MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Un México mejor

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Luchar por un mundo mejor, por un mundo en donde no haya reducidos grupos de gente inmensamente rica mientras que, en el otro extremo, hay millones de seres humanos sumidos en una terrible pobreza, la cual les impide satisfacer sus necesidades mínimas como: alimentación, vestido, calzado, salud, educación y vivienda, ha sido y es el sueño de los luchadores sociales que ha habido en el mundo y han entregado su vida para construir una sociedad justa e igualitaria. 

Construir un mundo en el que no haya gente que viva a todo lujo y despilfarre el dinero en banalidades, mientras hay miles de familias que sufren hambre, frío, falta de empleo, bajos salarios, mala educación, falta de oportunidades y mucha discriminación, fue el sueño de un puñado de luchadores sociales que, en 1974, fundaron la organización de Antorcha Campesina, la cual, a la vuelta de varios años, se convirtió en el Movimiento Antorchista Nacional que agrupa no solo a campesinos, sino a obreros, estudiantes, maestros, estudiantes, artistas, deportistas y a todo aquel que quiera trabajar por construir un México mejor.

Fundación de escuelas de todos los niveles, a lo largo y ancho del país, a fin de que los hijos de trabajadores tengan acceso a educación; gestión de infraestructura urbana para mejorar las condiciones de vida de habitantes de colonias populares y comunidades campesinas y mejorar los centros de salud y espacios recreativos, deportivos y culturales, ha sido el trabajo de los antorchistas desde hace 49 años. 

A pocos días de haber celebrado las fiestas de fin de año en las que intercambiamos los mejores deseos para este 2023, es necesario reflexionar sobre quienes trabajan para dar satisfacción a las necesidades de los mexicanos a fin de alcanzar el sueño de construir un México mejor para todos, y quienes solo ofrecen ideas aparentemente benéficas, pero que, en realidad, favorecen únicamente a los inmensamente ricos. 

Todos estamos sufriendo los estragos de la inflación: aunque hubo incremento al salario mínimo, las amas de casa no pueden alimentar bien a sus familias por la creciente inflación y, por tanto, el incremento en el precio de los productos básicos. La cuesta de enero en 2023 va a ser peor que en años anteriores. Cierto que el salario mínimo en el centro del país pasó de 172 pesos diarios (8.6 dólares) a 207 pesos (10.35 dólares), pero ese incremento no es mayor al de la inflación, por lo que los trabajadores no recuperarán su poder adquisitivo, y eso ya lo probaron las amas de casa, quienes cada vez que van al tianguis, mercado o tiendas de abarrotes, sienten el aumento de los precios de alimentos y todo lo que necesitan en sus hogares.

Esa situación también la están sufriendo los pequeños emprendedores porque en este 2023 no habrá financiamiento suficiente y competitivo para las pequeñas y medianas empresas (Pymes), como lo anunciaron los empresarios del país desde el pasado noviembre. “En específico, informó la Caintra Nuevo León, en el primer semestre de 2022, la cartera de crédito para las Pymes en el país cayó 2.5 por ciento respecto a 2021”. Y si comparamos el tamaño de la cartera con respecto a lo que se tenía en 2017, la caída es de un 25 por ciento, cifra considerablemente alta, dijo. 

Ante la falta de financiamiento, el Banco de México (Banxico) reportó que un 60 por ciento de las Pymes se financia de sus proveedores, es decir, de otras Pymes, pues para ellas es fundamental contar con recursos financieros, ya que el 74 por ciento lo utiliza para capital de trabajo como: pago de nómina, impuestos y compra de insumos, entre otros. Pero si esto tampoco es ya posible, ¿a dónde fueron a dar esos pequeños emprendedores? Al comercio informal: de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, al corte de octubre 2022, se registraron 32.4 millones de mexicanos trabajando en esas condiciones, entendiendo que caen en la informalidad las empresas, trabajadores y actividades que operan fuera de los marcos legales y regulatorios, lo que conlleva la evasión de impuestos, a la falta de seguridad social para los trabajadores y a que estos no gozan de la protección y los servicios que la ley proporciona. En México, poco más de la mitad de los trabajadores se emplean en alguna modalidad del sector informal.

Aunado a esto, sabemos que más de 600 mil personas han perdido la vida a causa de la covid-19 (aunque las cifras no oficiales dicen que son poco más de 300 mil). Y quienes más han sufrido este fenómeno, como siempre, han sido los más pobres, que también son víctimas del desabasto de medicamentos en el IMSS, los cuales no pueden comprar por fuera por el elevado costo, ni tener todos los cuidados que exige la enfermedad. Este es otro problema al que no ha dado solución el gobierno de la 4T.

A esto hay que agregar que, según estudios del Índice Global de Crimen Organizado 2022, México tiene una puntuación criminal de 7.56, lo que lo coloca en el cuarto lugar en la lista de los 193 países analizados. La trata de personas y el tráfico de armas son algunas de las actividades ilícitas con mayor incidencia. Además, hay que agregar que ahora millones de mexicanos vivimos en situaciones de terror, como las que se viven en Zacatecas, Guanajuato y Sinaloa en donde acabamos de ver el infierno que vivieron los sinaloenses en el marco de la recaptura de Ovidio Guzmán, en donde se olvidaron de los abrazos y hubo puros balazos.

Y mientras la mayoría de los mexicanos padece esas lacras, un nuevo estudio sobre la concentración de la riqueza en México señala que el 10 por ciento de las personas más ricas tiene 30 veces más ingresos que el 50 por ciento de los más pobres, según reporta el World Inequality Report 2022 realizado por el Laboratorio de las Desigualdades Mundiales: el 50 por ciento de la población más pobre concentra 9.2 por ciento de los ingresos nacionales y el 50 por ciento más pobre, tiene más deudas que bienes.

Según el reporte “El auge del balance mundial” de McKinsey & Co -consultora estadounidense con sede en Nueva York, México tiene el noveno lugar en la concentración de riqueza a nivel mundial. Hay un empate con Japón, que tiene tres billones de dólares.

México es rico no solo en recursos naturales, también en millones de trabajadores que, con su esfuerzo, alimentan las inmensas riquezas de unos cuantos ricachos, mientras que los que generan las riquezas, apenas obtienen un salario de miseria y son víctimas de las lacras sociales mencionadas. Es urgente trabajar para revertir la situación, pues ya no podemos vivir así.

Los mexicanos no solo merecemos obra pública digna, sobre todo, merecemos vivir en un país mejor. Pero eso no lo lograremos con obra pública y deseos de felicidad futura, sino con la unión fraterna y organizada de las víctimas del sistema económico en el que vivimos. Solo cuando los trabajadores actuemos unidos, conquistaremos el poder político para ponerlo al servicio de todos los mexicanos. Olvidemos las palabras huecas que todos los días nos receta el presidente desde su mañanera y pongamos manos a la obra para organizarnos y entre todos trabajar por un México mejor.

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