Comienzo recordando a mis compañeros antorchistas y amigos, que durante estas ya casi cinco décadas de existencia que tiene el Movimiento Antorchista Nacional, de transitar por un camino lleno de espinas, teniendo que soportar flechas envenenadas de calumnia, que han sido lanzadas en contra de miles de hombres y mujeres que tienen un sueño perfectamente posible, un país más justo para todos sus hijos, una nación donde la injusta distribución de la riqueza se combata profunda y radicalmente; siempre hemos marchado decididos y con la firme convicción de que nuestra lucha está plenamente justificada.
No existe ningún motivo para avergonzarnos de nada o, peor aún, resignarnos a tener que vivir en un país donde la gente tenga que seguir emigrando de sus lugares de origen en busca de trabajo y mejores salarios, mantenernos como simple observadores ante la delincuencia que crece y los asesinatos a niños parecieran no causar suficiente indignación para alzar la voz y exigir un alto a estas masacres.
A nosotros nadie nos va a contar lo que significa vivir bajo el fuego enemigo, los intereses de la clase trabajadora que siempre hemos defendido nos han costado sangre; en todos los estados del país se pueden observar escuelas de los diferentes niveles educativos, obras de pavimentación, drenaje, agua potable, electrificación, canchas deportivas, alumbrado público, parques, semilla mejorada, fertilizante para el campo, miles de acciones de vivienda, casas para estudiantes, en las cuales va impregnada una dosis de esperanza que la organización de los pobres ha logrado inyectar en la conciencia de todo un pueblo.
¿Qué otra organización o partido político puede mostrar ejemplos palpables de lo que puede lograr un grupo de personas educadas y organizadas? De tal magnitud, ninguna. Sin embargo, la lucha por manchar y desprestigiar este ejemplo de movilización sigue muy vigente en los días que corren, políticos y poderosos continúan con una guerra sucia en contra nuestra.
Desde la máxima tribuna nacional, en voz del presidente, Andrés Manuel López Obrador, suman ya 200 calumnias (que hasta la fecha ninguna se ha podido probar) han sido lanzadas hacia nuestro movimiento, y claro está que senadores, diputados federales, gobernadores y presidentes municipales afines al partido en el poder, van a utilizar esos argumentos para ocultar su rotundo fracaso en el combate a la corrupción que tanto cacarearon.
No nos engañemos ni nos confundamos compañeros antorchistas, aquí en nuestro estado, en el municipio de La Paz, Baja California Sur, con la presidenta municipal Milena Quiroga Romero, tenemos un vivo y vergonzoso ejemplo de lo que es querer borrar de un plumazo la lucha de años, de cientos de compañeros antorchistas organizados en la capital.
Pues bien, contra estos políticos que violan flagrantemente los derechos todavía escritos en nuestra Constitución, hacia ellos tendrá que ser dirigido nuestro grito de protesta. ¡Como en esta y las luchas futuras! ¡Venceremos!
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