Cámara de Diputados, senadurías o ayuntamientos, y sobre todo, debemos tener presente que "el que paga para llegar, llega para robar", y los mexicanos, especialmente los oaxaqueños, no debemos permitir más eso.
Quizá abusando un poco de mis raíces istmeñas, hoy quiero profundizar en la situación política y electoral de San Juan Guichicovi, advirtiendo la importancia que tiene alzar la voz en las próximas elecciones.
Aunque el hermoso municipio Ayuuk, de cultura mixe, cuenta con gente humilde y muy trabajadora, la mayoría dedicada a la confección de hermosos trajes típicos y regionales, es lamentable que lo que más resalte sea la marginación, el enriquecimiento ilícito, el tráfico de influencias, el nepotismo, y otras prácticas atribuidas al grupo político y caciquil que encabeza el experredista y ahora morenista, Raynel Ramírez Mijangos, quien a través de subalternos mantiene el control municipal desde hace veinte años. Veamos los siguientes datos.
Ramírez Mijangos ha encabezado el Ayuntamiento de Guichicovi en cuatro ocasiones: de 2002 a 2004, de 2008 a 2010, de 2017 a 2018, y de 2019 a 2021; y ha alternado las administraciones restantes con su esposa, la exdiputada local, Francisca Pineda Vera, de 2014 a 2016, y con su tesorero Heberto Luis Zacarías, de 2011 a 2013, y de 2022 a 2024.
Debemos tener presente que "el que paga para llegar, llega para robar", y los mexicanos, especialmente los oaxaqueños, no debemos permitir más eso.
Los antecedentes dicen que la Villa de San Juan Guichicovi se había regido hasta 1992 por el sistema de usos y costumbres, con el cual las autoridades son nombradas en asambleas comunitarias, pero posteriormente decidieron recurrir al sistema partidista con el propósito de "profesionalizar" la función pública y mejorar las condiciones sociales que predominan en la región.
Sin embargo, debido a que ninguna de las administraciones municipales de los pasados 30 años logró cambios sustanciales en la demarcación, el cacique experredista ganó por primera vez la alcaldía de Guichicovi en 2001 con el compromiso de "llevar a su pueblo a la prosperidad tras décadas de pobreza y abandono", y después de derrotar al PRI, que durante nueve años había gobernado el municipio.
En su primer mandato, Ramírez Mijangos, tal y como ahora lo hace Andrés Manuel López Obrador, se amparó bajo el discurso de que en tres años no se pudo avanzar en mucho y, por tanto, el pueblo debería brindarle otra oportunidad, y fue así como comenzó su cacicazgo.
No obstante, el desengaño y la decepción de los Ayuuk llegó en el trienio 2011-2013, cuando Heberto Luis Zacarías, hombre de confianza y tesorero de Raynel Ramírez, llegó al poder, periodo que coincidió con el comienzo del mandato de Gabino Cué Monteagudo, quien había ganado las elecciones estatales con la alianza PAN-PRD-PT-Movimiento Ciudadano, y las condiciones siguieron igual, no llegó el cambio.
A pesar de ello, el PRD decidió que Francisca Pineda Vera, exdiputada local y esposa de Ramírez Mijangos, compitiera en las nuevas elecciones y ganara la alcaldía, ya que contaba con el aparato municipal a su favor.
Fue así como aquel grupo político cumplió más de diez años en el poder, y a la par, varias calles de Guichicovi siguieron sin pavimento, y el drenaje y el agua potable se convirtieron en un lujo de algunos sectores, la mayoría donde residen los políticos afines a la entonces administración perredista.
Esta situación derivó en una convulsión socialen 2014, cuando varias organizaciones sociales y políticas se pronunciaron en contra de la designación de Francisca Pineda como alcaldesa y acusaron a la administración municipal de haber incumplido con la entrega de una ambulancia que había sido donada por el gobierno estatal de Oaxaca.
Además, en diciembre de ese mismo año, un grupo de ciudadanos tomó el palacio municipal de Guichicovi para demandar atención médica de calidad y obras sociales para las más de 40 agencias municipales. Así, la organización Ucizoni denunció que Francisca Pineda había incurrido en el desvío de más de 83 millones de pesos, que debieron destinarse a obras y seguridad pública, pero a pesar de las movilizaciones, Pineda no sólo logró concluir su mandato, sino que le entregó la estafeta a su esposo, Raynel Ramírez, quien, de 2016 a 2018, efectuó su tercer mandato.
Es así como pese a la inconformidad de múltiples sectores que han promovido la ejecución de auditorías e investigaciones penales sobre la administración pública del grupo caciquil que, de 2010 a 2020, ha ejercido más de 931 millones de pesos en recursos federales de los Ramos 28 y 33, y debido a que esos recursos no lograron abatir siquiera uno por ciento del rezago social que padecen los pobladores de Guichicovi, de acuerdo con información del Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Consejo Nacional de la Población (Conapo).
Además, tras una revisión a las cuentas públicas estatales realizada por la revista Buzos, el gobierno municipal triplicó sus presupuestos anuales entre 2010 y 2020, al tiempo que los altos niveles de marginación de los Ayuuk han permanecido prácticamente intactos.
A la par de que la arca municipal recibió 931 millones 225 mil pesos sólo en recursos de los Ramos 28 y 33 (participaciones y aportaciones federales), sin contar otros dineros públicos administrados mediante otros convenios con la federación o provenientes de su recaudación propia a través de impuestos, licencias y permisos, el nivel de la pobreza en Guichicovi sólo se redujo en uno por ciento en diez años.
Al tiempo, el Coneval informaba que contaba 31 mil 367 pobladores, de los que, 20 mil 549 se encuentran en situación de pobreza y en el 2020, el Consejo Nacional de Población realizó una nueva investigación a la población y sus condiciones sociales, la cual reportó que el 74.2 de habitantes de San Juan Guichicovi padecía un tipo de pobreza.
De esta manera, podríamos seguir enumerando las vastas y diversas carencias, pero solo enunciamos los de mayor premura. Lo que es cierto es que en la pasada elección municipal de nueva cuenta ganó el que pagó más y, a diferencia de otras jornadas, reflejaron lo que alguna vez dijo José Mújica: “aquel candidato que regala cosas para que lo sigan, no es un líder, es un comerciante de la política”, y en Guichicovi, se vio que quien ganó, logró el poder de nueva cuenta a la mala.
Este 2024 abre el camino a verdaderos líderes que antes y ahora han caminado y luchado de la mano con sus paisanos, y queda por tanto, la decisión firme en los Ayuuk de elegir el cambio verdadero, por ejemplo, la propuesta que encabeza el Movimiento Antorchista de Oaxaca y que sin duda, abandera la fuerza y guía Ayuuk. Alzar la voz realmente ante el cacicazgo ya llegó.
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